lunes, 29 de junio de 2009

No hablen de Leyenda Negra

Andrés Pérez | Como es de costumbre en este país al mínimo síntoma de debilidad que la selección española, la misma que ha batido todos los récordos de victorias consecutivas, partidos invicta y para colmo de bienes se ha proclamado campeona de Europa, ha mostrado el fatalismo ha resurgido. España cayó frente a Estados Unidos y se despidió tercera de la Copa Confederaciones gracias a que Güiza salvó los muebles frente a Sudáfrica en el partido del tercer y cuarto puesto, una patraña de la FIFA. La selección se despide del país africano con un balance desolador. Del buen juego ni rastro, de los goles tan sólo ante Nueva Zelanda y de partidos frente a selecciones presumiblemente rivales en el Mundial nada. Cero. Niet. En efecto no es una buena noticia. España ha llegado cansada y desmotivada a un torneo desprestigiado cuyo único aliciente es medirse a rivales de la talla de Brasil. Siquiera ese objetivo ha sido conseguido por lo que sin paliativos se puede decir que el paso del conjunto de Del Bosque por la competición ha sido un estrepitoso fra-ca-so.

Ahora bien. No seré yo quien dilapide ahora a la selección que hace un año obtuvo el cetro europeo. No sería justo ni real aunque haya carencias notables a pulir. Conviene empezar por los fallos, ya saben, para invitar al optimismo una vez analizados los problemas. Del Bosque no es Aragonés, no es ninguna novedad pero es lo más concluyente que se puede extraer de la estancia en Sudáfrica. Quien antaño ganara la Copa de Europa con el Madrid ni ha mantenido la línea de su predecesor ni la ha mejorado. En la Eurocopa, España jugaba con tres mediapuntas cuando no eran cuatro con la inclusión de Fábregas. Todos ellos por delante de Senna, un único recuperador. A priori una tarea imposible y un suicidio futbolístico. Sin embargo en la abrumadora posesión de balón y en la exhuberante calidad de los mediapuntas residió la clave del éxito. La mejor defensa era un buen ataque y España no sufrió en la retaguardia ni en semifinales ni en la final. Todo un logro, toda una lección de fútbol.

Sin embargo la llegada del Del Bosque ha enterrado en cierto modo la utopía de un centro del campo poblado de jugadores aparantemente incompatibles. Incompetibles puesto que, en teoría, reúnen características semejantes y se mueven en la misma franja del campo. En teoría, no en la práctica. La utopía la confirmó Luis en Viena: se puede jugar con cuatro genios a la vez, sin atender a las bandas ni al tacticismo. Del Bosque en esta Copa y como venía haciendo no ha hecho más que enterrar el sueño de quienes creen en un fútbol plenamente preciosista. Es cierto que faltaba Iniesta y que Silva no estaba en su mejor nivel, pero no es menos cierto que la posición de Villa no ha sido tan retrasada como lo fue en los primeros compases de la Eurocopa o que Xavi ha jugado retrasadísimo, prácticamente a la altura de Xabi Alonso. El espíritu de posesión se mantenía, pero sin el fútbol asociativo de antaño, sin toda una amalgama de jugones alrededor del área. El toque se ha retrasado hacia el medio campo y por tanto, ha aumentado el peligro de no hacer daño a defensas parapetadas frente a su portería.

Tal esquema provoca que Xavi tenga que recorrer mucho campo para asistir a los delanteros, Villa y Torres, ahogados y sin espacios. A excepción de Nueva Zelanda, todos los equipos se han sabido defender de España. No hablamos de selecciones de estima, en absoluto. Sudáfrica, Irak y Estados Unidos. Ante ese panorama, ante un bloqueo insalvable, las bandas se han presentado como la única vía de escape. Así se ganó a Irak, con un centro de Capdevilla y así llegó una y otra vez España al área de Estados Unidos, por medio de Sergio Ramos. Bien, está Torres, dirán los más optimistas. Pero no basta. Torres es un gran cabeceador pero está solo, abandonado a su suerte entre dos o tres centrales tan fuertes y altos como él. Los demás no dan la talla en el área, no nacieron para ello, edifican su fútbol en el balón al suelo, en bajar la pelota al piso, no en la guerra aérea.

