viernes, 25 de mayo de 2007

En Liverpool no todos aprendieron a tocar la guitarra (III)


Campeones de Europa. Sonaba grande. Sonaba muy grande, y lo hacía en el corazón de todos los aficionados al Liverpool. 1977 se había cerrado como un año glorioso para el Liverpool. Habían conquistado la Copa de Europa con el 'Passing Game' de Shankly, heredado y llevado a cabo perfectamente por Bob Paisley. La pregunta suena a raro hoy en día pero en el otoño de 1977 era el enigma del viejo continente: ¿Repetiría el Liverpool la corona?

No si por Keegan fuera. El ídolo, el alma de The Kop, Kevin Keegan, se había aburrido del Liverpool. La gloria no fue un motivo radical para quedarse. Tampoco el balón de plata. El Hamburgo, reciente campeón de la Recopa de Europa estaba empeñado en hacerse grande e iba por buen camino, con fichajes como Keegan los títulos no iban a tardar en llegar.
Aunque no sólo de Liverpool y de Keegan vivía Europa en 1977. No era ni año de Mundial ni año de Eurocopa. No había habido nada ese verano y lo más próximo internacionalmente hablando era el Mundial de Argentina 1978 en el frío invierno gaucho. Los grandes seguían en crisis, el Real Madrid, antiguo dominador de la competición seguía cayendo en picado. Referencia durante años, los blancos ahora ni se habían clasificado para la máxima competición continental, el único equipo español que lo había conseguido era el Atlético de Madrid comandado por Leivinha.


Pero hablemos del Liverpool. La marcha de Keegan se preveía como insuperable para un equipo que dependía en buena medida del mejor jugador europeo del momento si no hubiera sido por la llegada de un chaval que gracias a su incontestable calidad acabaría enamorando a The Kop, un The Kop que todavía lloraba la marcha de su niño mimado al fútbol alemán. Ese chaval, escocés, proveniente del Celtic, no es otro que Kenny Dalglish, rápido, elegante y ofensivo. Muy ofensivo. Uno de esos jugadores que cuando cogía la pelota sólo tenía la portería en mente.

La primera fase no presentó complicaciones para los reds. Ni para la mayoría de los grandes favoritos: La Juventus de Bettega, el Benfica, el Brujas, el Atlético, el Ajax (reaparece) o el Borussia Mönchengladbach pasaron sin excesivos problemas.
Llegaron los octavos de final en el invierno europeo y el Liverpool se enfrentaba al Dinamo de Dresde, el cual no presentó cara alguna ante el extraordinario recital red en Anfield: 5-1 y la eliminatoria vista para sentencia.
Sin embargo, lo más importante de los octavos de final no fue en absoluto el festín goledor del Liverpool. Mientras la Juve impresionaba y el Atlético pasaba más apuros de los debidos, un jugador decía adiós después de muchas temporadas de talento. Eclipsado por Garrincha, el posiblemente mejor extremo europeo de todos los tiempos junto a Best, se retiraba. Dragan Dzajic decía adiós a la Copa de Europa tras caer el Estrella Roja frente al Borussia Mönchengladbach. Dzajic, balón de bronce en el 68, representaba al extremo romántico por excelencia y está considerado como uno de los mejores jugadores yugoslavos de la historia.


Los cuartos eran otra historia. Los débiles habían caído y no había habido ninguna sorpresa. Todos los grandes estaban allí cuando se les exigió y ahora faltaba por ver cual de ellos era el más digno para disputarse la final de la Copa de Europa en las semifinales.
Quizá, la eliminatoria más apasionante fue la de Juventus y Ajax. El Ajax, resucitado tras la llegada de Tomislav Ivic, quería volver a ser grande y la Juventus quería resarcirse de la derrota en 1973 en la misma final, a las puertas de la gloria. Tal cóctel de emociones sólo podía terminar como terminó: 1-1 en los dos partidos y a resolverlo en los penaltys. La Juve, tuvo más suerte.
El Brujas seguía creciendo y dejó en la cuneta al Atlético, y el Borussia Mönchengladbach alcanzaba de nuevo las semifinales derrotando al inédito Wacker.
El Liverpool, se enfrentaba a otra gloria venida a menos: el Benfica. La cosa estaba difícil, porque un Benfica herido, intentaba de nuevo llegar a la cima de europa. Pero si estaba difícil para los ingleses, para los portugueses resultó un imposible venciendo los reds en ambos partidos con un parcial total de 6-2.


