miércoles, 30 de junio de 2010

¡Viven!


Eduardo Lázaro | Y eso es lo más importante. Haber salido con vida de un choque que se envenenó tras empezar con una traca que duró los tres primeros petardazos que repelió mi tocayo Eduardo —gran portero— y la defensa portuguesa. A partir de ahí, ¿qué quieren que les cuente? Cada cual sacará sus conclusiones, y yo, después de meditarlo, he decidido tomar la vía del optimismo y la confianza.

Sí, hemos vuelto a jugar con un doble pivote inefectivo y nefasto; un doble pivote que debilita la faceta ofensiva y que, además, no nos ayuda en la presión y en la recuperación de balones. Hemos vuelto a errar dejando en desuso desatascadores del juego como Cesc o Silva. Hemos sufrido una alarmante falta de ideas, de rapidez, de precisión y lo que es peor... de autoridad. Y, desde luego, que no hemos salido victoriosos ni por obra del tan manoseado doble pivote, ni por la entrada de Marchena o Pedro. Algunos dicen que Llorente ha sido la clave... bueno.

Quédense con un dato irrefutable: por mucho que se equivoque el seleccionador, por muy peliagudas que se pongan las cosas, terminamos ganando. Y perdónenme, pero eso es de selección grande. No diré yo que seamos la última maravilla balompédica, pero estamos en cuartos de final de un Mundial y, quizá, beneficiados por un cruce asequible para plantarnos en semifinales. Tómenlo así, les sabrá mucho mejor.

Veinticinco buenos minutos han servido para tumbar a la hermana pobre de la Península Ibérica, esa selección venida a menos comandada por el pobre más rico del mundo, el amigo de las cámaras y los gestos grandilocuentes... el hipervalorado y desaparecido CR9. ¿Saldremos vivos de una hipotética semifinal contra Argentina o Alemania? Quizá para entonces haya comprendido nuestro preparador lo que nos conviene y lo que no, pero aun así, ha quedado demostrado que tenemos lo suficiente para salir vivos.

Y sí, ¡viven!, y eso es suficiente para creer que quizá podamos tumbar a cualquiera.

Más Mundial | España encontró a Llorente (Más que Fútbol)
Imagen | El País

Capítulo 19 | España encontró a Llorente

Andrés Pérez | Parece paradójico y decidor que España encontrara la vía de escape en Llorente, un delantero que de los pies a la cabeza se eleva por encima del metro noventa. Paradójico puesto que España es un equipo pequeño en estatura, que radica su virtud en la triangulación de jugadores técnicos y físicamente poco dotados. Decidor puesto que pone de relieve las dificultades que atravesó el conjunto para traspasar la red portuguesa: no lo consiguió hasta que el hombre que desentona provocó un cortocircuito en la defensa portuguesa.

Fue Llorente y fue España. Un Mundial se compone de una mezcla de psicología y suerte. Jugar bien no siempre es indispensable. España, a pesar del peso de la historia, ha encontrado la psicología en la capacidad de no mermar su juego a pesar de la adversidad o de la impotencia; también ha encontrado la suerte ya que de otro modo no se explica que, aun jugando de modo mediocre o al menos mediocre para lo que nos tenía acostumbrados, se imponga a sus rivales. Sucedió con Chile y sucedió con Portugal.

Hasta la entrada de Llorente por un desubicado, bajo de forma, desmotivado e indigesto Torres, para el que la solución más evidente es la suplencia, España anduvo perdida en un doble pivote que ni creó ni destruyó. Achicó Portugal sabiamente cualquier espacio y convirtió su defensa en una cárcel de difícil salida para Xavi e Iniesta, perdidos en la maraña de pantalones verdes, anhelando un movimiento de desmarque que nunca llegaba y una referencia válida arriba que no existía. Ahogada en su sistema y en la sapiencia defensiva lusa, la selección chocaba una y otra vez primero frente a sí misma y luego frente a Portugal.

Segura de sí misma, la selección de Queiroz buscó sus bazas: sin practicar gran fútbol buscaba a Almeida, referencia ofensiva, para encontrar segundas jugadas o superioridad numérica frente a la defensa española. Encontró ciertos vericuetos por los que intimidar a un preocupante e inseguro Casillas, pero no anotó. No mereció más Portugal que España y lo demostró tras recibir el gol, en posible fuera de juego. Gol que llegó tras una jugada excelsa de Busquets, Iniesta, Xavi y Villa y tras dos ocasiones claras que no entraron.

Las dudas se ciernen sobre España pero adopta la forma de un conjunto campeón a pesar de todo. Está en cuartos de final y se la jugará ante Paraguay, que no demostró nada ante Japón. Quizá la solución sea sustituir a uno de los dos del doble pivote para dar entrada a Fábregas o quizá, simplemente, Del Bosque no quiera asumir riesgos innecesarios en la creación y de ahí, y no tanto por el doble pivote, la lentitud y la parsimonia creativa de España. Quizá no, seguro, Torres no esté para jugar. En cualquier caso, y esto no es un probable sino algo real, España está en cuartos tras dos partidos que, años atrás hubiera perdido.

El peso del campeón, lo llaman. Sin ilusionar ni convencer a un aficionado medio acostumbrado a la divinidad durante dos años, el camino sigue siendo firme. Es la mejor noticia.

Resultados de la decimonovena jornada:

Paraguay 0 - 0 Japón (pasa Paraguay en los penaltis)
España 1 - 0 Portugal

P.D.

Del otro partido mejor no hablar, porque se puede hallar fácilmente entre los dos o tres peores de la historia de los mundiales. Cobardes Japón y Paraguay, la suerte se decantó del lado sudamericano en unos penaltis, de nuevo, dramáticos. Cualquiera de los dos hubiera sido un injusto vencedor.

Imagen | El País

martes, 29 de junio de 2010

Capítulo 18 | Brasil contranatura

Andrés Pérez | Entre líneas, el jugador clave de Brasil es Robinho. Su transformación como futbolista ejemplifica la transformación de Brasil como conjunto. Musculado y con una cabeza mejor ordenada a nivel táctico, Robinho baja a recibir los balones que la mediocridad de la medular brasileña no es capaz de hacer llegar a los delanteros. Lee bien el juego entre líneas, atina con los pases en los momentos oportunos y no se ceba con la conducción de balón: en suma, Robinho es el jugador clave de Brasil ya que sobre él rota la transición defensa-ataque.

Robinho ha cambiado porque Dunga le ha hecho cambiar para participar en un Brasil, dicen, táctico y defensivo, novedoso, por tanto. Es falso. Brasil renegó de su mitificado estilo jogo bonito en los 80, cuando una generación espléndida de futbolistas les dejó a las puertas de dos Mundiales. Jugaron como dioses para perder como mortales. Desde entonces, con la llegada de los noventa, Brasil adoptó el doble pivote y triunfó en el 94, alcanzó la final en el 98 y venció de nuevo en Corea y Japón. Desde el Mundial en que Parreira decidió hacer de Mauro Silva el hombre clave de su medio campo, el Brasil de Pelé o de Zico es mero recuerdo. Se europeizó.

Así que no ha de extrañar que, ahora, con un entrenador que fue futbolista defensivo y que participó en esa misma copa del mundo de 1994, en EEUU, Brasil mantenga un centro del campo de contención y fuerza y emplee un sistema que protege su portería y no sufre sin balón. Anoche Brasil se cargó a Chile al contraataque. Mortífera en las transiciones, Robinho en mente, con Alves jugando a ser Paul Breitner actuando de centrocampista libre en apariencia, Brasil dio un recital de cómo jugar al espacio. Una Chile ofuscada de cara a portería hizo el resto.