Los mediapuntas no han existido esta vez. Hemos pasado de cuatro a cero. Xavi no lo era puesto que jugaba prácticamente a la par de Xabi Alonso. Riera es extremo y Cazorla ha estado por completo desaparecido, por no hablar de Fábregas, quien fue el mejor frente a los americanos pero fue sustituido. Sobre él recaía la misión de enlazar con Villa y Torres pero el esquema de Del Bosque le desplazaba hacia la derecha, perdiendo la asociación adecuada con Xavi. Del fútbol de toque y un socio en cada esquina hemos pasado a la soledad de cada uno de sus componentes. He ahí la clave del fracaso. Porque no conviene engañarse. España ha fracasado.

Sea como fuere la inesperada eliminación no ha de ser necesariamente un drama. Se ha hecho mal pero hay razones de peso para creer que tal desastre no se repetirá en el Mundial. Por lo pronto, la temporada ha hecho mucho daño a determinados jugadores, como los del Barça, agotados, fulminados tras una temproada extenuante. Es posible que el próximo año tal situación se repita, pero entendamos que la temporada terminará mucho antes. Para todos. El grupo tiene calidad, está unido, y a pesar de todo, a pesar del fatalismo imperante, de los medios de comunicación morbosos y lamentables intentando vendernos que la leyenda negra resucita y que la Eurocopa fue flor de un día, seguimos estando ante la mejor generación de futbolistas que este país haya contemplado jamás. Faltaba Iniesta, faltaba Senna, faltaba Silva mentalmente a pesar de su presencia constante en el banquillo. Faltaban los pilares básicos, la filosofía, el espíritu y sobre todo la motivación necesaria para afrontar un torneo de estas características. Conviene pulir los errores sin perder la perspectiva. El equipo sigue siendo el mismo. Su fútbol no ha variado. Del Bosque tendrá que aprender de esta experiencia. Obviando la contumaz estupidez de la leyenda negra.

Vía | El País, Marca, Más que Fútbol
Imagen | Marca

Copa Confederaciones 2009 | Final

Andrés Pérez | Duró el viejo sueño americano lo que Luis Fabiano y Brasil en términos genéricos quiso. Una Confederaciones un tanto extraña, con las grandes selecciones de capa caída. Ganó Brasil porque atesora más calidad y punto. No hubo brillantez, ni genialidad, ni espectáculo. Un torneo devaluado y descafeinado, una final extraña con un desenlace previsto. Estados Unidos golpeó primero por dos veces, planteó un partido defensivo perfecto pero sucumbió ante la impetuosa Brasil y ante su propia inocencia. Tiene arrestos y proyección económica y humana suficiente para ser un grande, pero la falta de ilusión y cultura futbolística hacen mella cada vez que le toca enfrentarse ante una selección de gran nivel. Venció a una España languideciente y estuvo a punto de marcarse una gesta épica ante una Brasil exenta de oficio y falta de calidad. Tan sólo un gris Kaka' indica que, efectivamente, Brasil es Brasil.

Estados Unidos se adelantó pronto con un gol de Dempsey y aumentó la diferencia gracias a Donovan. Sufrió constantemente en defensa y se mantuvo a flote gracias a Howard, héroe de la FA Cup en semifinales frente al Manchester, y a sus centrales, Demerit y Onyewu. Pese a todo, pese a su imponente estado físico y a su ilusión, en cuanto la selección de Dunga, apagada y en absoluto brillante, aceleró los norteamericanos no pudieron seguir su ritmo. Luis Fabiano anotó dos y Lucio certificó la remontada y el acta de defunción para EEUU. Quizá el sueño era demasiado pedir.

Vía | El País
Imagen |El País

martes, 23 de junio de 2009

Copa Confederaciones 2009 | Días 5 y 6

Andrés Pérez | Poco, o muy poco, queda que decir a lo sucedido el pasado fin de semana en Sudáfrica. El grupo de España estaba visto para sentencia, en la práctica, que no en la teoría. España jugó exactamente de la misma manera que jugó contra Irak: lenta, sin frescura, atascada en el ataque y sin claridad. A pesar de ello dominó y ganó cómodamente, aunque, y conviene tenerlo en cuenta, Sudáfrica llegó a acercarse con peligro a la meta de Reina. Récord absoluto de imbatibilidad y de victorias consecutivas. Todo un logro para una selección histórica. Ahora bien, la historia no evita que España mostrara una imagen gris y cansina frente a los anfitriones. Anfitriones que para vanagloria de la FIFA se clasificaron para semifinales y se medirán a Brasil.