Golpe de autoridad de los muchachos de Paisley. Demostraron que con Keegan o sin él, ellos seguían allí e iban de camino a por la segunda, en dos años. Espíritu, en eso se resume el Liverpool a lo largo de su historia, y este año, no iba a ser menos. Clemence, Neal, Kennedy, Mc Dermott, Heighway, seguían allí y la marcha de Keegan la suplió Dalglish sin necesidad de tiempo de adaptación, algo que hoy, parece indispensable.

Y el destino, o el azar, tan caprichosos ambos para este tipo de duelos, hizo que Borussia Mönchengladbach y Liverpool se enfrentaran de nuevo. La final del año pasado estaba sangrando todavía en los corazones de los orgullosos alemanes, y esta vez, definitivamente, el objetivo era tumbar a esa bestia llamada Liverpool. El Borussia Mönchengladbach buscaba un título desesperadamente y lo hacía con las armas de siempre más un danés buenísimo y balón de oro: Alan Simonsen, una lástima que no puediera jugar el partido de ida.


Partido, que fue favorable para los esperanzados alemanes (no utilizo el gentilicio de Mönchengladbach por razones evidentes). 2-1, milagro. El Liverpool empató el gol de Hannes en el 88' y fue Bonhof quien remontara un minuto más tarde. Demasiada poca renta para salir vivo de Anfield. Efectivamente, la fue. 3-0 se llevaron los alemanes en un partido glorioso para el Liverpool, con la grada volcada y con un debutante que posteriormente escribiría con letras de oro en el libro sagrado de Anfield: Graeme Souness.

De nuevo, final. Esta vez ante el Brujas, equipo al que el Liverpool ya venció en su segunda UEFA. El Brujas no era mal equipo, había eliminado a la Juventus, pero no era suficiente para llegar de favorito. El Liverpool arrasaba en las apuestas y no era para menos. La máquina red estaba entonada y comandada excepcionalmente por Dalglish.
Se jugaba la final en Wembley, y como no podía ser de otra manera, el título se iría para casa de un inglés.
Fue un partido glorioso por parte del Liverpool. 19 tiros a puerta y multitud de llegadas. Los delanteros del Merseyde supusieron una pesadilla para más de un belga aquella noche. Y a pesar de todo, sólo Dalglish, cómo no, sería el que abreiría el marcador, y el que lo cerraría con un solitario gol. 1-0.

Campeones. Por segundo año consecutivo. El Liverpool consolidaba imperio y no parecía haber equipo capaz de frenarle. En estado de gracia, perder a su mejor jugador hacía aparecer a otro igual o mejor que el anterior. El cielo era definitivamente rojo, y lo seguiría siendo muchos años más. Pero nadie dijo que sólo el Liverpool vistiera de rojo.

Continuará...


Vídeo de Dalglish:



El gol de la final de 1978:




Vía | Wikipedia, 50 años de la Copa de Europa (As), Más que Fútbol
Fotos | BBC Sport, UEFA, Calcio Ifrance, De archivo

lunes, 7 de mayo de 2007

Vídeos del primer fin de semana de Mayo

Debido a mi ajetreada vida de estudiante, no puedo actualizar esta semana en condiciones ni pasarme por vuestros blogs, una pena, quería hacer un resumen de cómo está Europa, pero imposible. Os dejo los vídeos de los partidos más relevantes de la Jornada 33 de la Liga y algo más de Europa.

Real Zaragoza - Racing





Real Sociedad - Barcelona




Real Madrid - Sevilla





Arsenal - Chelsea (Man U Campeón)





La ronda dos de los penaltys de la final de la Copa Holandesa (AZ - Ajax)


viernes, 4 de mayo de 2007

En Liverpool no todos aprendieron a tocar la guitarra (II)


Corría el año 1976 y el Liverpool, reciente ganador de la copa de la UEFA, se había metido entre los grandes de Europa. Clasificado para la Copa de Europa. Eran tiempos en los que los teutones dominaban en Europa, 3 años antes, el Bayern de Munich había conseguido alzar la orejuda consecutivamente, conducidos por Beckenbauer y rematados por Müller.
El dominio alemán, incontestable en clubs y selección (campeona del mundo en 1974), empezó a resentirse de la edad de sus estrellas, la mayoría en la recta final de sus carreras. Era año de Eurocopa, y como mandaba la tradición, Alemania Federal estaba en la final. Pero enfrente estaba la Checoslovaquia de Nehoda y Panenka, y el resto de la historia la conocemos todos.

