martes, 11 de septiembre de 2007

En Liverpool no todos aprendieron a tocar la guitarra (IV)


En cualquier taberna de Inglaterra, un hombre, de considerable edad, barba larga y blanca, con una cara llena de arrugas que delataban que había vivido mucho, se tomaba una pinta suavamente. Sin prisas. Dando la sensación de tener todo el tiempo del mundo.
En ese momento llegó otro hombre, estirado, elegante, joven, de unos treinta, pidiendo una Coca Cola . El hombre de la barba se preguntó así mismo de donde habría salido un hombre de tal planta para sentar su culo en ese pub cutre y poco higiénico, incluso se preguntó a sí mismo el precio del traje que llevaba el joven, sin llegar a darle mucha atención; siempre había odiado mucho a los jóvenes ricos del sur, jóvenes valores que despreciaban a sus antepasados.

Mientras ambos hombres trataban de pasar con más pena que gloria en un pub de mala muerte sus vidas, un pin, del escudo del Liverpool asomó por la camisa del hombre joven y repeinado. El hombre que había vivido mucho, perplejo, le dió un trago enorme a su pinta dejando agonizando un par de gotas resistiéndose a caer en la garganta del viejo. Y como si del diablo se tratara, rápidamente su expresión cambió tan radical y tan evidentemente que el hombre joven, el del pin del Liverpool, se giró en su dirección y presenció asustado la expresión de miedo atroz del abuelo. Se acabó la Coca Cola de un trago, aturdido por el fenómeno que tenía delante.

Ambos no sabían a que se enfrentaban. Asustados, se miraban el uno al otro sin dar crédito a lo que estaban viendo, cómo en un bar perdido de la mano de Dios, podían encontrarse con algo tan estupenda y maravillosamente asombroso.
Los segundos transcurrían, pero ninguno se atrevía a dar un paso adelante, a pronunciar algo. El tiempo pasaba como un transeúnte en la taberna, el silencio, se había acomodado, reinaba en el mugriento ambiente de la sala.
El hombre mayor, que ya esperó en toda su vida muchas veces, aburrido ante tanta espera y expectación, pidió otra pinta. El del traje, sin seguir creyendo nada de lo que acontecía en ese lugar, se pidío una Coca Cola más. Esta vez light. Nunca se saben los efectos del azucar.
El silencio es un arma poderosa, y ambos la utilizaron como si de la mayor arma del mundo se tratara. Hasta que el hombre mayor, con su segunda pinta medio vacía, se preparó para soltar palabra alguna. No sabía si un improperio, si una pregunta o si una respuesta. Pero algo tenía que decir.

- Y usted, ¿Porqué es del Liverpool?
- Y usted, ¿porque me hace esa pregunta?
- Lleva un traje lo menos de 500 libras, tiene un Aston Martin Vanquish aparcado a la entrada del Pub más antihigiénico de toda Inglaterra, su frente, le dice al mundo: "Soy asquerosamente rico y triunfador". Posiblemente en casa le esperen dos o tres mujeres guapísimas, y se ha pedido dos Coca Colas una de ellas light. ¿Aún se sigue preguntando como narices le pregunto porqué es del Liverpool? Usted debería ser del Chelsea o del Manchester United.


El hombre trajeado se río. Esbozó una sonrisa sin levantar su mirada de su Cola Light. Pasaron los segundos. Un trago más de cerveza. Otra Coca Cola, por favor. Más silencio. Más expectación. Lo bueno de ambos, es que eran ingleses, y por mucho que uno fuera un muerto de hambre y el otro un snob del sur, ninguno de los dos se andaba con rodeos. De repente, el hombre del traje tomó aire resignadamente y se preparó a soltar un sermón que por su expresión parecía tener grabado en la memoria de tanto repetirlo.

- La primera vez que mi padre me llevó a un campo de fútbol, fue cuando tenía 10 años, en 1982. Un Liverpool – Man U. Nunca había visto un espectáculo semejante, me senté al lado de The Kop, temeroso de entrar en tal jauría, en tal jaula llena de borrachos fervorosos por un gol de unos tipos vestidos de rojo. El Liverpool perdió aquel día. Yo ni siquiera sabía qué significaba el Liverpool. Entendía poco de fútbol. Pero, lo que la grada hizo aquel día, me marcó de por vida. Perdido, acabado el partido, aquellos desgraciados no se movieron de sus asientos. Cantaron y gritaron hasta que se dejaron las gargantas en el intento. Entendí algo así como 'You'll never walk alone'.
- Yo estuve en aquel partido. Me acuerdo perfectamente. El Liverpool jamás mereció perder ante esos bastardos de Manchester.
- Y usted, ¿se acuerda de la final de 1984? ¿De los bailes de Grobbelaar?
- Viajé hasta Roma sólo por ver al Liverpool ganar la cuarta. - Pronunció esto en su acento más cerrado posible, demostrando ser, efectivamente, un tío muy de Liverpool.