Un Brasil que despachó por la vía rápida a Italia. Conviene recordar que este Brasil es más bien mediocre, con tan sólo dos o tres jugadores de verdadero relumbrón y con un entrenador que apuesta por el juego táctico alejado del virtuosismo que antaño enamoraba a todo el mundo y del que ahora se apropia España. A pesar de ello, a pesar de la ineptitud constante de Robinho y de un Kaka' a medio gas, la canarinha vapuleó a una de las peores selecciones italiana que los ojos de un servidor jamás haya contemplado. Sin defensa, sin delanteros y sobre todo, sin fluidez en un medio campo obsoleto con un Pirlo definitivamente decadente. Italia acusó en todo momento la falta de un superclase que antaño, entre tanta mediocridad ofensiva y seguridad defensiva, otorgaba alegría al combinado. Cassano lo vió desde casa.

Pasó Estados Unidos y le tocará enfrentarse a España en un partido cuanto menos atípico. Curioso el caso estadounidense. Es cierto que Egipto acudía sin Zidan y con bajas significativas, pero no es excusa para cuajar semejante partido. Deplorable, por intachable actitud americana. EEUU tiene potencial, como ya dijimos, pero le falta estilo y espíritu. Le falta jugar al fútbol y no al soccer, le falta comprender la esencia del fútbol. No es mal equipo y probablemente caiga ante España, pero, a pesar de ello, la gesta ya ha sido cumplida. Necesitaba vencer por tres goles para clasificarse y así lo hicieron. Particularmente me alegro. Mientras Italia decidía inmolarse y Egipto se dejaba arrastrar por la corriente, Estados Unidos, quien jamás pintó algo en el mundo del fútbol, tiró de heroísmo para llegar a las semifinales de la Copa Confederaciones. Algo es algo.

Imagen | Marca

sábado, 20 de junio de 2009

Mis colaboraciones

Andrés Pérez | Como se antoja complicado que, dada la carrera universitaria que curso, sea capaz de mantener dos blogs a la vez y al mismo tiempo colaborar en varios he decidido poner un punto y aparte en mis colaboraciones en otros blogs. Ambas han sido fructíferas y me han encantado, a decir verdad, uno se siente libre y bien consigo mismo cuando escribe para blogs de los demás. Es una pena aparcarlo temporalmente, pero considero que a día de hoy es la mejor opción que puedo tomar. Por el momento, ya saben, siempre queda aquello que decía Sergio Algora: "Volverá".

En fin, que como me apena tanto, he hecho una recopilación. Y he encontrado Scribd, un maravilloso hosting de documentos. Ideal para este tipo de acontecimientos, porque, verán, es tan fácil como subir un documento de word y colocarlo en el blog. He aquí la prueba irrefutable. El primer documento, aunque ya lo pone, concierne a mis colaboraciones en Dale Pelota, y el segundo a las de El Balón Digital. Para los nostálgicos.

(Por cierto, que ambos documentos se pueden descargar desde aquí y desde aquí)




viernes, 19 de junio de 2009

Copa Confederaciones 2009 | Día 4

Andrés Pérez | La derrota de Italia anoche no debe disparar las alarmas. En absoluto. Tan solo un perfecto desconocedor de la selección italiana, irreconocible con ese horripilante traje azul insípido y gris indefinido, podría interpretar la derrota de ayer frente a Egipto como un preámbulo de lo que podría suceder dentro de un año. Italia no juega a nada, no tiene futbolistas de calidad sublime capaces de resolver el partido ellos solos como Del Piero o Totti,y comienza a mostrar lagunas defensivas. No se parece a Italia, en resumen. Sin embargo jamás conviene subestimar la capacidad de regeneración de los italianos, tan dados a menospreciar torneos de este calibre y tan capaces de dar la sorpresa mayúscula en pleno Mundial. Llegado 2010, Italia conformará un bloque mediocre a priori y superado por las circunstancias habituales de un país caos como es el transalpino. Pero se sobreponrá a todo.