Cada pérdida de balón del conjunto de Bielsa era otro paso hacia el abismo. Lo fue porque Brasil intimida corriendo hacia arriba con espacios, pensando rápido y actuando con precisión en los momentos claves. Es un equipo letal. Esto les puede provocar un shock a los nostálgicos, pero no por ello será menos real: Brasil es mejor ahora de lo que pudiera ser intentando jugar a lo que un día fue. Como Holanda, otro equipo que ha decidido abandonar, al menos en apariencia, su estilo tradicional o la aureola que dos mundiales le hizo arrastrar. Ahora Holanda especula, reserva fuerzas y resuelve partidos en dos latigazos.

Eslovaquia no plantó la suficiente cara como para intimidar lo suficiente a una Holanda insultantemente cómoda plantada sobre el terreno de juego. No atacó porque no lo necesitó: se aferró a Robben tras un pase de Sneijder. Agarró el futbolista del Bayern el balón escorado en la banda, encaró a dos defensas, se dirigió hacia el pico del área y buscó el palo interior. La jugada de toda la vida de Robben, que por más previsible que sea no impide que sea efectiva. Es muy bueno.

Sufrirá Brasil frente a un equipo que le exigirá más ofensivamente y que, visto lo visto, no va a regalar las facilidades atrás que le regaló Chile. Holanda no se quiere volver loca en los partidos y ante todo y como Dunga mantiene el orden en su centro del campo con Van Bommel y De Jong. Sus centrales, cómodos y protegidos, juegan mejor y ocultan así sus carencias. Espera un gran partido en cuartos. Y, ante todo, espera Robben, el jugador que puede hacer campeona a Holanda. Al fin.

Resultados de la decimoctava jornada:

Holanda 2 - 1 Eslovaquia
Brasil 3 - 0 Chile

Imagen | El País | RTVE

lunes, 28 de junio de 2010

Capítulo 17 | La FIFA avergüenza al mundo

Andrés Pérez | No acostumbra este blog a hablar de arbitrajes, pero en esta ocasión su actuación es tan determinante, para mal, que es inevitable hablar de la segunda jornada de los octavos de final sin hablar de los jueces. Argentina y Alemania estarán en cuartos de final demostrando que son mejores equipos que sus oponentes o que al menos han sido mejores que sus oponentes en sus respectivos partidos. Esto es tan cierto como que han sido superiores con un condicionamiento arbitral evidente: no cuesta imaginar qué hubiera sucedido de haberse validado el gol de Lampard que daba el empate a Inglaterra, ni los más que probables problemas de Argentina de haber llegado empatada a cero en el descanso.

El fútbol es un deporte de enormes connotaciones psicológicas en el que un arbitraje calamitoso puede hundir a un equipo. Las decisiones sujetas a la subjetividad, como un agarrón que tan pronto se puede interpretar como tal o como un lance del juego, no deben ser rearbitrables; un hecho objetivo e innegable, como un balón que empíricamente bota tras la línea de gol o como un tanto anotado por un jugador matemáticamente en fuera de juego, no sólo puede serlo sino que por el bien de la salud de este deporte ha de serlo. La televisión no desvirtúa más el deporte que los hechos ilegales no anulados. Así de sencillo.

Dicho todo esto, esencial en un día como el de hoy, Alemania y Argentina se enfrentan en cuartos cuatro años después. Interesante la trayectoria de la selección albiceleste tras la primera fase, hasta la fecha idéntica a la de 2006: México y Alemania. Las similitudes, en todo caso, terminan ahí: hoy Alemania es un equipo de mayor talento y menor fortaleza física, que basa sus argumentos en el talento de Ozil, Müller o Khedira y no en el empuje del anfitrión; hoy Argentina es un equipo mucho menos compacto, dirigido por un motivador, dependiente de un futbolista cada día más individualista, y en resumen, menos equipo, pero con una pegada descomunal.

Eliminó Alemania a Inglaterra con un recital futbolístico. Comandada por Müller, un jugador que no destaca por nada eminentemente futbolístico pero sí por una inteligencia superior en la lectura de los partidos, el conjunto de Löw mezcla velocidad y precisión de forma audaz y amenazante. Juega Alemania de tres cuartos hacia adelante con una velocidad más al resto de selecciones y a todo eso, al talento y a un sistema de fútbol ofensivo y atrevido, añade un carácter competitivo hereditario en cada generación germana. Hoy por hoy es la mejor selección del torneo y de mantener este nivel, la más probable campeona.

El asunto inglés merece párrafo aparte. Capello podrá excusarse en el gol no subido al marcador de Lampard, que fue, pero no podrá ocultar las carencias y vergüenzas de su equipo a pesar de ello. Más allá de la calamidad constante que es su portería, la decadencia de Terry parece afectar a toda la defensa y en términos genéricos a todo el orden táctico del equipo: un centro del campo con cuatro jugadores de corte semejante no es capaz de innovar ni sorprender al contrario; el juego inglés es una constante monótona y cómoda para la defensa rival, que observa feliz la continua desesperación de Rooney. El sistema de Capello ha fracasado.

Frente al nuevo y aplaudido estilo alemán, posible gracias a una generación de talentosos centrocampistas inédita desde hace cuarenta años, se hallará Argentina. México cayó víctima de su debilidad defensiva, anoche un flan, y de la efusividad de los delanteros argentinos. Le tocaba a Tévez armarse de protagonismo a costa de un Messi cada día más desesperado y desesperante: el ansiado tanto no llega y repercute en su capacidad asociativa; amparado en su inigualable capacidad de desborde, Messi decide hacer la guerra por su cuenta en demasiadas ocasiones. Que esté haciendo un gran Mundial es discutible.

Su defensa es vieja y lenta y su centro del campo ordenado pero escaso de talento. Así pues, la lógica indica que debería ser Alemania quien llevara el pesto del partido a merced de una Argentina letal al contragolpe. Sendas defensas son semejantes, lentas y oxidadas, pero, a tenor del fútbol propuesto por ambos, Alemania puede ser más punzante gracias a su excelente fútbol, hipnótico, adecuado, sinónimo de campeón del mundo. Serán unos bonitos cuartos de final.

Resultados de la decimoséptima jornada:

Alemania 4 - 1 Inglaterra
Argentina 3 - 1 México

P.D.1

¡Un saludo para Inglaterra y México! Seguro que estarán disfrutando muchísimo el temor al progreso de Blatter y su negación constante a implantar televisores para rearbitrar jugadas objetivas. Pero ya saben: para Blatter, la injusticia es parte del fútbol. Y somos todos imbéciles, claro que sí.

P.D.2

Aquí un impresentable. Cuando observo a Heinze sobre un terreno de juego, entiendo porqué muchas personas no soportan el fútbol. Representa todo lo que no debe ser este deporte: un juego de caballeros practicado por villanos.

P.D.3

Tras una semana algo ajetreada, Más que Fútbol vuelve a la normalidad diaria. Disculpen las molestias.

Más Mundial | Vergüenza en Bloemfontein: el fin de una generación (Borja Barba en Diarios de Fútbol) | Culpa de Thatcher (Enric González) | Bochorno en pantalla gigante (Diego Torres en El País) | La ley del más fuerte (Ramón Besa en El País)
Imagen | El País

miércoles, 23 de junio de 2010

Capítulo 13 | Emoción a flor de piel (y un Alemania - Inglaterra en octavos)

Más que Fútbol | Fue un destello, pero pudo redimir este Mundial en su totalidad. Apenas debían quedar segundos para que el colegiado pitara el final del encuentro, Estados Unidos empataba con Argelia y Eslovenia perdía con Inglaterra: el Grupo C, un grupo de fútbol tedioso, parco en talento, aburrido, que deparó probablemente el peor partido del Mundial enfrentando a Inglaterra y a Argelia, en el que Estados Unidos había propuesto mejor fútbol, se definía por un gol. El de Defoe ante Eslovenia. Dejaba fuera a Estados Unidos y a Argelia y permitía el pase a Eslovenia a pesar de su derrota. Inglaterra, tan contenta, se puso a especular pero ni por esas una poco inspirada Eslovenia era capaz de anotar, total, tampoco lo necesitaba. En estas, la mejor selección del grupo, EEUU, imploraba un milagro.

