martes, 16 de marzo de 2010

Eduardo Inda o la violencia

Andrés Pérez | ¿Alguna vez han querido destruirlo todo? Pónganse en situación. Recuerden aquel pasaje de su vida que mayor incitación a la violencia gratuita les haya provocado. Imaginen que algo les saca completamente de sus cabales y su cerebro tan sólo responde con destrucción. No hablo de matar a nadie, hablo de destruir gratuitamente, del deseo primitivo más elemental del ser humano, de agarrar un palo y dar golpes a la primera farola que aparezca. De retroceder en el tiempo hasta el Paleolítico. ¿Se hacen una idea? ¿Lo han sentido, verdad? Pues bien, es lo que me ha sucedido a mí hoy tras leer esto.

Esto, a lo que ni defino. Una pieza escrita inenarrable, indescriptible. La firma el inefable Eduardo Inda, periodista, o algo, que sufre de delirios de grandeza, de endiosiamiento supino. Lo he leído en La Libreta de Van Gaal, preparen el traje NBQ —la negrita es mía—:

[...] Primera conclusión: la cuestión no es tanto el qué, la eliminación en la Copa del Rey y la abrupta salida del carril de La Décima, como el cómo. El chileno se fumó un puro ante los locos de turno que advertimos cual Churchills peloteros del peligro de la rotacionitis, del sinsentido de la castración de las bandas y de una preparación física que no deja mucho que desear por la sencilla razón de que es inempeorable [...]

"Churchills peloteros", "inempeorable", "rotacionitis". Cervantes se retuerce en su tumba. Pero la paliza al castellano no termina ahí, ya quisieran:

[...] No seré tan cruel como aquél que describió el experimento con una frase tan certera como demoledora: "Nunca se puso tanto talento en manos de tan poco". Pero nadie en su sano juicio podrá discutirme que el míster paulnewmanesco retornará como mucho tres talentos en la misma mano en la que había recibido diez [...]

¿Y creen que con destrozar el DRAE este hombre tiene suficiente? No. Se equivocan. La ira in crescendo en mi interior me invita a pegar este fragmento, este ejemplo de auto-bombo vergonzoso, este ejercicio de egofalismo desproporcionado:

[...] Tras Alcorcón un servidor y en menor medida el normalmente bien informado José Ramón de la Morena alertamos editorialmente del peligro que se corría de echar a perder toda la temporada si no se corregía la equivocación a tiempo… que aún se estaba a tiempo de corregirla. Prediqué en el desierto y pasó lo que pasó en ese Waterloo en el que, contrariando al original, ganaron los franceses pasándose por el arco del triunfo todos las apuestas habidas y por haber [...]

[...] Que no me acusen de ventajista: nada me hubiera gustado más que la historia me hubiera condenado a mí y le hubiera absuelto a él. ¿Saben por qué? Porque hubiéramos vendido periódicos como rosquillas. Su éxito, como le apunté al sabio de Las Parejas, es mi éxito [...]

[...] PD. Juro por mi honor que es lo último que digo del caso banquillo hasta el 17 de mayo salvo nueva catástrofe. Que no es cosa que los necios de turno o los jetas de guardia me acusen de desestabilizar a la plantilla o de perder la Liga por mi culpa. Ya se sabe que la culpa es siempre del mensaka.

Este hombre ha perdido el juicio. Definitivamente. Su cerebro se ha trasladado al inframundo y ha desistido en el ejercicio de sus labores. La sangre ya no llega al tejido nervioso del cerebelo. La materia gris, si es que existió, ha claudicado ante el sensacionalismo. Las páginas de Marca son hoy amarillas fosforitas.