Así que nuestro Liverpool, ante tanto teutón, se presentó con los avales de haber conseguido la UEFA y la Liga doméstica. No era un equipo eminentemente ofensivo, tan sólo marcó 66 goles en 42 partidos, la cifra más baja para un equipo inglés desde la Segunda Guerra Mundial. No importaba. Era una plantilla equilibrada la creada por Bill Shankly y continuada por Bob Pasiley, entre los que destacaba por encima de todos el ídolo de The Kop, el niño genio de Anfield: Kevin Keegan.


Este sería el gran inicio del mítico Liverpool. aquí sí que empezaría su época dorada, la suya y la de toda Inglaterra, porque no sólo los del Merseyde consiguieron copas de Europa (3). El Nottinghan Forest (ya habrá tiempo de hablar de este) y el Aston Villa se coronarían como campeones de Europa, dos y una veces respectivamente.
Pero es el momento de hablar del Liverpool. En sus inicios lo tuvo bastante fácil. Las dos primeras eliminatorias las saldó sin problemas, primero ante los irlandeses del Crusauders y más tarde ante los turcos del Trabzonspor. Estaban arrasando. Acompañados por el ambiente infernal de Anfield y por su excelente plantilla sólo recibieron un gol en contra por 10 a favor.

Europa vivía tiempos confusos. El Madrid, estuvo a punto de no jugar esta edición de la Copa de Europa, ya que un año antes el 'Loco del Bernabeú' casi había dejado sin mentón a Gerd Müller y al árbitro del encuentro Real Madrid - Bayern de Münich.
Además, se estaba produciendo un cambio generacional entre los equipos que aspiraban al trono. El Ajax había sido borrado por completo de la escena, el Milan también, de los equipos campeones sólo el Benfica, el Real Madrid y el Bayern de Münich estaban en las rondas eliminatorias. Era el apogeo de nuevos equipos, tales como el Torino (el segundo mejor Torino de la historia), el Brujas, el Saint Ettiene, el Zúrich, el Borussia Mönchengladbach o el gran Dinamo de Kiev de Blokhin. Tiempos de cambio.


Los grandes además, fueron cayendo poco a poco. Primero el Madrid, de manos del Brujas y posteriormente el mítico Bayern, de manos del Dinamo de Kiev. El Liverpool eliminó al Saint Ettiene y para completar los semifinalistas se unió el Zúrich.
Ya había semifinales. The Kop lo sabía, y estaba exultante, pletórica. Vivió como nunca la noche de la remontada frente al Saint Ettiene y explotó cuando Fairclough marcó el gol de la clasificación.
El pueblo de nuevo era feliz. Su equipo, el Liverpool iba camino de convertirse en el equipo más grande de Europa. El cielo, estaba cada vez más cerca.

Pero para alcanzarlo, había que pasar por el correoso Zúrich. No era un equipo excesivamente brillante, simplemente era un equipo. Un equipo que en ningún momento presentó batalla. En la ida, un 1-3 finiquitó la eliminatoria, y en la vuelta Anfield disfrutó con el 3-0 que daba paso a la final. Además, los jugadores crecían y crecían. Conducidos por Bob Paisley, entrenador y leyenda del Liverpool, no sólo Keegan y Toshak eran ya 'los buenos', Heighway, Phil Neal, Kennedy, Mc Dermott, todos ellos multiplicaron sus prestaciones ante el reto de ser campeones.


Un reto, que pasaba por ganar el Borussia Mönchengladbach. De nuevo. Ambos equipos se veían las caras otra vez desde la final de 1973 en la que el Liverpool (a ida y vuelta) se impusó agónicamente a un equipazo, que estaba dispuesto a mantener la hegemonía babárica en Europa. El Bayern había caído, pero ellos seguían vivos y coleando. Alemania quería continuar su reinado.
El problema para ellos, es que no era el tiempo de las salchichas, sino el del té a media tarde y el del 'fish and cheaps'.