Inexplicablemente, o explicablemente puesto que esto es fútbol y no debemos olvidarlo, el milagro llegó. El destino, o la justicia futbolística, deparó un final poético a falta de dos minutos para que terminara el partido, con EEUU desesperada incapaz de abrir el cerrojo argelino, siempre presta a manejar con soltura el balón, cuidándole, apostando por un fútbol vertical y elaborado para deleite del aficionado. A pesar de todo ello, el conjunto de Bradley era incapaz. Simplemente incapaz. Minuto 92, Altidore la recibe en banda, la pone, remata Dempsey, sale bien el portero argelino que bloca pero que no consigue amarrar el balón. En ese impás, en esa décima de segundo, se decidió el futuro de EEUU en el Mundial: paralizada la afición, llegó Landon Donovan, el mejor jugador de la historia del país, para empujar el Jabulani a la red, celebrar efusivamente, dejar cara de pasmados a los eslovenos y dar una merecidísima clasificación a su selección como primera de grupo.

Cambiando de tercio, si lo que queremos es hablar de juego y de derroche de esfuerzos, no pasen por alto el partido que han protagonizado Alemania y Ghana. Quizás uno de los más interesantes, por no decir el que más, de lo que va de Mundial. Los germanos pusieron el control y el dominio, y los africanos pusieron la emoción en el contragolpe y la garra suficiente como para haber dado un susto de muerte a la maquinaria de precisión que es la selección centroeuropea. Özil, inexplicablemente, marró la ocasión más clara para adelantar a su equipo en el primer tiempo. No obstante, en el minuto 59, apareció para sellar el pase a octavos de su selección como primera de grupo y, de paso, materializar uno de los cruces más peligrosos que se pondrán en juego en la siguiente ronda: Alemania Vs Inglaterra.

Ghana, por su parte, puede respirar aliviada y disfrutar de la derrota más dulce, y es que, contra pronóstico y casi contranatura, Serbia puede ir haciendo las maletas tras ser incapaz de ganar a Australia. Los pupilos de Antic, después de encarnar el leitmotiv de la primera mitad en la que deberían haber hecho los deberes, han terminado sucumbiendo ante la raza de unos australianos crecidos y que a falta de fútbol de salón, han tirado del oficio y eficiencia suficientes para adelantarse en el marcador. Poco más puede añadirse, salvo la palpable salud coronaria de ambas aficiones, posiblemente al borde del colapso cardiaco.

Si alguien creía que en este campeonato estaba ya la suerte echada, he aquí una muestra de que el destino es, a veces, cruel, y que el fútbol, como la vida misma, no siempre responde a la lógica. Que siga la fiesta.

Resultados de la decimotercera jornada:

Inglaterra 1 - 0 Eslovenia
EEUU 1 - 0 Argelia
Alemania 1 - 0 Ghana
Serbia 1 - 2 Australia

Imagen | El Mundo | El País

Tiempo de repudiados

Andrés Pérez | Georges Clemenceau fue un notable político francés durante las primeras décadas del siglo XX. A él le atribuyen las exigentes y revanchistas cláusulas del Tratado de Versalles por el cual Alemania, tras la Primera Guerra Mundial, quedaba reducida a la mísera República de Weimar y veía su orgullo nacional y sus recursos económicos diezmados hasta el punto de provocar un ánimo revanchista aún más fuerte, capaz de derivar en la Segunda Guerra Mundial. Clemenceau también dijo una vez que la vida de un hombre es más interesante si ha fracasado puesto que eso denotaba intención de superarse. Quizá era una frase autobiográfica a tenor de lo sucedido dos décadas después del Tratado de Versalles.

Raymond Domenech es un fracasado. También es francés y también es un repudiado. Entre lo poético y lo desgraciado navega el repudiado, el mártir, el culpable únicamente de ser recordado por lo único fiable en un ser humano: su capacidad de fallo. Domenech navegará el resto de su vida recordado por la caótica forma de dirigir a Francia durante seis años largos. Pasará a la memoria colectiva de Francia como uno de los entrenadores más fracasados de su historia, un título amargo y melancólico, gris, pesado, y a su vez redentor. Redentor puesto que el repudiado termina convirtiéndose en el desdichado eje de la cólera de sus semejantes, culpable únicamente, ante los ojos de la historia, tras el linchamiento público pertinente, de haber fallado. De haber expuesto al público su real condición: la del fallo como lo único seguro del ser humano.

Yakubu Aiyegbeni es otro fracasado y probablemente otro repudiado. Ante la portería de Corea del Sur vacía empujó, a un escaso metro de la línea de gol, un balón fuera. Más allá de lo ridículo de la acción, en su fallo reside el sino de su selección y del fútbol africano: ya fuera del Mundial, incomprensiblemente caótica haciendo del mísero acto de colocar el pie toda una odisea. Hoy, ayer, mañana, Yakubu protagonizará una de las imágenes más desgraciadas de la historia de los mundiales, como en su día Cardeñosa. Como Domenech, como Cardeñosa, cargará con su cruz por el resto de sus días y la injusta memoria colectiva le recordará por un error puntual, por el peso de su error y no por el de sus aciertos.

Tendemos a discriminar al fracado, al repudiado, porque tememos convertirnos en uno de ellos. Porque sabemos que la capacidad de error es lo que define por naturaleza al ser humano, que es nuestra constante como raza y que en cualquier momento estamos a merced del fracaso. Lo alejamos, lo satanizamos, lo satirizamos, lo dilapidamos hasta que conseguimos hacernos creer que no somos como ellos. La sociedad es cobarde y el fútbol no entiende de justicia ni de amparo. Yakubu y Domenech son hoy las dos personas más desgraciadas del planeta puesto que sobre ellos se desploma la enorme losa del fracaso nacional. Son, serán, unos repudiados.

No olviden las palabras de Clemenceau. Si fracasaron fue porque intentaron superarse.



Lectura recomendada | El imbécil culto y realizado (Enric González) | La miserable Francia (Más que Fútbol)
Imagen | CBC

Capítulo 12 | La miserable Francia

Andrés Pérez | En su delirio particular, cuando Parreira le fue a dar la mano en cortés gesto habitual entre dos entrenadores tras finalizar el encuentro, Raymond Domenech, el hombre más odiado de Francia, le negó el saludo. Con semblante enfuercido, Domenech le debió soltar una retahíla de palabras que le excusaban al tiempo que señalaba hacia el césped. Fue un gesto de impotencia y un gesto de orgullo: tú, Parreira, simbolizando a todo el mundo, no mereces mi saludo. Domenech reflejaba la impotencia de Francia o su propia impotencia al no haber podido dominar a sus seleccionados y al mismo tiempo intentaba, o creo que intentaba, mostrar al mundo una última gota de orgullo.

Desconozco en qué pensaría Domenech al término del encuentro tras negarle el saludo a Parreira, pero es posible imaginar qué debía pensar Evra desde el banquillo, relegado al exilio por su revolución contra el seleccionador, secundado por Abidal y un cúmulo de pesos pesados. El lateral observaba el romo fútbol de sus compañeros ante la apañada Sudáfrica con semblante serio, rodeado de Abidal, Henry y Malouda, lo observaba un rato y se disponía a discutir, o así nos lo hacían creer las cámaras. Poco importaba lo que su selección hiciera: Francia perdía ante la anfitriona dando una imagen peripatética indigna de una selección campeona del mundo y de la mayor tradición futbolística.

