miércoles, 20 de abril de 2011

La Copa, entre tanto ruido


Andrés Pérez | Se dirime el primer título de la temporada entre Real Madrid y Barcelona y la final llega entre debates identitarios sobre el ser y poder ser del Real Madrid, el auténtico manojo de emociones de este mes fulgurante que enfrentará a ambos equipos cuatro veces. Es algo ya comentado en multitud de ocasiones: el fútbol entiende de variantes y como uno de los mejores entrenadores del planeta que es Mourinho sabe aprovecharlas al máximo. De ahí que ante el Barcelona emplee fórmulas semejantes a las que llevaron a Chelsea y a Inter a casi eliminar y eliminar al mejor equipo del presente sin discusión. Todo esto no tiene nada que ver con la identidad perdida del Real Madrid sino que, más bien, tiene que ver con una doctrina de pensamiento consistente en que el único juego válido para la consecución de títulos debería ser el que practican equipos como el Barcelona o la Selección Española, y que cualquier otra alternativa es una traición.

A todo eso, a su propio entorno mediático y, por descontado, al propio Barcelona, se vuelve a enfrentar el Madrid esta noche. El favorito es el Barcelona por trayectoria reciente, capacidad ofensiva y defensiva, calidad de los jugadores y psicología ganadora. Bien es cierto que es una final y como tal es imprevisible —la Copa se da mucho a ello—, pero en principio y repasando lo que sucedió el sábado —el Barcelona jugó a medio gas cuando tuvo el partido al alcance de la sentencia en la segunda parte— el conjunto de Guardiola saltará al campo dominador y mucho más agresivo e incisivo que en el partido de Liga. Ante él el Madrid, previsiblemente defensivo una vez más, con Pepe atando en corto a Messi y regalando el balón ante la imposibilidad de disputarlo. El sistema defensivo de Mourinho en el Bernabéu fue bastante solvente así que con toda probabilidad repetirá esquema delegando la creación de peligro en los jugadores de arriba. El problema del Madrid es que su planteamiento defensivo acapara parte de ofensivo, utilizando a todos los jugadores de ataque a excepción de Ronaldo en labores de persecución y robo, minando así su físico y su posterior frescura de cara a Pinto, que finalmente será titular como lo lleva siendo toda la Copa.

Todo lo que se salga de este guión será una sorpresa principalmente en lo tocante al planteamiento del Madrid. El Barça piensa ejercer las armas que lleva aplicando tres años. Del Madrid depende demostrar que es una idea mortal y no siempre ganadora. Una nueva victoria del Barça sería un golpe en cierto modo duro para el Madrid de cara a la Copa de Europa y viceversa. La Copa, una vez más, no es intrascendente sino determinante. Y es un placer, a pesar de la incompetencia de la Federación, empeñada en dejar morir este torneo. 21.30, es la hora. No se lo pierdan, cuesta creer que defraude.

Imagen | As

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