El 25 de Mayo de 1977 se citaron en Roma ambos equipos. El entrenador del Mönchengladbach sabía del peligro de Keegan y puso a su particular perro de presa a marcarlo. Ese era Vogts. Defensa nato, de un carácter indomable, había apagado ya el fuego de Cruijff en la final del mundial del 74 y el de Blokhin en semifinales de este mismo año. Pero Keegan pudo con él, el niño prodigio de The Kop no pudo ser contenido por Vogts, que vió como una y otra vez se marchaba de su marcaje al hombre.
Mc Dermott adelantó al Liverpool, pero Simonssen empató en el 48'. Todo por delante y nada por decidir.


Era el momento de uno de esos guiños del destino que tanto han acompañado al Liverpool a lo largo de la historia. Tommy Smith, fue en las dos UEFA del Liverpool el capitán. Su veteranía, le había relegado a la suplencia, pero la lesión de Thompson le abrió un hueco en el once titular y... Marcó el 2-1. La locura, quedaban 25 minutos pero los aficionados se vinieron arriba. El cielo estaba a escasos centímetros.

Y como no podía ser de otra manera, esos centrímetos los completo Keegan. Terminó de bailar a Vogts, que harto de la indolencia del inglés que tanto atentaba contra su orgullo alemán, le derribó dentro del área. Phil Neal convirtió desde los once metros. Era el 84'. El cielo, ya se empezaba a teñir de rojo y los ángeles comenzaban a cantaban el 'You´ll never walk alone'. Pero el cielo sólo había empezado a teñirse...

Continuará...

Os dejo la final de la FA Cup del 77 entre el Liverpool y el Man U, el 7 de blanco es Keegan.



Vía | Más que Fútbol, Wikipedia
Fotos | De archivo, Toffs, WBLSC, Liverweb

miércoles, 2 de mayo de 2007

Vídeo del festival rossonero

Vídeo resumen del partido de ayer. El primer gol del Milan una obra de arte, por el pase al hueco de Nesta, por el desmarque que deja el pasillo en la frontal de Inzaghi, por cómo la peina Seedorf y por el golpeo de Kaka´.
El segundo nace gracias a la presión, que fuerza la pérdida de balón de Vidic. Impresionante como Pirlo centra sin ángulo.
El tercero, la puntilla, contra de libro y definición perfecta de Gilardino.




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Cosas del destino (Milan 3 - 0 Manchester United)


El destino es caprichoso. Nos conduce por caminos inesperados y nos lleva a nuestros orígenes, o bien, a nuestros miedos más profundos. Aquello que más tememos o temimos aparece de nuevo en nuestras vidas para darnos una segunda oportunidad.
El destino le ha dado una segunda vuelta al Milan. Estambul tendrá su alterego en Atenas, Liverpool y Milan se volverán a ver las caras dos años después de la mejor final de la historia del torneo.

Se citaban en el césped de San Siro posiblemente dos de los mejores equipos de Europa. Ambos, cada uno con su estilo, pueden presumir de ser los equipos más ofensivos y estilistas de su país, por ello nos regalaron un monumento al fútbol en la ida, y por ello nuestras esperanzas de ver algo parecido en la vuelta eran realistas.
Pero el partido ha resultado ser algo muy diferente a un duelo de bailarines de salón, a ese duelo, en el parqué del Guissepe Meazza, sólo se ha presentado el Milan, ganando de goleada.


El Milan ha pasado, y asumiendo que ahora es ventajista, tenía la corazonada de que pasaría (no se en que blog lo puse). El Milan puede tener menos fogosidad y espectacularidad que el Manchester, pero tiene mucha más clase y oficio. Combina los dos elementos necesarios en el manual del buen italiano, la elegancia y la sobriedad atrás. Ha exprimido sus dos virtudes al máximo y conducidos por un genial Kaka´, los milanistas han alcanzado al final de Atenas, donde espera su pesadilla: El Liverpool que les remontó un 3-0 en una final.
Cuando empezó el partido se vieron claras las impresiones de uno y de otro, y conforme pasaba la primera parte nos dimos cuenta de que el Manchester no estaba. El Milan se marcó unos primeros 45' espectacualres, un poema al fútbol y un vídeo perfecto en las academias de los chavales de cómo defender con la defensa adelantada y de cómo presionar en campo contrario.


