jueves, 14 de abril de 2011

El Madrid confirma el clásico


Andrés Pérez | Cuatro clásicos en apenas un mes. Ayer el Real Madrid, venciendo en White Hart Lane con sobrada autoridad, certificó las previsiones y habrá una oferta desmesurada de partidos entre Barcelona y Real Madrid. Es un hecho difícilmente repetible. En lo que resta de temporada, los dos equipos se jugarán tres campeonatos. De lo que acontezca en las tres competiciones pueden suceder varias cosas y extraerse numerosas conclusiones. La primera y más evidente es que el Madrid no es el equipo menor que muchos han dibujado durante toda la temporada tras el 5-0 en el Camp Nou. Sigue la estela del mejor Barça de la historia y del, para muchos, mejor equipo de la historia. No es un mérito menor. Y está en condiciones de robarle dos torneos, pese a que la Liga es un premio demasiado ilusorio.

El resto de conclusiones se extraerán en función de los resultados. Si el Barça se impone en todas las competiciones el Madrid habrá creado para entonces un complejo de inferioridad que sólo se borrará con el paso de los años y de los futuros y previsibles títulos madridistas. Entiéndase que el Barça ya ganó todos los torneos en 2009, pero no directamente ante el Madrid en cuatro enfrentamientos directos en un mes. Pese a que las situaciones sean semejantes, al carga emotiva y mediática es mucho mayor. Si el Madrid no es capaz de llevarse ningún título a sus vitrinas el golpe moral puede ser mayúsculo y puede ocultar y ensombrecer la excelente primera temporada de Mourinho en el banquillo.

Suceda lo que suceda es evidente que el Barça es el mejor equipo. Lo es en tanto que se ha impuesto con claridad en el torneo que premia la regularidad, el baremo que mide la verdadera capacidad de un equipo. Esto no oculta, o no debería, que el Madrid ha mejorado sustancialmente respecto al año anterior. Lo demostró anoche ante el Tottenham. Firme en defensa pese a algunas internadas de los delanteros ingleses, controlador en el centro del campo cuando lo necesita y rápido arriba. El Madrid se encuentra habitualmente colapsado si el equipo rival se cierra atrás, pero el paso de los minutos permite entender mejor el funcionamiento del muro que tiene enfrente. Una vez lo ha estudiado y comprendido es ingenioso a la hora de romperlo.


Cuando no, cuando un equipo le juega cara a cara, el Madrid encuentra espacios y Xabi Alonso los aprovecha con sutileza. Arriba esperan Ronaldo, Di María o Benzema al hueco y Adebayor y Ozil al pie. En cualquier situación el Madrid tiende a encontrar recursos y a explotar sus virtudes. Es su principal punto fuerte: la excelente ocupación de espacios y la rentabilidad de sus acciones ofensivas. Ante el Tottenham el Madrid dominó con placer, combinando con suficiencia en la medular y durmiendo el tempo del partido. Al equipo londinense no parecía incomodarle dicha situación puesto que no puso en demasiados apuros al Madrid.

Le sucedió que apenas alcanzó posiciones ofensivas al borde del área. Tan sólo la salida de Kaka' y Benzema espoleó al equipo cerca de las posiciones de Gomes, ya rendido tras cantar estrepitosamente en un disparo de Ronaldo. El Madrid ha pasado a semifinales sin mostrar su previsible mejor nivel y con ciertas carencias en muchos partidos. La competitividad y la firmeza que ha mostrado el equipo y el plus de psicología y capacidad que suele aportar Mourinho deberían contrarrestar en los próximos enfrentamientos sus carencias. Es el único modo que tiene el Madrid de plantar cara con firmeza al Barça. Se presenta un mes apasionante. Disfruten cuanto puedan y traten de mantenerse al margen de las cavernas mediáticas de uno y otro lado.

Imagen | El País

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