La indolencia de los futbolistas franceses, su egolatría, su rebeldía ante un seleccionador desacreditado e incompetente es un síntoma de decadencia absoluta. Francia se halla en estado de descomposición, en el fin de un ciclo repleto de altibajos desde el Mundial que organizara en 1998. Malouda, en el minuto 70, maquilló la presencia de Francia en el Mundial: anotó su único gol y difuminó las posibilidades de Sudáfrica de pasar a octavos. Francia vuelve a casa repudiada por sus ciudadanos y dilapidada por la prensa. No es solamente culpa de Domenech, sino también de unos jugadores que se han comportado de un modo miserable y que miserablemente, repletos de una penuria que merecen, regresan cabizbajos, absurdamente orgullosos de su rebeldía, a la cotidianidad de su día a día. Lejos del Mundial.

Como lejos del Mundial se va Nigeria, africana, ilusionante, decepcionante, todo ello a partes iguales, tras empatar con Corea del Sur, rival de Uruguay en los octavos de final. Lo intentó Nigeria pero se encontró con los propios fantasmas del caos africano, con una suerte de maldición que niega al talento y al físico la táctica adecuada o el gen competitivo adecuado para superar los escollos innumerables que propone cada campeonato mundial. En la desolación de los jugadores nigerianos tras consumarse la eliminación reluce como pocos la de Yakubu, señalado de la noche por un error histórico que le podría pasar a cualquiera pero que le pasó a él. África pierde dos selecciones y de no remediarlo Ghana, perderá a todas en la primera fase. Éste era su Mundial. El fútbol no entiende de sentimentalismo.

En ese mismo grupo, el B, Argentina terminó con Grecia. Amparados bajo la larga sombra de la gesta de la Euro 2004, los jugadores griegos no han aprendido que los milagros sólo se dan una vez cada demasiado tiempo como para intentar, campeonato tras campeonato, obrar la gesta del mismo modo: construyendo un muro frente a su portería. Fue una Argentina apañada, ofensiva, no excesivamente exigida, la encargada de recordárselo. Palermo certificó una victoria previsible con un gol que si no justifica su presencia en la lista de Maradona, sí refuta que todo cuanto rodea al seleccionador argentino desprende hedor a esperpento.

Resultados de la duodécima jornada:

México 0 - 1 Uruguay
Sudáfrica 2 - 1 Francia
Nigeria 2 - 2 Corea del Sur
Grecia 0 - 2 Argentina

Más Mundial | Del barrilete cósmico al sueño de Palermo (Andy Stalman en Sportyou) | Argentina y Corea ya son de octavos (El Enganche) | La autodestrucción de Henry (El Diván del Fútbol) | El imbécil culto y realizado (Enric González sobre Domenech)
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martes, 22 de junio de 2010

¡Avanti España, avanti!


Eduardo Lázaro | Se trataba de ganar y así ha sido. España vence, convence, y depende de sí misma para seguir con paso firme en este Mundial de Sudáfrica 2010. Comprobada la teoría de que lo de Suiza fue "La Cagada del 16-J", los jugadores de la Roja han demostrado quién son, cuánto fútbol les cabe en las botas y lo que es más importante, que tienen hambre de gloria. Quieren pasar a la Historia.

De acuerdo, no han entrado ni siquiera cinco de los nueve goles que podían haber anotado con suma tranquilidad. Pero más allá del marcador, España vuelve a ser el rodillo de juego que acostumbraba a ser. Desbordante, rápido, escurridizo, dominante hasta la desesperación Xavier Hernández Creus mediante, una vez más, obsesivo de cara a la puerta rival, elaborado, de quilates. Muchos dirán: "seamos serios, Honduras no es el espejo donde mirarse". De acuerdo, pero es que este equipo es capaz de hacer de cualquier rival un mero sparring, un saco al que acogotar a base de verticalidad, talento y trato exquisito al balón a falta de bofetadas como panes.

España se ha gustado y, para muestra, el segundo tiempo. Toque, toque, toque y a puerta. Y así vuelta a empezar durante 45 minutos. Ocasión tras ocasión y tiro porque me toca. Si alguien puede explicar de un modo mejor lo visto, que lo anote sin ningún tipo de reparo en los comentarios, yo no puedo. Después de ver a un solo equipo sobre el campo, no sé lo que nos deparará este campeonato, pero no veo cercana una debacle ni una decepción. Es más, España todavía tiene a su alcance una última vuelta de tuerca, un plus de juego y efectividad. Ésto aún puede dar más de sí. Al menos, es la sensación que yo tengo. Ese último paso a dar en busca de la excelencia, que a lo mejor es el mismo que le falta por recorrer a Torres en su puesta a punto.

¿Algún punto controvertido?, ¿algo que decir aparte de los visibles bajones físicos finaleS? Bien, no sé hasta que punto es positivo ese onanismo balompédico, ese métela tú que a mí me da la risa, dar diez pases dentro del área para acabar rematando desde el peor ángulo posible. Vale que hemos tirado a puerta por nosotros y por ellos, por los dos; pero siendo egoísta diría que a veces falta decisión para decir esta bola es mía, la reviento y que arda Troya… pero es que, cuando se juega como anoche, todo lo que yo diga serán meras perogrulladas.

¡Avanti España, avanti!

Lectura recomendada | España se desquita (Más que Fútbol)
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Capítulo 11 | España se desquita

Andrés Pérez | Atemorizada como llegaba España a la cita frente a Honduras, el resultado obtenido, un dos a cero claro y evidente que no pudo convertirse en la exhibición de Portugal por falta de puntería y cierta ambición en los últimos minutos, es positivo. Lo es porque recupera el aliento de un grupo al que se le había dilapidado o enterrado tras la derrota ante Suiza y lo es, esencialmente, porque en un Mundial cuesta purgar las heridas y más a España. Honduras se enfrentó a un equipo obligado a redimirse y a convencer, espoleado por el fracaso de la primera jornada, y necesitado de gustarse a sí mismo, de autocomplacerse. En esa situación sucumbió, como cabía esperar.

Es cierto y no cabe ningún pero a la siguiente afirmación: Honduras es un rival menor cuya presencia en el Mundial es prácticamente exótica y que para colmo de sus males adolece de la falta de cierto gen competitivo como selección. Intentar elevar a los altares el partido de España frente al combinado centroamericano es distanciarse de la realidad, convengamos, pero no lo es en menor medida exhibir el ímpetu habitual, tan de aficionado español, de crítica por la pura crítica. Esto es: de hablar de horrendo partido de España y fatal resolución frente a la portería hondureña, de aventurar la inminente y segura eliminación ante Chile.

Los fantasmas no los crea el fútbol sino sus aficionados, y en España tenemos una fábrica de sábanas agujereadas en la que trabajan cuarenta y cinco millones de obreros. La selección modificó el esquema para darle mayor verticalidad a su juego y una Honduras latina, adelantada, deseosa de lanzarse al ataque y menos ordenada y seria que la Suiza de Hitzfeld, hizo el resto. Le regaló a España espacio y Xavi abrió a Navas y a Villa para que aprovecharan desde la banda la función de pivote de Torres, anoche ensimismado en su desgracia, en su lesión y en su fatal racha con la camiseta española. Perdió posesión España, en lo que algunos interpretan como peor fútbol que el habitual cuando antes precisamente criticaban la posesión, a favor de un fútbol más vertical y punzante, más peligroso.

Encolerizada como andaba, Villa alzó la voz con un zarpazo estrellado en el larguero de Valladares y refrendó la virulencia del combinado nacional cuando al borde del área grande, escorado a banda, porque el asturiano no entiende de táctica para buscar el marco contrario, se zafó de dos defensores hondureños para colocar el balón en la escuadra. A partir de entonces España dominó y jugó a su gusto, no creando posesiones anodinas y estériles en el medio campo y sí buscando con perpetuidad el marco hondureño, alertando de una goleada escandalosa que no llegó por los continuos desatinos de Torres y la falta de originalidad de un, en apariencia, maniatado Navas, quién sabe si por ser el último en llegar.