El éxito del Milan, esta noche ha residido en la presión en campo rival. Ancelotti analizó bien el partido de ida, y se dió cuenta de que todos los balones en el mediocampo del Man U pasaban o bien por Scholes o bien por Carrick. La solución la planteó rápidamente, los medios presionarían y taparían cualquier agujero en el mediocampo y dejarían hacer a Vidic y Browm cuyas virtudes son muchas menos el balón jugado, por lo que opatarían por el balón en largo donde entraría en juego la defensa, adelantada y recuperando balones ante la ausencia de un delantero boya. The Masterplan. Y si a eso le añades dos goles en la primera parte prácticamente sentencias la eliminatiria.

El Manchester no se encontraba, Scholes, su brújula, veía como los balones pasaban por alto y llegaban en ocasiones a los pies de Cristiano Ronaldo. Algún día, llegará a madurar por completo. Hoy no lo hizo y ahí perdió su duelo con Kaka´, individualista y excesivamente barroco, Ronaldo se perdió en su mundo y olvidó que tenía amigos alrededor. Horrible partido del luso.


Al igual que todo el Manchester prácticamente, ya que si el Milan destacó porque todos sus jugadores rindieron al nivel máximo, el Manchester hizo lo propio pero por el nulo rendimiento de sus jugadores.
Ancelotti ganó la partida a Ferguson y éste nunca supo reaccionar.

La primera parte, como ya he dicho, es de vídeo. Kaka´, Pirlo y Seedorf abusaron de una defensa del Manchester blanda rozando lo infantil, que veía como le superaban por los cuatro costados. Gattuso y Ambrosini imponían la ley seca en el mediocampo, Nesta la ley del más guapo en la defensa y por los carriles Jankulovsky y Oddo enseñaban como debe jugar un lateral, seguro atrás e incisivo alante.
Imposible para el Manchester, que al empezar la segunda parte intentó volver a ser aquel equipo de Old Trafford que un día no muy lejano maravilló al mundo. No lo consiguió. No era su noche, la de ningún jugador. Con el Manchester volcado llegaron los espacios, y Kaka´ ahí es el jugador más desequilibrante del planeta. Él no marcó, lo hizo Gilardino dejando el partido para que Gattuso se buscara una bronca con Scholes y se gustara con su propio personaje.


Por cosas del destino el Milan soñará esta noche con la final de hace dos años. El Liverpool también. Tras la exhibición de hoy el Milan es favorito, sin duda, también lo era en 2005.
Pero eso no les importa a los jugadores. Atenas lleva la V de vendetta escrita en la entrada del hotel del Milan cuya obsesión es quitarse la espina clavada en 2005 cuando les remontaron un 3-0. Los fantasmas de Estambul acechan, es la hora de cazarlos o dejar que se te coman. Milan, Liverpool, final de la Copa de Europa. Estambul segunda vuelta, ¿se acuerdan de la mejor final de la historia? Vayan abriendo boca entonces.

Fotos | La Gazzeta dello Sport

Noche de Champions: Le toca a los artistas


Resaca inglesa. Ayer ya vimos cómo el fútbol en estado puro nos mantuvo hasta los penaltys pegados al televisor. ¿Hoy? Le toca a los que hacen del fútbol un arte.
Manchester y Milan se enfrentan en lo que promete ser uno de los partidos del año (sí otra vez), todo un elenco de jugadorazos se darán cita hoy en el césped de San Siro para rendir otro homenaje al fútbol, o bien para esculpir un monumento parecido al de Old Trafford.

Kaka´y Cristiano Ronaldo monopolizan las portadas. Duelo de dioses, he llegado a leer. No andan descaminados, Kaka´y Ronaldo a día de hoy son los dos mejores jugadores del mundo con permiso de Drogba. En la ida el brasileño se salió, dos goles, consagración y derrota inesperada en el último minuto.
Derrota que consumó el otro invitado a la fiesta: Rooney. No podía faltar, no es tan elegante y dudo que sea tan ligón como cuentan de su amigo portugés, pero en lo que se refiere a lo estrictamente futbolístico Rooney es cómo de ellos. El Manchester a la contra, hoy con Rooney arriba puede regalarnos un festival de cómo jugarle al Milan.