Ayer cayó ante la muy ordenada y muy talentosa selección egipcia, perfilada desde ya como la favorita para enfrentarse a España en Semifinales. No le conviene a la FIFA pero sería una bonita por interesante prueba para España. Egipto no ostenta el mismo prestigio que Italia, sin embargo está ante una oportunidad de oro para situarse en el mapa futbolísticio a nivel mundial. Sabe de sus carencias para vencer en el Mundial y la Copa Confederaciones ofrece a sus jugadores un escenario irrepetible para venderse en Europa. Ayer así lo hicieron, venciendo justamente a una pobre y triste Italia. Veremos qué sucede si finalmente la selección de Del Bosque tiene que jugarse el pase a la final con los africanos: son un equipo correoso y un exceso de confianza podría ser peligroso. Podría, veríamos, etc. Condicionales. Brasil venció cómodamente a EEUU y todo se decidirá el domingo. Sí, Egipto ha de ganar a EEUU e Italia a Brasil. Lo tienen más complicado los hombres de Lippi. Pero Italia, señores, es eterna.

Imagen | Marca

jueves, 18 de junio de 2009

Copa Confederaciones 2009 | Día 3

Andrés Pérez | En otro universo paralelo, o mejor dicho, en otra latitud muy diferente a la nuestra, el fútbol mantiene aún su espíritu. Sobrevive incorrupto a los desmanes ajenos al propio deporte, se presenta como la esperanza de cualquier humano lastrado por las guerras, las dictaduras, las pestes, las pandemias y la injusticia. Amén de la pobreza, claro. En tal panorama, es normal que el ser humano sea de la raza que sea busque algo de complacencia en un mero y simple deporte. En la ilusión de cada día, en la fiesta, en la felicidad, en evadirse por noventa minutos del drama cotidiano que rodea sus días. Sudáfrica no es el país más pobre de África, al contrario, es el más rico, pero su espíritu es el espíritu del continente. No es el mundial de Sudáfrica. Es el mundial de África, de una cultura, de otro modo de ver la vida. Es el torneo que situará a África, el malogrado continente, la tierra profanada y desmembrada por el hombre blanco tantos años atrás, en el mapa occidental.

No es un asunto menor, no en vano, que por primera vez un país de África sea noticia por un hecho positivo. La afición sudafricana dio una lección a Europa. Entraron gratuitamente, es posible, pero no cejaron en su empeño feliz y decidieron animar, cantar y bailar pese al tedioso partido que se jugaba en el tapiz verde. Animaban a Irak, animaban a España. En realidad era un partido indiferente para todos ellos pero allí estaban, sabedores de su suerte y sabedores de que el fútbol, por encima de todo lo demás, es una fiesta irrepetible capaz de llenar el corazón de quienes lo viven de alegría. España ganó sí, lo hizo a trompicones y jugando uno de los peores partidos del último año, cierto. Pero la noticia no es esa. La noticia es ver sonreir a África.

Sea como fuere, ajenos a la fiesta mundana de la grada, España decidió saltar al campo al ralentí. Con el césped altísimo y dificultando notablemente la circulación del balón del conjunto de Del Bosque, la selección no pudo más que tocar y tocar frente a la muralla que Milutinovic había perpetrado en torno a su portería. Irak se defendió lo más honrosamente posible y demostró como el fútbol es capaz de superar la pobreza y la guerra, amén de la injusticia. Es loable por parte de Irak mantener un conjunto en tales circunstancias y no es menos elogiable que se planten en plena Copa Confederaciones y aguanten el tipo muy dignamente frente a la España actual. Villa, adormecido durante todo el partido, finiquitó el encuentro y se reconcilió consigo mismo tras un centro magistral de Capdevilla. Lo demás, probablemente sobró. Ayer España se enfrentó a muchos de sus rivales de aquí en adelante, y mejor o peor, se sobrepuso para seguir supernado marcas. Ya son 34 partidos sin perder. Histórico.