Otro trago más, el último y nos vamos. La tarde adquiría tintes rojos de emoción y furia incontenida.

- ¿Sabe qué? Ahora gano mucho dinero, soy rico, empresario de éxito. Pero nada de eso, ni una sola libra ganada cada día, ni una sola mujer conquistada cada noche, ni un sólo Aston Martin nuevo, nada, es capaz de compararse a un gol del Liverpool. En Anfield, o en Moscú. Aquel día que mi padre me llevó a Anfield por primera vez, la grada, dejó en mí una huella imborrable. Comprendí lo que sinificaba un gol de unos tíos de rojo para esos desgraciados. Comprendí que yo, quería sentir algo así cuando un tío de rojo metiera gol. Y gracias a Dios, lo siento cada día. La gente tiende a preguntarme porqué soy del Liverpool, que eso es de obreros malogrados. Nunca respondo. Simplemente recuerdo aquel primer día en Anfield.


El hombre mayor, con los ojos entumecidos, miró al suelo, tratando de no demostrar demasiada emoción, se la contuvo, era de Liverpool, un tipo duro, no podía demostrar algún síntoma de debilidad. Levantó la cabeza. Miró a la barra. La pinta y la Coca Cola estaban acabadas. Otra vez.

- Camarero. Ponga dos pintas a dos scoursers. Estas las pago yo.

El hombre mayor se volvió al trajeado.

- Hijo mío, yo sentí lo mismo la primera vez que pisé Anfield.

Acabadas las pintas, acabados los comentarios sobre Keegan, Dalglish, Rush, Owen o Gerrard, el hombre estirado, elegante, joven, de unos treinta y con un traje carísimo adornado de un pin del Liverpool se marchó dirección a su Aston Martin. Entonces se volvió y observó al hombre de considerable edad, barba larga y blanca, con una cara llena de arrugas que delataban que había vivido mucho, pedirse otra pinta, quizá la primera de la noche y la última de la tarde. No pudo evitar esbozar una sonrisa. La última de la tarde, la primera de la noche. No pudo evitar pensar, que el Liverpool, definitivamente, no tiene fronteras sociales ni nacionales. Llega, siempre, seas de donde seas, seas como seas, cobres lo que cobres, vistas como vistas. Bebas lo que bebas.

Fotos | De archivo
La serie | (I), (II), (III)

Más que Fútbol ● 2007

lunes, 10 de septiembre de 2007

Y tuvimos mucho miedo (Islandia 1 - 1 España)


La selección no emociona, no inspira, no motiva, no agrada, no gusta, no es la 'roja'. Ya no es la primera. Si la sociedad durante años ha ridiculizado los estrépitosos fracasos del combinado nacional de fútbol, hoy en día, con los 'Golden Boys' dominando el baloncesto mundial y con los de fútbol perdiendo en la fría y contra la fría Islandia, el ridículo es mayor.
Y sí, han leído bien, he escrito 'perdiendo' y no empatando. Porqué sí, vale, Iniesta metió gol finalizando el partido, sí vale, empatamos, sí vale, tampoco estamos tan lejos, Irlanda del norte perdió y Suecia empató, si vale, estabamos con diez, llovía mucho y el árbitro permitía en exceso el juego duro de los islandeses. Pero sinceramente, para mí, las excusas no valen. España, con diez, lloviendo y con un árbitro de dudoso nivel internacional, debería haber ganado sobradamente a un grupo de islandeses que un buen día decidieron dedicarse a un deporte que en su isla, no es precisamente una actividad de culto.


Y esque el empate a Luis le sabe a gloria, pero a los aficioandos nos deja un sabor amargo, aún mayor, del que tenáimos antes de que empezara el partido. España no da pie con bola durante toda la fase de clasificación, pero como tenemos suerte y todavía estamos considerados como una potencia continental, somos cabeza de serie, y nos tocan países como Lietchenstein, Irlanda del Norte e Islandia. Y ellos, por mucho que tengan un par de días buenos, siguen siendo igual de mediocres, lo que salva a los nuestros de quedarse fuera de esta Eurocopa.
Porque España, estará en la Eurocopa Austria y Suiza 2008, que nadie lo dude. Posiblemente a Suecia y a Irlanda del Norte le ganaremos en casa, y todos felices, nadie se acordará de un tal Healy o del mediocre partido jugado ayer, donde ni Villa, ni Silva, ni Xavi, ni mucho menos una de las peores defensas de España en años, dieron la talla.

Fotos | Servifutbol, Diarios de Fútbol

Más que Fútbol ● 2007

viernes, 7 de septiembre de 2007

Miedo... tengo miedo...