[Dos portadas dos días después de la eliminación por La Libreta de Van Gaal]

Olviden al periodismo deportivo. Firmó su sentencia de muerte hace tiempo, se rindió ante la evidencia: lo gobiernan juntaletras de tres al cuarto, paletos con un gran sentido del márketing y nula moral. Tipos como Inda que juegan a ser Dios o como Relaño que ven conspiraciones allá donde tan sólo hay errores humanos. Ayer leí este post en En la boca del lobo, el magnífico blog de Ramón Lobo. Hablaba del periodismo deportivo:

El objetivo de los diarios de Madrid y Barcelona es vender ilusión y, por lo tanto, periódicos. No buscan la verdad sino la agitación permanente. Echo de menos un periódico nacional serio, ecuánime y responsable. Es el sueño de Enric González. Sus Historias del calcio son un ejemplo de que se puede. Soy del Real Madrid (ahora en la semi cladestinidad por razones obvias) y no me gustan las crónicas que mienten, manipulan o endulzan. Me gusta que me cuenten lo que no veo o lo que no sé. Por eso me agradan las crónicas de Santi Segurola aunque escriba en Marca. Hay periodistas a los que no los puede estropear ni un mal periódico. ¿Qué hace su director opinando de todo cuando apenas sabe de nada? ¿Es el mismo de la claqué entusiasta de la piscina de Pedro Jota en Mallorca? Hay gente que sólo sirve para dar palmas cerca de su dueño, eso sí, sin ritmo que es el compás de la inteligencia.

Que Inda haya llegado a director del periódico más vendido de España es un insulto a la inteligencia de cualquier lector crítico y, más aún, de cualquier estudiante de periodismo. Ya ni siquiera creo que se pueda transformar el periodismo deportivo, que las nuevas generaciones podamos extirpar su cáncer. Está excesivamente podrido. Su deceso es un hecho, no una teoría.

Y de ahí que, cabreado por la injusticia que se comete al ser Inda o Relaño directores de un periódico, enervado por el hecho de que la prensa deportiva a la que tanto soñé dedicarme se haya transformado en el cubo enorme de ponzoña que es hoy recurro a la violencia. A la violencia figurada, pero recurro a ella. Como método de desahogo me imagino a mí mismo, destruyéndolo todo y gritando en plena calle que no, que no hay espernaza ni futuro, que la humanidad ha muerto y con ella el mundo. Que tan sólo queda destrucción. Y así, farola tras farola, consigo reconciliarme conmigo mismo, quién sabe si también con el periodismo, y acudo de nuevo a la facultad esperando no se qué de las virtudes de esta profesión y lo noble de nuestro trabajo.

Vía | La Libreta de Van Gaal | En la boca del lobo | Marca | As
Imagen | CM BElagua | La Libreta de Van Gaal

En el momento oportuno

Andrés Pérez | No es Higuaín un futbolista dado a los momentos grandes. Su virtud radica en los dobletes a equipos de liga, en las defensas enquencles. Es muy meritorio marcarle tres goles al Valladolid y acumular 19 tantos en liga, qué duda cabe, pero no es lo mismo que marcar las diferencias en Champions. Higuaín no las marca. No lo ha hecho nunca y tampoco lo hizo frente al Lyon, donde marró dos ocasiones claras y se hinchó de balones que probablemente no le correspondían.

Higuaín al margen, uno de los jugadores hoy por hoy más sobrevalorados, el Madrid se resarció en Valladolid de sus penas. De una temporada oficiosamente fracasada tras el ridículo espantoso e histórico en Copa del Rey y la eliminación justa frente al Lyon en Champions League. No se ha de engañar el aficionado: ganar la Liga es la migaja de un plato que a principio de temporada, por el precio pagado, se antojaba más sabroso. No lo será y no por ello se ha de perder la calma: pienso que Pellegrini debería seguir; precisamente uno de los principales defectos del Madrid durante los últimos años ha sido el vaivén de entrenadores.

Sea como fuere el chileno tiene parte de culpa en lo sucedido. En el hecho de que una inversión multimillonaria haya caído de dos competiciones coperas antes de lo previsto y de malos modos. Es decir, el Lyon se merendó al Madrid en la segunda parte; Puel dio una lección táctica colocando a Kallstrom y a Gonalons apoderándose del medio campo y presionando arriba la salida del balón del Madrid. Sin Xabi Alonso el conjunto blanco se ofuscó, buscó en exceso la velocidad de sus puntas con nulo éxito gracias a la soberbia actuación de Toulalan y perdió el control, en definitiva.