Sudáfrica venció a Nueva Zelanda por dos goles. Irak, para clasificarse, tendrá que hacer lo propio y esperar que España venza por una diferencia mayor de un gol. Lo tiene complicado, y no deseo nada negativo a Sudáfrica, pero sería memorable que una selección como la irakí alcanzara las semifinales de la Confederaciones y se enfrentara o a Brasil, o a Italia. Mis mejores deseos para ellos. Si alguien se lo merece, es Irak.

Vía | As
Imagen | Marca

martes, 16 de junio de 2009

El problema no es lo que vale, es lo que cobra

Andrés Pérez | Llego tarde, lo sé, pero el cuerpo me lo pide. Tanto se ha hablado, tanto se ha dicho de la nueva política del Real Madrid en el mercado de fichajes que se antoja complicado mantenerse al margen a pesar de preferir destinar los quehaceres diarios a asuntos más relevantes. El Real Madrid se ha gastado 150 millones de euros en dos futbolistas. Meros personajes sin más habilidad que darle bien patadas al balón. ¿Valen eso? ¿Merece la pena pagar semejante cantidad por dos hombres mundanos y corrientes alejados de un esférico de cuero y de un tupido césped? Como personas desconozco su valía económica, si es que tal condición se puede medir en dinero, pero como negocio y como trabajadores de una empresa es probable que lo valgan. Entendamos, es un negocio maravilloso alejado del ámbito deportivo. El Madrid tiene deuda, ficha a un jugador carísimo como es Cristiano Ronaldo, sí, pero sus beneficios a pesar de todo se ven incrementados. En términos empresariales, y de esto Florentino Pérez entiende un rato largo, es un negocio redondo, lícito y absolutamente lógico. Nada que reprochar pues, a pagar 94 millones de euros por alguien si ese alguien, llámenlo X, es capaz de revertir y duplicar tal cantidad.

Insisto en que en términos empresariales no hay nada achacable a Florentino Pérez. Ronaldo y Kaka' reportarán muchos beneficios, más de lo que han costado. Nadie osaría a juzgar a cualquier empresario por comprar a un precio altísimo la última tecnología si con ella es capaz de triplicar los beneficios de una empresa. Es una apuesta futura, es una apuesta segura. Se lo puede permitir puesto que tiene dinero para ello. En resumidas cuentas, progreso. Alejado del ámbito puramente económico, además, sendos fichajes otorgan al Madrid un plus de calidad innegable en lo estrictamente deportivo. Por tanto son dos fichajes redondos a un altísimo y desorbitado coste, sí, pero valen su peso en oro puesto que sus beneficios superan la inversión. Por tanto el problema no es lo que valgan como mercancía, o como negocio, sino lo que cobran. Como empresa, el Real Madrid juega sus cartas y las juega bien. Redundo en que no hay nada malo en ello. Ahora bien, a uno se le saltan las lágrimas al escuchar que Cristiano Ronaldo ganará mil euros a la hora.

Calculen, España va camino de ser un país con la mitad de la población cobrando escasos mil euros. Mil euristas. Mil euros al mes, aproximadamente lo mismo que Cristiano Ronaldo, un hombre sin más valor que lucir palmito y crear magia con un cuero redondo, en sesenta minutos de su vida. Ahí, probablemente, radique la verdadera locura de este fútbol, convertido en mercado y que mantiene su espíritu, levemente, por las aficiones. Impertérritas ante tanta desfachatez, ante tanto derroche y sinrazón económica. La mercantilización del fútbol alcanzó hace tiempo el punto de no retorno y el asunto de Ronaldo y su altísima ficha es un caso más, dentro de tantos, de cómo el deporte maneja cifras injustas e insospechadas tiempo atrás, de cuando el fútbol era un deporte de honor, sueños e ilusión deportiva.