Islandia, es un país muy al norte. Muy al norte. En realidad se trata de un país congelado por el hielo de lo septentrional que es. Y no es de extrañar, que en un país tan, tan frío, el fútbol no pase de entretenimiento esporádico para la mayoría de los islandeses. Excepto para 22 hombres valientes que un buen día decidieron jugar para su país. Con exito nulo.
Islandia, como selección de fútbol, lleva más de un año sin ganar y es la 117 en la clasificación mundial de la FIFA. España, ganó su último partido amistoso frente a Grecia, se encuentra entre las 20 primeras del mundo y es un país que vive por el fútbol y para el fútbol. A priori no debería tener ningún problema mañana. A priori.

Porque los chicos de Luis Aragonés no ven nada claro el panorama que tienen en Islandia. A un punto de Irlanda del Norte y a tres de Suecia, España debe ganar sí o sí en un territorio donde el viento es un azote constante y donde el gélido clima hará que la selección las pase canutas, no en cuanto a presión del público (el fútbol en Islandia no es el deporte rey, es el balonmano) ni en cuanto a presión del equipo rival (solo Gujohnsen es un jugador de nivel), pero sí en cuanto a malas sensaciones.
La última vez que se pisó la isla más al norte de Europa se empató a 0 en un partido rácano y feo. Ahora la selección debe ganar como sea ante un débil equipo. pero el rival no es Islandia. Es su clima. Y los propios miedos de la selección, no es de extrañar que Luis, tenga miedo... mucho miedo...

Islandia - España, 8/9/2007, 22:00 hora local, partido de clasificación para la Eurocopa 2008.

Foto | De archivo

sábado, 1 de septiembre de 2007

Balance de fichajes


A pesar de que la Liga ha empezado ya, creo que es a partir de ahora cuando el Real Zaragoza se va a tener que ir asentando en su estilo de juego, en sus nuevos jugadores y en su propia personalidad. Debe ser un año de confirmación en los puestos Europeos. Nada de equipos sube y baja como Osasuna, Celta o Betis, si queremos ser algo grande hay que seguir como mínimo en puestos UEFA y quién sabe si optar a una de las cuatro plazas que dan acceso a la Liga de Campeones. Pero eso ya supera la barrera del objetivo real. La Champions, se presenta como un idílico sueño de verano que es posible, pero que no deja de ser un sueño. Debemos estar ahí, y optar a más. Pero para mí, este año es prioritario mantenerse en UEFA.

Agapito y la cúpula directiva del Real Zaragoza han entendido este nuevo papel del Zaragoza en el panorama futbolístico nacional, y para eso han desembolsado casi 34 millones de euros en fichajes. Víctor Fernández necesita una plantilla larga, que permita las rotaciones para tres competiciones en las que el Zaragoza a priori puede aspirar a todo. El título más asequible pero no por ello más probable es la Copa del Rey, un dulce que el equipo aragonés siempre trata de catar con más o menos suerte. Sería un regalo perfecto a la afición que tanto sufrió en la final del Bernabeú ante el Espanyol.
La UEFA se presenta como una posibilidad real tras ver la experiencia de Osasuna, Valencia, Espanyol y sobre todo Sevilla. Los equipos españoles dominan la competición menor del organismo europeo y el Zaragoza por plantilla y por historia puede aspirar sin que sea ninguna utopía al título continental. Con permiso del poderosísimo Bayern, claro.

Víctor pi
dió fichajes y han llegado. A las contrataciones definitivas de D'Alessandro, Diego Milito y Diogo, se han unido fichajes contrastados como Ayala, Oliveira o Luccin, firmes defensas españoles como Pavón o Paredes, dos jugones para el mediocampo como Matuzalem y Gabi y un portero capaz de suplir con la igualdad de garantías a César: López Vallejo.

· López Vallejo: El fichaje del ex del Recre, ha sido poco sonado en comparación con los demás fichajes, pero no por ello debería tratarse de un fichaje de menor trascendencia. César está mayor, es un hecho, y en la cantera no se vislumbraba un portero capaz de suplir con garantías a la 'Pantera Rosa'. Llegó López Vallejo. Portero de experiencia para rotar con César en UEFA y copa.


· Ayala: El bombazo del verano. Ayala, era del Villarreal tras rescindir su contrato con el Valencia. Se había vestido ya incluso la camiseta amarilla. Pero tras la venta de Gaby Milito, Agapito sabía que la afición estaba algo inquieta ante la posible salida de más cracks, y con un golpe de efecto perfecto, fichó a uno de los mejores centrales del mundo por 6 millones de euros. El ex-capitán de la selección argentina se mostró entusiasmado y dijó sí sin pensarlo. A pesar de tener 34 años, Ayala es todavía uno de los mejores centrales del mundo y su liderazgo y carácter le hacen un seguro de vida atrás. Mis dudas respecto a Ayala surgen al saber en qué grado de compromiso y de nivel físico estará con 34 años y una nueva etapa en su carrera. Espero que sea el máximo.