Un gol de Pjanic certificó una muerte previsible al inicio de la segunda parte pero inesperada al término de la primera, cuando el Madrid mereció marcar más de un gol. No lo hizo. Perdonó, y parece mentira que lo hiciera con los jugadores que atesora. Pero está fuera. Alicaído, melancólico y fuera. La desgracia de sus jugadores es que ahora, hagan lo que hagan en Liga, siempre se antojará insuficiente; siempre se cernirá sobre ellos la sombra del fracaso ante el reto de verdad, ante el fútbol de élite, no en Zorrilla.

A Higuaín le sucede algo parecido. Cualquier logro se verá oscurecido por su ofuscamiento en el momento de la verdad. En el momento oportuno Higuaín no aparece, y sin embargo se le sigue esperando. No dudo de su valía si bien pienso que no es tanto como cuentan los escribas, pero debiera reivindicarse en Lyon, en Liverpool, en Milan, en Manchester, si es que el Madrid se propone llegar a Old Trafford algún día; no sirve en Valladolid o en Almería. Allí su gesta es local. Internacional aún no es. Como no lo es este Madrid. En el momento oportuno falla. Y van seis años, de un modo absolutamente inverosímil.

Vía | Más que Fútbol | As | Marca
Imagen | AFP | Citando la actualidad

miércoles, 10 de marzo de 2010

Reyes un mártir, Herrera un anónimo

Andrés Pérez | Si por algo se caracteriza el periodismo deportivo de nuestros días más allá de por ser una gran montaña de excrementos, es por la polarización entre Real Madrid y Barça. Menuda novedad, dirán. Pues no, no es nada nuevo, pero no por ello deja de ser chocante cuando no hiriente para la inteligencia. Y me explico: observen a Reyes. Se trata de un futbolista renacido de la mano de Quique Sánchez Flores. Una antigua promesa de estrella mundial que se quedó en la más absoluta nada por su carácter infantil y su nula capacidad de adaptación a otro país.

Desde que llegó al Atlético a Reyes le han caído palos por todas partes por el único motivo de haber jugado para el Real Madrid. Enrabietado con el mundo, nunca volvió a ser el mismo que deslumbró en Sevilla y, en cierto modo, en Londres. Hasta que llegó Quique, supo tratarle como merecía —como un niñito mimado— y volvió a rendir hasta el punto de convertirse en el mejor jugador del Atlético. Reyes es de nuevo el extremo desequilibrante que solía.

Y como buen extremo, sufre de constantes faltas. No se trata de una persecución, ni de una estratagema previamente ideada, no se hagan líos: es el sino de cualquier buen extremo, llegar siempre un segundo antes que el lateral. El contacto siempre es inevitable. A pesar de ello, el domingo, frente al Zaragoza, Reyes parecía sufrir una carnicería. Y bien es cierto que el Zaragoza ha ganado en dureza y aspereza desde que comenzó a levantar cabeza, pero no fue la masacre que pregonaban desde Carrusel.

Al día siguiente las conclusiones en la prensa de Madrid eran demoledoras: el Zaragoza un equipo excesivamente duro. No se ustedes, pero yo no vi lesionados, ni sangre, ni tampoco piernas rotas como en Inglaterra. Vi a Reyes irse expulsado y desesperado al agredir a Eliseu y vi al Atlético empatar injustamente. Pero nada que se pareciera a un campo de batalla. No vi al mártir Reyes. Como tampoco nadie pareció ver las reiteradas entradas que la defensa del Atlético propinó a Ander Herrera, anónimo para Carrusel y para el resto de prensa mediática.

Lo que sirve de Reyes para crear un mártir y una víctima no sirve para Herrera. La miseria de este periodismo que nos toca vivir, vendido al interés del morbo frente a la información y la calidad.

