martes, 28 de agosto de 2007

Adiós, Antonio


Somos temporales. Esa temporalidad nos afecta como la condición que somos, seres humanos. Estamos expuestos a cualquier victoria, a cualquier derrota, pero sobre todo estamos expuestos a que los hilos que unen nuestro cuerpo con la vida se corten en cualquier momento, en casa, en el trabajo, o en un campo de fútbol.
No hay salvación posible. No vivimos eternamente. La muerte nos persigue con el cuchillo entre los dientes, algunos tienen suerte si se la encuentran en una esquina a medianoche y consiguen esquivarla. Pero no todos corren la misma suerte. Normalmente, nos gana. Y es entonces cuando toca llorar.

Antonio Puerta ha muerto. Hoy el fútbol llora. Hoy el fútbol se para. A mi todavía me cuesta creerlo. No hace más de un año y medio cuando puerta metió ese golazo al Shalcke 04 que clasificó al Sevilla para su primera final de la copa de la UEFA, final que luego ganaría. Este había sido el año de su explosión, de su crecimiento total como futbolista. Pero eso, ahora, no importa. Hablar de fútbol hoy es una frivolidad.
Da igual cuantos goles marcara, da igual cuantos centros hiciera, da igual cuantos partidos jugara. Nadie piensa en eso, no es relevante, el fútbol, no es más que un glorioso deporte, pero cuando un futbolista muere practicando lo que mejor sabe hacer, el fútbol queda eclipsado, y sólo el recuerdo de aquellos que cayeron como Puerta nos recuerda que en efecto, la desgracia también asola este deporte.

Hoy lloramos que un hombre con toda la vida por delante y un hijo en dos meses, ya no está con nosotros. Murió tras dos días de agonía. Me cuesta aceptar que el mismo Puerta al que consideraba de los mejores laterales zurdos de España ya no volverá a vestir la casaca del Sevilla para correr la banda y ponerla desde la banda. Me cuesta aceptar que el sábado Puerta portaba el 16 a su espalda y era feliz jugando al fútbol. Me cuesta aceptar que somos temporales. Pero es la cruda realidad.
Ni siquiera somos dueños de nuestra vida, el dolor se apodera de ella cuando alguien querido muere, nos quita lo que somos, nos quita la felicidad. La muerte súbita se apodera del fútbol, hoy, le a quitado las ganas de seguir jugando.
Sea como sea, descansa en paz, Antonio.



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PD: Desde Más que Fútbol el más sincero pésame a la familia de Antonio Puerta, a su mujer y al que en el futuro será su hijo. Sed fuertes.