Le sentaron bien los cambios a España y ahora a Del Bosque se le plantea una duda razoble: si mantener este once tipo o imaginar un mediocampo con un pivote menos y con Fábregas al lado de Xavi. En cualquier caso el camino será complejo: espera una Chile ordenada y fogosa al mismo tiempo necesitada únicamente del empate para pasar a octavos de final. España se complicó la vida en Suiza y por eso hoy el país es una suerte de cisma entre los optimistas y los cenizos, pero la vorágine absurda de debates inocuos entre aficionados radicales no debería desteñir una evidencia futbolística: ningún equipo, y sí, repítanselo si quieren, era Honduras, ha dominado tanto y ha creado tanto peligro como España. Parece un buen aval.

P.D.1

En el resto de la jornada, Portugal decidió destrozar a las cándidas almas norcoreanas para asegurarse virtualmente el pase a los octavos de final tras la chapuza de Costa de Marfil ante Brasil el domingo. Chile, por su parte, se impuso a la misma Suiza de España y casi, casi, roza con placer el cruce ante Portugal o Brasil.

Resultados de la undécima jornada:

Portugal 7 - 0 Corea del Norte
Chile 1 - 0 Suiza
España 2 - 0 Honduras

P.D.2

Más que Fútbol, tras el parón del fin de semana, volverá a la normalidad hasta el final del Mundial. Espero.

Imagen | El País

sábado, 19 de junio de 2010

Brevísimo descanso

Me duele en el alma escribir este post, pero el blog ha de interrumpir la cobertura del Mundial durante este fin de semana por motivos de pura índole ociosa. Es decir, vacaciones en un lugar en el que Internet es ese gran desconocido. No hagan saltar las alarmas ni desordenen la casa en nuestra ausencia, volvemos el lunes. Disculpen las molestias.

jueves, 17 de junio de 2010

Capítulo 7 | Au revoir, Domenech

Andrés Pérez | La cara de Domenech era todo un poema. Apoyado sobre el lateral de su banquillo, el mismo en el que un abrigado Henry miraba incrédulo hacia el terreno de juego, sus labios expresaban un amago de sonrisa, una pícara muestra de resignación e impotencia, un gesto que parecía decir, si es lo que queríais, aquí lo tenéis: mi cabeza en una bandeja de plata. Francia caía dos a cero frente a México. Estaba virtualmente fuera del Mundial de Sudáfrica. Está virtualmente fuera del Mundial de Sudáfrica.

Jugó Francia un partido plano y sin imaginación. Domenech observaba desde el lateral y no reaccionaba, como jamás lo hizo cuando el comobinado francés caminaba a la deriva y se clasificaba para el Mundial con un gol de Gallas que jamás debió subir al marcador. Si existe la justicia poética para Irlanda, quizá la México de Aguirre se la haya dado. Ni Riberý, ni Malouda, ni Anelka, ni Diabý, ni Valbuena cuando salió, ni, por supuesto, la línea defensiva estuvieron a la altura de las circunstancias, como no lo llevan estando durante cuatro años, desde que el último suspiro de talento de Zidane decidió plantar a la otrora campeona del mundo en la final de Alemania 2006.

Un empate entre México y Uruguay, más que probable, deja fuera a Francia haga lo que haga frente a Sudáfrica en un partido que se preve una tortura para todos, incluídos los aficionados franceses. Un equipo sin nada que aportar ni que demostrar, desmotivado, descreído, aburrido y sabedor del deceso inminente de su seleccionador se irá del Mundial sin pena ni gloria haciendo buenos los pronósticos. Es el descenso a los infiernos de una Francia que necesita renovarse de arriba a abajo y volver a soñar con la que un día fue, encontrar esa generación con talento que tanto anhela y necesita y despachar definitivamente al ogro, al blanco de todas las iras, a un Domenech que observaba a su equipo desde la banda con sus gafas de pasta, su sonrisa indescifrable en un gesto que lo decía todo, y su pelo canoso meticulosamente francés. Tan francés en la caída de su amada Francia.

Previamente en el grupo B, Nigeria decidió inmolarse ante una Grecia muerta que la propia selección de Lagerback resucitó. Se había adelantado Nigeria con un gol tonto de Uche gracias a una falta lateral cuando Kaita, el lateral derecho africano, en un gesto repentino e irracional, hizo ademán de agredir a Torosidis. Le expulsó el colegiado bien expulsado y, repentinamente, Grecia, comandada de modo excelsa por Karagounis, recobró la vena competitiva. Empató tras un gol afortunado y se adelantó definitivamente por medio de Torosidis tras un garrafal error de Enyeama. La desgracia se cebó con el nigeriano: el mejor portero hasta la fecha del Mundial provocaba que su selección se asomara al borde del abismo.

Aún puede clasificarse Nigeria a pesar de las inconsolables lágrimas de Enyeama, pobre, porque Argentina se cebó con Corea del Sur. Amparada en una delantera de descomunal pegada, el cuadro de Maradona jugó cuando y cómo quiso con Corea del Sur en un buen partido. Marcó tres goles Higuaín de empujar, rememorando al glorioso Gerd Müller, y Demichelis demostró las carencias defensivas de la albiceleste regalando un gol a una cándida Corea. En la última jornada, Nigeria - Corea, se dirimirá el octavofinalista. Si hay un modo de olvidar las lágrimas de Enyeama y Kaita, ése es venciendo Nigeria.

Resultados de la séptima jornada:

Argentina 4 - 1 Corea del Sur
Grecia 2 - 1 Nigeria
Francia 0 - 2 México

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La noche anterior, el día de la derrota de España, Uruguay se aferró a Forlán para golear a una Sudáfrica previsible y poner medio pie en octavos de final.


Más Mundial | México hunde a Francia (Sergio Santomé en Sportyou)
Imagen | El País

España, Suiza, el tiempo, el fútbol

Eduardo Lázaro | He de reconocer que, durante el trayecto de vuelta a casa después del partido, me ha recorrido un sudor frío pensando en que tenía que ponerme a las teclas en cuanto llegara. Cuando Andrés sugirió la idea de redactar las crónicas del devenir de la selección española en este Mundial, nadie nos hubiéramos creído que nos encontraríamos en éstas. Palmando ante Suiza en el primer partido y con el cuerpo descompuesto.

Pues bien, ante la descomposición acuciante, he decidido que no voy a hablar de España, si no de Suiza. Y no es por pesimismo, al contrario, es que pienso que ésta no ha sido más que una de las innumerables "pelanadas" en la Historia de este bendito país. Lo dejaremos en "La cagada del 16-J", creo que no hay más que añadir. Suiza ha ganado porque ha interpretado perfectamente el partido y sabía a quién tenía delante, cosa que nosotros no. Suiza ha sido capaz de mantener un orden táctico y una ocupación espacial cuasi perfecta, anulando el juego de toque español y achicando con esmero cada vez que el conjunto castellano se desmelenaba. Suiza nos ha ganado por pura inteligencia —nadie habla de calidad o de trabajo—, ha esperado atrás con todo, nos ha regalado la pelota y se ha conformado con salir de la cueva lo justito, lo suficiente para hacernos un gol y ponérnoslos de corbata un par de ocasiones más.

Podemos darle mil vueltas al partido y sacar otras mil interpretaciones, pero ahí está el resultado. Da igual que hayamos tirado más de veinte veces a puerta, da igual que hayamos tenido un alto porcentaje de posesión, da igual todo. Hemos perdido.

Eso sí, convendría recordar que los señores que hoy han vestido la zamarra roja, hace tan sólo dos años, fueron campeones de Europa. Vamos, que entienden de esto, que saben jugar al fútbol. Por eso mismo creo que lo más importante es darle carpetazo al asunto lo antes posible y ponerse manos a la obra para doblegar a Honduras y Chile. Y punto. Sabemos y podemos, no nos dejemos llevar por el derrotismo a las primeras de cambio. Dejemos los viejos fantasmas en su sitio que esto no ha hecho más que empezar; eso sí, no nos podemos permitir más "tostadas" como la de hoy.