Vía | El Pub | As
Imagen | Equipo

sábado, 6 de marzo de 2010

Iniesta y el fútbol de hoy por Lillo

P. ¿Mejor [Iniesta] que Messi o Cristiano Ronaldo?

R. Ésos juegan a hacer jugadas. Iniesta juega al fútbol. Es una delicia. Ver jugar al fútbol a Iniesta me hace feliz.

P. ¿Qué le parece que Cristiano sea todo un símbolo para la actual sociedad?

R. Entonces, hay algo que no funciona en esta sociedad. La gente ha elegido a este chico como paradigma de todo lo que pasa en el fútbol a lo largo de la semana, donde prevalecen unos valores que no son los del propio fútbol. Los valores del fútbol se cuecen el domingo, el día del partido. Pero no está Cristiano solo. Surgen por doquier gran cantidad de imitadores. Al menos, me han dicho que a Cristiano le gusta el fútbol.

Andrés Pérez | Lillo podrá ser un tipo con un compendio de frases gloriosas. Podrá, tras ganar su primer partido con el Almería, dar una rueda de prensa con acento mexicano. Podrá su reputación de entrenador calamidad extenderse por toda España. Todo eso podrá hacerlo y de hecho ya lo hace. Pero de vez en cuando, a pesar de todo, dice cosas muy interesantes y, lo que importa aún más, demuestra que en el fútbol aún hay gente que sabe expresarse.

Via | El País

jueves, 4 de marzo de 2010

Una sensación de superioridad insultante

Andrés Pérez | Lo nunca visto: España se basta ya únicamente con su capacidad de intimidación. Aquello de lo que, precisamente, siempre adolecía. A la sencilla compenetración de todos los futbolistas, la sensación de ser un equipo antes que una selección, la calidad de todos los futbolistas titulares y suplentes y el fútbol virtuoso que ponen en práctica se le une ahora la capacidad de dominar al rival a su gusto. Anoche España se impuso a Francia dónde y cuando quiso. Marcó el ritmo del partido y decidió quién atacaba y cómo. Fue la auténtica dueña del partido.

No es de extrañar, pues, que ante tal tesitura, L'Equipe, en su versión digital, titulara "España se pasea en el Stade de France". En efecto, a pesar de no mantener un juego constante a nivel ofensivo durante todo el encuentro, España se bastó de dos momentos iluminados para finiquitar el amistoso ante una Francia desesperada y desesperante, sin ideas y asentada en futbolistas de más corte táctico que técnico. Dos destellos, de cinco minutos, en los que, en la primera parte, el conjunto de Del Bosque decidió acabar con el partido.

El resto fue un soporífero espectáculo de auto-flagelación para el aficionado francés y un aburrido por emocionante, dadas las circunstancias, encuentro para el seguidor español, que pudo ver cómo su selección se regodeaba andando, repito, andando, frente a su eterna bestia negra. La salida de Xavi en la segunda parte no hizo más que redundar en lo mismo: posesión del balón cuando y cómo quería el combinado nacional. En los momentos en los que se perdía la posesión, España tampoco sufría: ni el ataque de Francia es lo suficientemente poderoso ni la defensa de España hubo de esforzarse lo más mínimo, apenas sufrió, demostrando otra gran virtud del equipo de Del Bosque. La capacidad defensiva.

En la primera parte fue insultante el modo en el cual los Iniesta, Fábregas, Villa, Silva Busquets y Xabi Alonso presionaban, un poco, tampoco demasiado, a la defensa francesa que, ante la falta de ideas, siempre recurría al pelotazo. En tal tesitura, y con un Xabi Alonso espléndido en la recuperación, cualquier fallo de los galos supondría el gol. Así fue. Primero Villa y luego Sergio Ramos. España se largo de París con la sensación de haber domado a Francia de un modo escandalosamente ofensivo para el orgullo de los jugadores franceses. Terminó el partido sin apenas forzar la máquina. Dio la sensación de ser un equipo no ya grande, sino consciente de que es muy grande.

Vía | L'Equipe
Imagen | Qué.es, Marca

miércoles, 3 de marzo de 2010

Globo sonda (si lo vemos)

Andrés Pérez | El partido que, en teoría, TVE debe emitir esta noche no es más que un globo sonda. Una prueba, un test irrelevante, una encuesta de opinión antes de las elecciones, un mero experimento por el cual evaluar las teóricas fuerzas de dos selecciones candidatas al mundial. Qué duda cabe que, a pesar de ser la teoría ésta, la práctica es bien distinta: el amistoso lo es más porque hace demasiado tiempo que España no gana en Francia y porque aún duele aquella elminiación donde íbamos a jubilar a Zidane.