[El Ferrari de Ronaldo, estrellado tras estrenarlo]

Pocos jugadores merecen cobrar lo que cobran. Entiendo que para la moral del resto de la humanidad, o, sin ir más lejos, de todos aquellos que cada mes se dejan la piel y la vida en su trabajo para recibir mil miseros euros, el sueldo astronómico de los futbolistas sea toda una vejación. Una falta de respeto. Lo entiendo y de hecho lo comparto. A este ritmo, el fútbol terminará por autodestruirse. Es posible que el sueldo desorbitado de las grandes estrellas abrume al ciudadano mundano de a pie, sí, pero debiera recordar que el fútbol no es más que el espejo de la sociedad en la que se fragua. No es tan desmesurado el sueldo de Ronaldo, Messi, Ibrahimovic o Kaka' como el de los altos ejecutivos que, sentados en su despacho, han llevado a centenares de empresas a la quiebra. No es tan obsceno ver a Cristiano Ronaldo estrellando Ferraris en Inglaterra como que los altos cargos de AIG, la aseguradora americana que tuvo que rescatar el Gobierno Obama, se repartieran los fondos del Gobierno destinados a reflotar la empresa en vacaciones paradisiacas. No lo es tanto si recordamos cómo los grandes gerifaltes de General Motors, hundida la empresa, acudieron en helicópteros privados a la Casa Blanca con media plantilla mundial de patitas en la calle.

El fútbol es el espejo de lo que somos. De la sociedad que hemos creado, premiando injustamente a quienes creíamos que lo merecían. Una vez agotada la bonanza, el dinero, el crecimiento, el capitalismo salvaje, una vez hundido todo ello, en suma, nos duele comprobar lo imbéciles que hemos sido hasta ahora. No es más que eso. De la demagogia se encarga la prensa afín al Barça.

Vía | Quinta Velocidad, El Universal, Mundo Deportivo, El Mundo, El País, Finanzas
Imagen | Cadena Ser, The Guardian, Buzz

lunes, 15 de junio de 2009

Copa Confederaciones 2009 | Días 1 y 2

Andrés Pérez | Le sirvió a Torres, merecedor de un triplete como el que consiguió el domingo, y a la afición de Sudáfrica, merecedora en términos genéricos de un torneo como el Mundial. La Copa Confederaciones no es más que el preludio donde ensayan sus cánticos, sus peculiares bailes y el ensordecedor por axfisiante zumbido a cargo de las trompetas pertinentes, iniciado en el pitido inicial y finalizado tras el minuto noventa. Por lo demás, el España-Nueva Zelanda fue un puro trámite. Corría el minuto 26 y España ya vencía por cuatro goles de diferencia. Renta más que digna y suficiente. Sin embargo, tal resultado entrañaba un riesgo: humillar al rival. Y digo que lo entrañaba para España puesto que nunca es agradable aparentar ser un matón de barrio recién llegado. Villa anotó su vigésimo octavo tanto y el equipo neocelandés se contentó con acercarse levemente a un Casillas soberanamente aburrido. Haría bien la selección de Nueva Zelanda en, por lo menos, vestir de negro. En algo inspirarían a sus colegas del rugby. Por lo demás, la noche y el día.

España camina firme, engrasa la maquinaria, calienta motores y demás metáforas. El otro grupo es menos benigno. Verán. Brasil, que hace tiempo que dejó de ser una Brasil poderosa para ser una temerosa de sí misma, venció por un gol a la nada cenicienta Egipto e Italia hubo de utilizar todos los recursos a su alcance para doblegar a la siempre digna Estados Unidos. Ganaron los dos, sí, es una obviedad, pero la sensación que imprimieron dista mucho de la de un equipo solvente y ganador en un futuro próximo y lejano. Es curioso, en especial, el caso estadounidense. Siempre deambulan por los grandes torneos sabedores de su potencial —más de 300 millones de habitantes— al tiempo que resignados a su suerte. La de ser unos marginados dentro de tan magno país, distraído por el beísbol, la NHL, la NFL y la NBA. En cualquier caso, presentan batalla. Efímera, puede, pero batalla al fin y al cabo. Algo loable en este torneo descafeinado.