¡Don Vicente, apunte!, Navas ha sido un puñal en la segunda parte, ¿por qué no probamos de titular? Busquets y Xabi Alonso, pivote defensivo, ¿acaso Suiza era Brasil? A ver si es que hemos pecado de conservadores y la solución será dedicarse a tirar entre los tres palos desde el primer tiempo. Váyase usted a saber, porque este fútbol —como el tiempo—, se ha vuelto loco.

El lunes más y, seguro, mejor.

Lectura recomendada | Entre lo paranormal y lo racional: España tropieza ante Suiza (Más que Fútbol)
Imagen | El País

miércoles, 16 de junio de 2010

Capítulo 6 | Entre lo paranormal y lo racional: España tropieza ante Suiza

Andrés Pérez | Podía suceder y sucedió aunque fuera improbable: Suiza venció a España en el primer partido del combinado nacional en el Mundial. Fracaso, decepción, desastre, hecatombre, hundimiento, pueden buscar todas las definiciones que quieran en el diccionario pero todas se quedarán cortas y serán una absurda exageración muy española al mismo tiempo. Se quedarán cortas: perder contra Suiza es peligroso y es una mala noticia porque se trata de un equipo menor a España; son exageradas: perder contra Suiza no nos echa del Mundial ni nos resta un ápice de capacidad para llegar lejos o ganarlo.

Cuando la selección pierde partidos como éste, al que no hay que restarle drama pero tampoco sumárselo, llegan los comentarios de toda la vida, el prototipo de español cenizo que por la mañana anda eufórico y por la tarde es un alma desgraciada implorando a las brujas, las meigas y los fenómenos paranormales que se detenga su injusta tortura. Es la Selección un aglutinador de radicales sentimentales incapaces de apartar lo racional de lo emocional, y aunque suene absurdo, quién sabe hasta qué punto ese conjunto de efluvios químicos que rodea al equipo le puede afectar.

Sea como fuere y después de ese inciso extra-futbolístico, Suiza ganó con el mismo merecimiento que el Inter cuando eliminó al Barcelona en el Camp Nou. Con más, si cabe, porque Suiza es un equipo mucho menor en comparación a España que el Inter en relación al Barcelona. Ante la que parecía la candidata número uno y ante la que mejor jugaba al fútbol, esto es, ante una de las mejores selecciones sino la mejor, Suiza hizo lo que tenía que hacer: montar una muralla defensiva y aprovechar una de las dos ocasiones que iba a tener a lo largo del partido. No es antifútbol, es inteligencia. Y Suiza fue inteligente, amén de afortunada: su gol es fruto de cinco rebotes.

Frente al orden y al muro suizo España planteó un partido algo lento pero progresivamente dañino para Suiza, que no dejaba de correr tras el balón. En la primera parte España contó con suficientes ocasiones como para adelantarse en el marcador, y de haberlo hecho estaríamos hablando de una historia muy diferente. No lo hizo, marró, permitió a Suiza marcar y fruto de la ansiedad no supo afrontar una posible remontada. Reaccionó tarde Del Bosque o quizá el error consistió en que jamás tenía que haber reaccionado: en partidos como éste Busquets es un estorbo.

Salieron Navas y Torres y España condicionó su juego al poderío del sevillano en la banda derecha. Inspirado como parecía Navas, España fabricó suficientes ocasiones, de nuevo, como para empatar: un disparo de Iniesta que se escapó a escasos centímetros del palo de la portería Suiza y una jugada en la que Torres demostró no estar físicamente disponible, pero clara. Se lesionó Iniesta en una fuerte entrada de los suizos, a los que no cabe achacarles violencia, entró Pedro, Xabi Alonso estrelló un balón en el larguero y Navas casi rompe la red en un disparo lejano.

Pero nada más. España no trianguló en el mediocampo ante la falta de apoyos que encontró Xavi, ni Torres ni Villa se mostraron activos en la recepción del balón entre líneas, y por las bandas Capdevilla anduvo desconectado y demostrando sus carencias y Sergio Ramos se lesionó cuando estaba siendo el mejor jugador de España. ¿Desastre? Quizá. Pero ni antes éramos el Bayer Leverkusen ni ahora somos la última mierda que cagó Pilatos, como dijera Manolo Preciado. España ha caído ante Suiza y es decepcionante. Pero el equipo es el mismo, los rivales también y la trayectoria de España, de esta España, no de la España del 98 a pesar de su fantasma ni la del 78 a pesar de Cardeñosa, invita a la confianza.

Yo no la he perdido. Sería irracional y absurdo hacerlo. Ahora, quien se quiera aferrar a las meigas, las brujas, los santos y lo paranormal para sumirse en la desesperación y en el fatalismo, está en todo su derecho.

P.D.1

En el partido de la una y media Chile despachó a Honduras sin mayor complicación. Probablemente mereciera más y demostró ser una selección muy complicada. España tendrá que vencer tanto a Honduras como a Chile para pasar a octavos.

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Es en estos días uno encuentra el rencor y la mediocridad por doquier. Ésta es la noticia que encabeza la portada del diario deportivo argentino más afamado, Olé: "¿Candidato? Joder..." Y nos quejamos de Inda.

Más Mundial | España descarrila en la primera curva (Enrique Ballester en Diarios de Fútbol) | Sangrante derrota de España (Fran Castarlenas en Let's Dance To Goal) | ¿Pesimista? No, realista (Sergio Santomé en Planeta Fútbol)
Imagen | El País

Brasil en el corazón de Zaragoza


Eduardo Lázaro | Si hablamos de fútbol, inevitablemente hablamos de pasión. Y si hablamos de pasión por el fútbol, inevitable resulta añadir a la ecuación la palabra Brasil. Que la canarinha no es cualquier selección lo deja bien claro su abultado palmarés y la excepcional colección de futbolistas para la Historia que le ha regalado al balompié; desde Pelé hasta Kaká, pasando por Ronaldo —Ronaldo el de verdad, no CR—.

Tratándose de un equipo colosal, no menos colosal debe de ser su afición. Si por estos lares estamos acostumbrados a la fiebre por "la roja", no deberíamos olvidar que numerosos y muy variados son nuestros amigos de otros países que vibran y disfrutan estos días de Mundial tanto como nosotros. Pero si los hay que de verdad le ponen colorido, alegría y entusiasmo ésos son los brasileños afincados en Zaragoza que se reúnen en la Taberna DiVinis (C/ Félix Latassa) para ser testigos de los avances de su equipo en este campeonato.

Ataviados con camisetas amarillas y verdes; con trompetas y banderas, compartiendo cervezas y algún que otro guaraná, pero sobre todo dispuestos a pasarlo bien, éste nutrido grupo de fieles brasileños canta con orgullo su himno nacional al comienzo del encuentro, y a partir de ahí comienza la fiesta. Mientras Robinho y compañía driblan y hacen fantásticas bicicletas, Marius hace su trabajo entre gritos de ánimo y desesperación por las ocasiones falladas.

Pero que no se preocupen nuestros amigos brasileños, dada la calidad de los futbolistas de su país y vista esa gran afición, haciendo piña a miles de kilómetros de su tierra, pueden tener por seguro que la gloria y la honra de su equipo nacional estarán bien cubiertas pase lo que pase en el terreno de juego. Y es que, la ilusión, la calidad y la fraternidad bien pueden ser las madres del éxito.

Que no decaiga la fiesta del fútbol, puesto que éste es el mas puro y sincero espíritu fraternal del deporte; el de poder compartir una cerveza con gente que ama a un equipo diferente, pero que por encima de todo siente el espectáculo.

Mucha suerte y... nos vemos sobre el terreno de juego.