Francia es una selección en periodo de transición. Sigue aún inmersa en un mar de dudas, con jugadores de talento —ahí andan Benzema, Riberý o Nasri— pero con la sensación de no ser un bloque definido y verdaderamente temible de cara a junio. España es todo lo contrario. Desde esta perspectiva, el encuentro de esta noche es, sin duda, un pequeño repunte en el orgullo de la selección en caso de ganar y un mero recuerdo para el olvido en caso de perder, que no debiera precipitar conclusiones equivocadas. España es superior pero el factor jugamos-en-Francia es un algo a tener en cuenta.

Un bonito espectáculo, con ambos equipos estrenando equipación. Sí, es todo maravilloso, pero a estas horas se antoja algo complejo que podamos disfrutar del partido ya que en TVE los trabajadores se han ido a una huelga justísima dadas las circunstancias: desde la cadena pública se derivan todos los programas y todo el trabajo a productoras privadas para abaratar costes y, ya puestos, calidad. El tejemaneje en RTVE durante los últimos años es infumable. No se preocupen. Internet solventará nuestra desesperación si no se emite en TVE y, para todo lo demás, aférrense a ese viejo y poético invento. La radio.

Vía | As
Imagen | Fusball Tempel

lunes, 1 de marzo de 2010

¿Qué esperaban?

Andrés Pérez | ¿Qué querían? ¿Emoción? ¿Varios equipos pugnando por clamarse el mejor del campeonato? ¿Igualdad de condiciones? Ingenuos. ¿Esperaban que uno de los dos pinchara? No. Esperaban mal. Se equivocan. No saben dónde se menten. Ni Barça ni Madrid fallaron en sus respectivas citas así que los periódicos deportivos tuvieron que ingeniárselas para vender periódicos. Emoción la justa. Si acaso la que aporta el Atlético de Madrid cada vez que se enfrenta a un equipo, tenga el nivel que tenga, da espectáculo. Le tocó al Valencia sufrir la ira de un equipo bipolar.

El Real Madrid se bastó de Higuaín, Ronaldo y Kaka' para pasar por encima de un Tenerife carne de Segunda, o simplemente paradigma del nivel que presenta la Liga Española. El Barça hizo lo propio aunque con más dificultades de las esperadas ante el Málaga. En ésta La Mejor Liga Del Mundo los dos grandes no permiten oportunidades para el resto de conjuntos que componen la tabla. Su nivel es paupérrimo en comparación, excesivamente bajo, notablemente inferior. Nada de lo que sorprenderse, pues.

Las crónicas de cada lunes se repiten en los mismos términos, los clichés invaden las páginas de los periódicos, las mismas caras, los mismos gestos. No existe la variedad y comienza a ser desesperante el dominio a dos manos que Madrid y Barça practican en nuestra Liga, que dista mucho de ser la mejor del mundo. El aburrimiento es soporífero en la parte alta de la tabla. Tan sólo un milagro, un golpe de suerte inoportuno, un enfrentamiento ante un equipo de mayor entidad como el Valencia, el Sevilla o el Atlético quizá, o, simplemente, tan sólo un partido en el Camp Nou y otro en el Bernabeú, decida la Liga. Un ciclo eterno que desespera.

En cualquier caso, si prefieren olvidarse de la lucha por el campeonato, siempre tendrán al Atlético. Decidido defensor de la taquicardia, del caos, del surrealismo futbolístico, se impuso al Valencia en términos que tan sólo caben definirse como esquizofrénicos. Agüero desempató el partido de cabeza, lesionado y sin saltar. Entre tanto, en el otro extremo de la galaxia, el Chelsea palmó ante el Manchester City en casa y en la final de la Carling la Premier demostró como se ha de organizar un evento de semejante enjundia. "La mejor Liga del mundo". Respiren. Rían.

Vía | El País
Imagen | Málaga Sur