Andrés Pérez | Los partidos amistosos, huelga decirlo, son intrascendentes y más si se trata de uno de estas características. El malogrado país azerí, Azarbaiyán, pudo congratularse de la presencia de la mejor seleccion hoy por hoy del planeta y el conjunto de Del Bosque decidió afrontarlo como lo que era: una pachanga. No da para más. Un 6-0 más, Villa batiendo récords y el resto del equipo superando el trámite de la manera más honrosa posible. Aún no alcanzo a comprender el verdadero propósito de hoy. ¿Tan mal están las arcas de la Federación que necesita viajar hasta un país que dista de Sudáfrica ocho mil kilómetros? ¿Era un mal necesario? Según parece. Los 750.000 euros que percibirá la federación ya pueden servir verdaderamente para algo, el cansancio de semejante viaje no vale tanto. El equipo de Vogts ni siquiera sirvió como sparring de altura.
Dejando a un lado el asunto azerí, España viajará a Sudáfrica, allí donde se juega la Copa Confederaciones, con la vitola de favorita. Por jugadores, por juego, por experiencia reciente y por la asombrosa racha de 32 victorias consecutivas, todo un logro sin precedentes en la historia de la selección y cercana ya a los legendarios récords de Hungría y Brasil. Es posible que la Copa Confederaciones no desperte la pasión que pueda despertar la Eurocopa o el Mundial, es algo absolutamente lógico. Servirá, sin embargo, para reforzar moralmente al equipo en caso de victoria. La derrota se tornará intrascendente al tratarse de un torneo menor y la victoria será interpretada en clave de superioridad frente a dos selecciones candidatas a adjudicarse el mundial de 2010: Italia y Brasil. Entendamos, España nunca ha sido capaz de doblegar a Brasil en torneo oficial. La victoria supondría un refrendo moral jamás contemplado. Amén del premio económico, tan importante para esta Federación, la cual alcanza cotas de incompetencia jamás imaginadas.
Vía | Wikipedia, Noticias24
Imagen | El País
Dejando a un lado el asunto azerí, España viajará a Sudáfrica, allí donde se juega la Copa Confederaciones, con la vitola de favorita. Por jugadores, por juego, por experiencia reciente y por la asombrosa racha de 32 victorias consecutivas, todo un logro sin precedentes en la historia de la selección y cercana ya a los legendarios récords de Hungría y Brasil. Es posible que la Copa Confederaciones no desperte la pasión que pueda despertar la Eurocopa o el Mundial, es algo absolutamente lógico. Servirá, sin embargo, para reforzar moralmente al equipo en caso de victoria. La derrota se tornará intrascendente al tratarse de un torneo menor y la victoria será interpretada en clave de superioridad frente a dos selecciones candidatas a adjudicarse el mundial de 2010: Italia y Brasil. Entendamos, España nunca ha sido capaz de doblegar a Brasil en torneo oficial. La victoria supondría un refrendo moral jamás contemplado. Amén del premio económico, tan importante para esta Federación, la cual alcanza cotas de incompetencia jamás imaginadas.
Vía | Wikipedia, Noticias24
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