· Pavón: El frustrado proyecto de Hierro, salió del Madrid quemado de tanto banquillo por parte de Capello. El Madrid le buscaba una salida y el Zaragoza más centrales, así que Pavón se presentó como un reserva de garantías y como un jugador para dar mayor profuniddad a la plantilla. Dicho y hecho. Pavón llegó a ser un fijo hace un par de temporadas con el Madrid. Por unos motivos y por otros entrenadores, dejó de ser un jugador para el equipo para ser un jugador para la grada. Injusto o no, Pavón es un central seguro y con experiencia europea.


· Paredes: El segundo fichaje pre-veraniego y el menos sonado de todos. Además, su lesión durante toda la pretemporada ha impedido que Paredes muestre de qué material está hecho. Material presumiblemente de roca. Paredes es ante todo un portento físico que suplirá y revelará a Juanfran en multitud de ocasiones. A pesar de la fortaleza física de Juanfran, su edad le impide disputar tres competiciones a la vez, y el Zaragoza necesitaba un lateral izquierdo joven y de garantías. O Garrido o Paredes. Fue Paredes.

· Luccin: El último en llegar. Luccin ha sido una sopresa para todos, porque nadie se esperaba un mediocentro más a pesar de la salida de Movilla al Murcia. No voy a engañar a nadie, Luccin nunca ha sido un jugador de mi agrado, siempre lo he visto como un jugador leñero pero con poca capacidad de creación. Visto lo que tenemos en el mediocampo, puede funcionar, ya que está por ver el fútbol del francés lejos del Calderón, donde un jugador de renombre puede convertirse en mediocre. A pesar de todo, mantiene la posición y es un seguro para unir ataque y defensa. ¿Titular? Luchará con Zapater, aunque lo tiene difícil. Importante para competición Europea y profundidad de plantilla.

· Gabi: Otro ex-atlético y el primero en llegar. Gabi es un multiusos para el mediocampo. Bien puede actuar de mediapunta, bien puede actuar de mediocentro acompañado por otro pivot de destrucción más. Gabi tiene talento y clase, una joya de la cantera atlética nuevamente desperdiciada. Necesitaba minutos y el Zaragoza se los asegura porque esta temporada es muy larga. A pesar de no ser un fichaje estrella, creo que Gabi dará bastantes alegrías a La Romareda por su fútbol alegre.


· Matuzalem: La estrella. El fichaje más esperado, el mediocentro de corte ofensivo que crea y hace crear. El jugador de mediocampo que tanto se echó de menos el año pasado. A pesar de su singular nombre, Matu, es brasileño, y tras su paso por Italia recaló en Ucrania donde deslumbró a Europa con su escorpión al Sevilla en UEFA. Matuzalem es un creador nato, de gran técnica y visión de juego, a lo que une un derroche físico espectacular y un buen disparo desde fuera del área. Todo lo que el centro del campo de Víctor Fernández necesitaba. No es de extrañar, vista su buena pretemporada que el entrenador tuviera tantas ganas de ficharlo.


· Oliveira: La otra estrella. La difícil situación de Ewerthon y la salida de Gaby Miltio fueron detonantes para la llegad de un jugador de renombre como Oliveira. Agapito se quitó dos pesos de encima con su fichaje, el primero, el de traer otro delantero goleagor diferente a Diego Milito, y el segundo el de renovar su credibilidad ante la afición tras la venta del gran central argentino. En una semana el máximo accionista del club fichó a Ayala y Oliveira. El golpe de efecto necesario para que todos siguiéramos creyendo.
Oliveira es un delantero sin preámbulos. En una cita probablemente se saltaría las dos primeras bases para ir directamente a la tercera, y en un campo de fútbol pasa tres cuartos de lo mismo. Oliveira sólo piensa en el gol y con el balón en los pies es letal por su velocidad y olfato. El complemento perfecto para un delantero de las características de Diego, pero ojo, un socio de lujo para el genial Sergio García.


Para mí, en resumidas cuentas, el verano ha sido, a nivel de fichajes, bastante fructífero. Se ha mejorado la plantilla y se le ha dado una profundidad que el año pasado trajo muchos quebraderos de cabeza a Víctor. Lo principal era lo segundo, alargar el plantel, pero de rebote, se han traído jugadores de calidad contrastada y que dan al Zaragoza un aura de equipazo pocas veces antes conseguida. Por no decir nunca. Hay equipo. La derrota en Murcia y el empate ante el Racing no debe hacernos caer en malos augurios. Queda mucho. Hay equipo.

Fotos | De archivo