Esta vez no hay cruce de declaraciones mal intencionadas entre ambos entrenadores, hoy, lo que cuenta es la belleza y regalar al aficionado otra final. Ancelotti y Ferguson, elegantes ambos, han dejado paso a sus jugadores en lo que a protagonismo se refiere.
Hoy es el turno de Kaka´, Cristiano Ronaldo y Rooney (bendita juventud), pero habrá lugartenientes que no se querrán perder el tiroteo de saloon en lo que se puede convertir esta noche el césped de Milano: Seedorf, Scholes, Carrick, Pirlo, Gilardino, Giggs, y por supuesto Genaro Gattuso (algún barrendero tendría que haber entre tanto pintor, escultor y arquitecto).

Acomoden el sofá, tomen un aperitivo, relájense, sienténse. Fútbol de salón, servido en 90' minutos. Disfruten.

Foto | De archivo, El País
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Vídeos del drama en Anfield

Golazo de Agger al primer toque tras jugada ensayada e impresionante demostración de Reina y de los jugadores del Liverpool que tiraron todos los penaltys bien, de ahí que estén en la final. El gol de Agger:




Los penaltys:




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martes, 1 de mayo de 2007

Dulce Condena (Liverpool 1 - 0 Chelsea)


Yo, de pequeño, soñaba con la Copa de Europa. Muy simple, y muy común. El problema es que sigo soñando con ella. Es la competición de mis sueños, tenga 8 años o tenga 50, porque permite soñar, permite soñar despiertos, y sobre todo, permite que nuestros sueños se hagan realidad.

Ninguna otra competición en el mundo es capaz de hacer nuestros sueños realidad. Ese gol, bien de chilena bien tras dejar en el camino a tanto inglés (Victor Hugo Morales dixit) en el último minuto que le da la victoria a tu equipo, es posible en la Champions. El Mundial es otra cosa, es más efervescente pero menos mágico, no encierra tanta mística y tanta espiritualidad como lo pueda hacer la Copa de Europa. Es en esta competición en la que podemos contemplar cómo equipos chocan contra su historia, se crean barreras invisibles, mientras otros se lanzan al estrellato apoyados por su historia y sobre todo por su afición.


Sí, el Chelsea es el primero, y el Liverpool el segundo. El Chelsea se convirtió equipo grande el día que un magnate ruso enriquecido por el petróleo le hizo de oro. Fichajes, clase, calidad y un entrenador serio que es más y sobre todo se cree más que sus estrellas, indispensable para controlar un vestuario que bien podría estar inflado de ego y altanería. No lo está y no es por la mano del portugués.
EL Chelsea tiene una barrera moral, una trampa psicológica que le va a costar mucho quitarse de encima. En 4 años ha llegado tres veces a las semifinales y ha caído en otras tantas. No es cuestión de equipo, ya que el Chelsea tenía mejor equipo en sus tres cruces. Es cuestión de afición, es cuestión de historia, pero sobre todo es cuestión de sueños.

La Copa de Europa se cimienta en los sueños, y los cimientos del Liverpool son los más fuertes de Europa. Leí una vez que los jugadores antiguos del Liverpool creían que The Kop aspiraba los goles. Nunca me lo creí. Me demostraron que era cierto en 2005 y me lo han vuelto a demostrar esta noche.
El Chelsea es un gran equipo ojo, y a base de insistir estoy seguro de que en un futuro ganarán una Copa de Europa, necesitan que su historia les pese, necesitan un The Kop. El Liverpool la tiene.


Llegaban los blues con ventaja a Anfield. La táctica de Mourinho estaba clara, atrás, lo más cerca de Cech posible y salir a la contra con un Drogba que tenía que coger todas. El problema es que Anfield se pegó cantando 20 minutos, minutos en los que el Liverpool se salió.
En defensa, Drogba no se llevó ninguna gracias a un gran Agger y a un buen Carragher en las coberturas, en el medio Gerrard pudo con todos, Mascherano se consagró y Zenden estorbó lo suficiente. Y arriba Kuyt no paró de correr ni Crouch de pelear en vano. El Liverpool dominaba (71% - 29% posesión) y el Chelsea no se encontraba. Tenían un zumbido en la oreja preocupante, la grada, que les atormentó hasta que en el 22' tras jugada ensayada Agger marcó.