Imagen | Marca

martes, 9 de junio de 2009

Incompetencia federativa

Andrés Pérez | Los partidos amistosos, huelga decirlo, son intrascendentes y más si se trata de uno de estas características. El malogrado país azerí, Azarbaiyán, pudo congratularse de la presencia de la mejor seleccion hoy por hoy del planeta y el conjunto de Del Bosque decidió afrontarlo como lo que era: una pachanga. No da para más. Un 6-0 más, Villa batiendo récords y el resto del equipo superando el trámite de la manera más honrosa posible. Aún no alcanzo a comprender el verdadero propósito de hoy. ¿Tan mal están las arcas de la Federación que necesita viajar hasta un país que dista de Sudáfrica ocho mil kilómetros? ¿Era un mal necesario? Según parece. Los 750.000 euros que percibirá la federación ya pueden servir verdaderamente para algo, el cansancio de semejante viaje no vale tanto. El equipo de Vogts ni siquiera sirvió como sparring de altura.

Dejando a un lado el asunto azerí, España viajará a Sudáfrica, allí donde se juega la Copa Confederaciones, con la vitola de favorita. Por jugadores, por juego, por experiencia reciente y por la asombrosa racha de 32 victorias consecutivas, todo un logro sin precedentes en la historia de la selección y cercana ya a los legendarios récords de Hungría y Brasil. Es posible que la Copa Confederaciones no desperte la pasión que pueda despertar la Eurocopa o el Mundial, es algo absolutamente lógico. Servirá, sin embargo, para reforzar moralmente al equipo en caso de victoria. La derrota se tornará intrascendente al tratarse de un torneo menor y la victoria será interpretada en clave de superioridad frente a dos selecciones candidatas a adjudicarse el mundial de 2010: Italia y Brasil. Entendamos, España nunca ha sido capaz de doblegar a Brasil en torneo oficial. La victoria supondría un refrendo moral jamás contemplado. Amén del premio económico, tan importante para esta Federación, la cual alcanza cotas de incompetencia jamás imaginadas.

Vía | Wikipedia, Noticias24
Imagen | El País

sábado, 6 de junio de 2009

Nueva apariencia

Andrés Pérez | No hace falta ser un genio para verificarlo. Tras modificar con éxito toda la interfaz de Yo no estuve allí, mi otro blog, decidí poner en marcha una remodelación de Más que Fútbol con objeto de hacer más atractiva la lectura del blog. Para ello la cabecera ha cambiado, la sidebar y el perfil se han unido al cuerpo del post tomando un gris claro y el interlineado, por nimio que parezca, ha aumentado. A falta de pequeños retoques como nuevos banners en la sidebar y un fondo más claro y menos lóbrego ésta será la nueva apariencia de Más que Fútbol. No sé los demás, pero yo tenía la profunda sensación de que todos los elementos del blog se apelotonaban y, en resumen, hacían de Más que Fútbol un lugar axfisiante a la lectura. Sea como fuere, despidamos desde ya la vieja apariencia y saludemos —a falta del fondo del blog— la nueva interfaz. Que la disfruten.

viernes, 5 de junio de 2009

No lo destruyan más

Andrés Pérez | Nunca he sido especial amigo de los constantes rumores que durante esta época del año bombardean al espectador, al lector, al oyente. Rumores variopintos: unos creíbles, otros tantos irrisorios merecedores de una sección en cualquier programa de humor que cope la radio o la televisión española. Dar relevancia a tales rumores es un error que todos, absolutamente todos, cometen. Y cuando se habla del Real Madrid, rumor, es igual a audiencia, morbo, periódicos vendidos, en resumen: dinero. Rumor, morbo, dinero, espectadores. Es así de simple y no hay que buscar mayores explicaciones a tal desprestigio de la autoridad periodística deportiva.

Pese a todo, simpre queda un pequeño resquicio para hablar de tales rumores, en muchas ocasiones incluso creíbles. Quizá Kaka', Silva, Riberý, Cristiano Ronaldoy van—, Xabi Alonso o Villa terminen en el Madrid. Quizá. Quizá los extraterrestres aterricen este verano en el planeta tierra y se apoderen del deporte rey, para escarnio de los humanos. Quizá a Messi le crezca otra pierna con la que volver aún más locos a los defensas. Quizá Platini recobre el conocimiento. Hasta entonces, por favor, no destruyan aún más esta profesión. Tan vejada. Tan maltratada.

Vía | As, Mundo Deportivo, Marca
Imagen | As

Más que Fútbol ● 2009