Lectura recomendada | Ni Brasil lo arregla (Más que Fútbol)

Capítulo 5 | Ni Brasil lo arregla

Andrés Pérez | Cabe plantearse qué queda de este Mundial si ni siquiera Brasil convence. Es cierto, venció a Corea del Norte, pero lo hizo por la mínima; es cierto, pudo sentenciar antes del gol coreano, pero no oculta las dificultades que encontró el cuadro de Dunga para meterle mano a los asiáticos en la primera parte; es cierto, mañana termina la primera jornada del Mundial, pero la excusa de los nervios o el temor a un resultado adverso no debe difuminarnos la realidad: este Mundial, hasta la fecha, no puede ser calificado de otro modo que decepcionante.

Corea del Norte merece mención aparte. Las alineaciones las realiza el líder máximo coreano, Kim Jong-Il, porque aún no se ha encontrado el modo de que Kim Il Sung las decida desde la tumba. Es el país más hermético del mundo y su selección va acompañada constantemente de comisarios políticos que supervisan sus entrenamientos. En Corea la gente no tiene televisores ni neveras y, de hecho, ni siquiera se plantean su utilidad. No porque no quieran, sino porque se les ha privado del conocimiento de su existencia. La ONU dice que en el país hay un 20% de tasa de mortalidad infantil. En la Corea septentrional se organizan millonarias marchas organizadas que se utilizan como propaganda de la unión del pueblo en torno al Querido Líder. Allí el fútbol es una cuestión de Estado.

Imagino que ser futbolista en Corea no es sencillo. Su gesta, la de clasificarse para este Mundial, pasa por irrelevante pero no lo es: es quizá el gesto más extraño y sentimental que el fútbol le ha brindado al torneo. De ahí que su actuación frente a Brasil merezca más aplauso y reconocimiento que la victoria de la pentacampeona. Brasil saltó al campo, jugó a nada, no pudo derrumbar el muro de la 105ª selección del planeta, se estampó en su falta de creatividad, y duele decirlo viniendo de Brasil, paradigma del fútbol virtuoso, ofensivo, valiente, generoso con el espectador. Dunga ha creado una máquina y ha apartado al talento. En esa situación, quien tuvo que romper a Corea fue una genialidad de Maicon.

Decepcionante Brasil, no lo fue menos Portugal. Empató a cero con Costa de Marfil, siempre mejor plantada, físicamente poderosa, técnicamente mejorada, tácticamente mejorable. En el caos sobreviven las selecciones del África negra pero es en el caos donde encuentran su fórmula para noquear a su rival. Más allá de un disparo potentísimo de Ronaldo al palo en la primera parte, el resto del partido se resumió a un dominio caótico de Costa de Marfil que no venció porque Droba atinó mal en la jugada clave del partido. Portugal sobrevivió y ahí encontramos el fracaso de Costa de Marfil, que sin jugar un gran partido al menos lo intentó o lo quiso intentar. Magro balance para ambos en todo caso.

Y por la mañana se volvió a disputar un encuentro falto de ritmo, carente de intención ofensiva, amordazado e indigno de un Mundial. Eslovaquia contra Nueva Zelanda. Algunos tenían alguna que otra esperanza puesta en Eslovaquia como selección revelación pero deberán esperar: jugó dormida, sin ideas ni intenciones, y a pesar de no merecer Nueva Zelanda el empate quizá merecía cierto castigo Eslovaquia por no lanzarse en tromba contra la cenicienta del torneo. Los kiwis empataron en el último suspiro, probablemente, dinamitando las posibilidades de los eslovacos para el resto del Mundial.
Enlace
Resultados de la quinta jornada:

Nueva Zelanda 1 - 1 Eslovaquia
Costa de Marfil 0 - 0 Portugal
Brasil 2 - 1 Corea del Norte

Más Mundial | Quinta jornada del Mundial (Fran Castarlenas en Let's Dance To Goal) | Tibia victoria de Brasil ante una Corea del Norte peleona (Notas de Fútbol) | Corea del Norte hace sudar a Brasil (El Enganche) | 23º 26´17" (día cinco): Maicon le muestra el camino a Brasil (Agustín Devoti en El Balón Europeo)
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martes, 15 de junio de 2010

Capítulo 4 | Italia encuentra la horma de su zapato

Andrés Pérez | No parecía probable que fuera un equipo sudamericano el que, algún día, consiguiera desquiciar a Italia utilizando los mismos métodos que los italianos han utilizado a lo largo de su historia: agresividad, defensa correosa y contragolpe incisivo, ni un sólo milímetro dejado al azar. Y esto, claro, es una exageración: Paraguay no contó con que Justo Villar fallara por alto en un córner al principio de la segunda parte para que De Rossi rematara a placer y le diera el empate a una Italia que demuestra saber sufrir y también no tener ni el más remoto plan para sacar la pelota jugada desde atrás. Lo cual es un problema.

Cannavaro ya no es el mismo del 2006. Buffon tampoco —cayó lesionado—. Materazzi no está. Totti tampoco. Pirlo lo observó todo desde el banquillo, presumiblemente desesperado al ver cómo ni Motolivo ni De Rossi ni Marchisio eran capaces de colaborar con sus centrales para transportar el balón hacia el área paraguaya. Italia ha envejecido y la defensa que le llevó a ser campeona del mundo ahora tiene grietas: el gol de Paraguay, imagino que para espanto de todos los italianos, llegó en un remate de cabeza a pocos minutos del final de la primera parte. Italia probó su propio veneno. Y no encontró medicina para tan sorprendente suceso.

Por la mañana Holanda se llevó por delante a Dinamarca por pura inercia. Hizo más méritos durante la primera parte la selección danesa pero su puntería no anduvo fina, y ya en la segunda parte Poulsen, el lateral, marcó en su propia meta para pasmo y espanto del resto de sus compañeros. Green, Chaouchi, Kuzmanovic, Villar, Poulsen: parece este Mundial determinado por deméritos ajenos antes que por méritos propios. Mala señal. En lo tocante al conjunto tulipán, nada destacable. Sin noticias de Robben, tan sólo los chispazos que surgen de la conexión Van der Vaart - Sneijder da vida al ataque neerlandés. En la segunda parte Dinamarca, de menor talla, se hundió por el peso de su auto-gol. Fin de la historia.

Y no dejemos de mencionar a Japón, la nada desdeñable y muy honrosa selección nipona. Se impuso merecidamente a una triste, horrenda e impotente Camerún con Eto'o de extremo derecha interviniendo nada en el fútbol de su selección. Makoun, Webó y Emana hicieron mutis por el foro y Japón se aprovechó de ello de la mano de Honda, su mejor jugador. Eso sí: en cuanto Camerún apretó, pudo llegar el empate sin nignún tipo de inconveniente, y si no sucedió fue porque la selección africana se puso a apretar cuando restaban escasos tres minutos. Pecó de cobarde o de nerviosa. En cualquier caso se ha complicado la vida.

Resultados de la cuarta jornada:

Holanda 2 - 0 Dinamarca
Japón 1 - 0 Camerún
Italia 1 - 1 Paraguay

Más Mundial | Crónicas del cuarto día de Mundial (Fran Castarlenas en Let's Dance to Goal) | Italia sigue siendo una incógnita (Café Fútbol) | A Italia hay que matarla dos veces (Rubén Uría)
Imagen | El País

lunes, 14 de junio de 2010

Capítulo 3 | Simplemente Alemania

Andrés Pérez | Cuesta recordar un partido de peor nivel en un Mundial que el ofrecido por Eslovenia y Argelia dirimido en un error garrafal del portero argelino para suerte de los eslovenos. Quizá no signifique nada o quizá lo signifique todo: tanto ese gesto, esa broma de mal gusto que el Jabulani le ha jugado a Fawzi Chaouchi, como el partido en sí mismo resumen gran parte de lo sucedido en los tres primeros días, esto es, porteros determinando partidos para mal y un pobre fútbol maltratado por la cobardía y la falta de talento.