Con la eliminatoria igualada, al Chelsea le tocó golpear. Pasó a tener el control del juego, Lampard presente, y a incomodar seriamente la meta de Reina. Drogba primero, Essien (con la espalda) después y finalmente Lampard desde un tiro en la banda izquierda demostraron que el Chelsea no iba a regalar el partido.
Y no lo hicieron, en la segunda parte la superioridad de los londinenses se hizo patente definitivamente aunque no consiguieron tener las mejores oportunidades. Curiosa paradoja, cuando el Liverpool más se ahogaba era cuando más daño hacía. Kuyt al larguero tras impresionante testarazo, y posteriormente Crouch de la misma manera metieron el miedo en el cuerpo de los blues. La cosa quedó en a ver quién era el que más miedo tenía, y en esas circunstancias apareció Xabi Alonso para rescatar un mediocampo que se sostenía gracias al impresionante Mascherano.


Así que los 20 últimos minutos fueron más miedo que otra cosa. Si acaso una ocasión clarisima de Drogba y una más en el último minuto a la que no llegó. Fin. Prórroga, más miedo, más gemelos cargados, más de Essien el magnífico, al que esta noche sólo le ha faltado la capa para volar.
El Liverpool a lo suyo, atrás, pero misterios de la vida, más peligroso que el Chelsea. Lanzó Alonso, paró Cech pero con rebote, llegó Kuyt, marcó y levantó el brazo el linier. ¿Fue? Unos dicen que sí, otros que no. Ahora no importa.
La segunda parte de la prórroga para borrarla del vídeo, normal, demasiado miedo, ambos pactaron unos penaltys que decidirían el finalista.

Y fue el Liverpool. Ganó Anfield, primero y sus jugadores después. Ni cinco minutos de descanso, gargantas afónicas, nervios a flor de piel, uñas acabadas, pero seguían cantando cada vez con más fuerza. Reina se irguió como héroe de Liverpool, paró dos, el Liverpool metió todos.


Está condenado a ser grande en Europa. Al igual que estaba condenada España sin representación en estas semifinales. Saben, a mi no me entristece aunque a muchos sí. No he echado de menos al renqueante Barça, ni al rancio Madrid, ni al especulador Valencia.
Esto es fútbol, en estado puro. Gracias Inglaterra por regalarnos unas semifinales como éstas, no hay nada comparable. Gracias Chelsea, gracias Liverpool por condenarnos sin representación española. Dulce Condena.

Fotos | La Gazzeta dello Sport

Noche de Champions: Anfield decide


Comienza la cuenta atrás. Hoy, a la hora de siempre (20:45) toca Champions League. Y Champions este año significa Inglaterra, así que termina el primer capítulo del festival inglés en Europa.
Liverpool y Chelsea se ven las caras de nuevo como hace dos años, en la vuelta de las semifinales y con todo por decidir. A excepción del resultado, 1-0 a favor del Chelsea en la ida, con lo que el Liverpool (o The Kop) tendrá que volver a meter un gol, y si quiere pasar, dos.

Los planes defensivos del Chelsea han sido trastocados. Mourinho no podrá contar con el mejor defensa central del mundo: Carvalho. Y eso es un problema a la hora de intentar frenar al larguilucho Peter Crouch, ya que Essien ni mucho menos es un central a la altura del portugués. Por lo demás la cosa está como siempre. Liverpool y Chelsea se han enfrentado 16 veces desde el 2003 con 8 victorias de los blues por 5 de los reds.

Y como suele ser habitual el cruce de declaraciones entre Benítez y Mourinho no tiene desperdicio. Esta vez es el español el que ataca 'Sus rotaciones le han costado la liga'. Mourinho baja la cabeza 'No voy a contestar a lo que diga Rafa', pero deja entrever el hecho de que Mejuto arbitre 'Mejuto es español y un árbitro de máximo nivel y prefiero un buen árbitro español a uno malo de cualquier otro país ¿pero se imaginan que el árbitro fuera portugues?'.


Al Liverpool no le queda otra opción que encomendarse a Anfield. Las noches de gloria de tiempos atrás y tiempos no tan lejanos se tendrán que revivir si el Liverpool pretende pasar la eliminatoria. Comienza el britshow.

Vía | As
Foto | De archivo, Infobae