Hasta que llegó Alemania y eterna, radiante, competitiva, seria, inteligente y Alemania, simplemente Alemania, se postuló como la otra gran favorita más allá de por el puro peso de la historia. La presencia de Ozil y de Müller en el once de Löw y la ausencia de un Ballack que ya ha aportado todo lo que tenía que aportar al fútbol otorgan al combinado germano un aire rejuvenecido y fresco ante el que poco ha podido hacer una roma Australia, que ha asistido impotente al recital de fútbol, a su manera pero recital, de Alemania y Ozil. Es Ozil, el joven jugador del Werder Bremen, la joya que Alemania no tenía desde tiempos inmemoriales, un jugador determinante capaz de marcar la diferencia por encima del rodillo colectivo.

Se eleva el alemán de origen turco por el resto de sus compañeros para hacer brillar aún más el buen hacer equilibrado y sobrio de Müller y la segunda juventud permanente que vive Klose cada vez que un Mundial asoma la cabeza en el calendario. Khedira y Schweinsteiger dan la solidez adecuada al centro del campo sin descuidar una aseada y personal creación y atrás Friedrich y Mertesacker parecen un seguro adecuado para las aspiraciones de una selección completísima, que sabe competir, que lo demuestra, que no se anda con rodeos y que juega muy bien al fútbol. Esta Alemania suma el peso tradicional de su leyenda y hecos reales y tangibles. Tan tangible como el destrozo que le ha hecho a Australia, cuyos jugadores soñarán esta noche con Ozil.

Antes de Alemania quien alegró la tarde fue Ghana. Se impuso a la Serbia de Antic merecidamente con una imagen notable tanto en defensa como en ataque y pudiendo haber marcado algún gol más. Serbia no rindió al nivel que se esperaba de su buena camada de jugadores jóvenes, pero a pesar de ello en la primera parte dominó y jugo mejor que Ghana. Ghana, en todo caso y tras la victoria frente a Serbia, se postula como la gran favorita para acompañar a Alemania a los octavos de final y no sería descartable imaginar que en caso de Inglaterra ser la primera clasificada del Grupo C tendría no pocos problemas para doblegar al conjunto africano.

Resultados de la tercera jornada:

Argelia 0 - 1 Eslovenia
Serbia 0 - 1 Ghana
Alemania 4 - 0 Australia

P.D.1

Hablando de Inglaterra, ayer rindió a un nivel menor del esperado frente a la siempre bien apañada selección estadounidense y empató a uno tras un garrafal y tremendo fallo de su portero tras un lanzamiento de Dempsey blando y raso. Green vio como el Jabulani se resbalaba entre sus manos para introducirse mansamente en la portería inglesa al mismo tiempo que ninguno de sus compañeros se acercaba a consolarle y Capello volvía la mirada asumiendo algo que parecía haber previsto pero aún se negaba a creer. Más allá del error de Green, humano y decidor de la maldición que acompaña a la portería inglesa allá donde va, Inglaterra anduvo algo tosca y certificó algo que ya se sabía: la pareja Lampard - Gerrard no funciona.

P.D.2

Cuando Inda abre la boca suele ser para decir estupideces. En esta ocasión no deja pasar la oportunidad de la gala de ceremonia del Mundial para castigar con su verborrea inclasificable a la organización sudafricana. Si notan un extraño olor mientras leen el párrafo que a continuación adjunto no se extrañen: es el hedor de la hez periodística.

La ceremonia de inauguración del Mundial fue vulgar, monótona, como de hace 30 años. Parecía como extraída de uno de los últimos capítulos de ‘Cuéntame’. Por un momento imaginé a Antonio Alcántara contemplando a través de su Telefunken cómo se levantaba el telón del primer campeonato del mundo en esa África que también existe. [...] Comparada con la de los Juegos Olímpicos de Pekín, parecía una fiesta de pueblo. [...] Fue un monumental monumento a la chapuza. El público arribó al Soccer City con el tiempo justo o directamente tarde por el espectacular atasco que se lió en el centro de Johannesburgo, por unas caravanes que ríanse de las que padecemos en Madrid o Barcelona un viernes a la hora de comer. La estampa era patética: los 1.500 artistas que participaron en la sosísima performance ejercitaban bellísimas danzas tribales en un estadio ocupado a esas horas, tres y pico de la tarde, por la mitad de los 91.000 espectadores.

[Visto en La Libreta de Van Gaal]


Más Mundial | Crónica del tercer día (Fran Castarlenas en Let's Dance to Goal) | Mundial 2010, las notas del día (2) (Sergio Cortina en Diarios de Fútbol) | 23º 26´17" (las claves de Sudáfrica 2010): días uno y dos (Agustín Devoti en El Balón Europeo)
Imagen | El País

sábado, 12 de junio de 2010

Capítulo 2 | Messi y el resto



Andrés Pérez | No necesita Argentina mayor estímulo que Messi para armar su juego ofensivo. De hecho, más que un estímulo, es el pulso vital de la selección que dirige Maradona. Lo demostró frente a una desastrosa Nigeria en la faceta defensiva: tan sólo cuando Messi agarraba el balón se encendía una chispa de peligrosidad en el área nigeriana, eran Messi y el resto de jugadores argentinos contemplando el descomunal y desbordante talento del barcelonista. Por ahí anduvo Verón, poniendo en práctica lo que debió ser una orden demente de Maradona: calmar el partido, dormirlo, no terminar con Nigeria cuando pudo y debió hacerlo.

Argentina impuso la tediosa concepción futbolística de Maradona, debemos entender, puesto que a pesar de poder haber goleado a Nigeria no lo hizo y, más allá de los errores de Higuaín y las meritorias paradas de Enyeama, partidazo el suyo, la albiceleste no dio sensación de querer más. Si llegaron las ocasiones fue porque Messi es un jugador vertial que no entiende de juego especulativo, no por una intención expresa de Argentina en su conjunto. Heinze y Samuel se daban el balón el uno al otro dejando pasar el tiempo, Mascherano y Verón, observando la nula presión de Nigeria, decidieron no intervenir.

Así pues, Argentina demuestra dos cosas: por un lado, el inagotable talento de Messi, capaz de ganar él solo cualquier partido, y su excelente capacidad de victoria por KO en ataque, semejante al Real Madrid de esta temporada; y, por otro, que no tiene un medio campo ágil y con criterio capaz de imponer un dominio de alto ritmo en los momentos decisivos: Argentina pudo golear pero nadie debe engañarse puesto que Nigeria fue un juguete roto y blando frente a la pasvidiad del centro del campo albiceleste. A pesar de todo ello, a pesar de la posible goleada de Argentina, Nigeria pudo empatar en un par de ocasiones, dando fe de la inseguridad de la zaga argentina.


Previamente, a la una y media, Corea del Sur dominó y jugó bien frente a una Grecia desaroblada, deprimida y vacía de fútbol. La escasez de jugadores de calidad y un caótico plan defensivo fue un caramelo en las botas de Park Ji Sung y Chu Young Park. Se impuso Corea porque tuvo un plan. Perdió Nigeria porque a pesar de la fortaleza física de sus jugadores y adoleciendo un problema generalizado en las selecciones africanas no tiene dicho plan. Descontando a Grecia, horrorsa, ahora mismo los asiáticos tienen todas las papeletas para meterse a octavos. Argentina, simplemente con los latigazos de Messi, debería pasearse en sus dos partidos restantes.

Resultados de la Jornada 2 (a la hora de publicarse este post aún resta por jugarse el Inglaterra - EEUU, del que se hablará mañana):

Corea del Sur 2 - 0 Grecia
Argentina 1 - 0 Nigeria

Más Mundial | Mejora el fútbol en la segunda fecha (Fran Castarlenas en Let's Dance To Goal)
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