Andrés Pérez | No necesita Argentina mayor estímulo que Messi para armar su juego ofensivo. De hecho, más que un estímulo, es el pulso vital de la selección que dirige Maradona. Lo demostró frente a una desastrosa Nigeria en la faceta defensiva: tan sólo cuando Messi agarraba el balón se encendía una chispa de peligrosidad en el área nigeriana, eran Messi y el resto de jugadores argentinos contemplando el descomunal y desbordante talento del barcelonista. Por ahí anduvo Verón, poniendo en práctica lo que debió ser una orden demente de Maradona: calmar el partido, dormirlo, no terminar con Nigeria cuando pudo y debió hacerlo.
Argentina impuso la tediosa concepción futbolística de Maradona, debemos entender, puesto que a pesar de poder haber goleado a Nigeria no lo hizo y, más allá de los errores de Higuaín y las meritorias paradas de Enyeama, partidazo el suyo, la albiceleste no dio sensación de querer más. Si llegaron las ocasiones fue porque Messi es un jugador vertial que no entiende de juego especulativo, no por una intención expresa de Argentina en su conjunto. Heinze y Samuel se daban el balón el uno al otro dejando pasar el tiempo, Mascherano y Verón, observando la nula presión de Nigeria, decidieron no intervenir.
Así pues, Argentina demuestra dos cosas: por un lado, el inagotable talento de Messi, capaz de ganar él solo cualquier partido, y su excelente capacidad de victoria por KO en ataque, semejante al Real Madrid de esta temporada; y, por otro, que no tiene un medio campo ágil y con criterio capaz de imponer un dominio de alto ritmo en los momentos decisivos: Argentina pudo golear pero nadie debe engañarse puesto que Nigeria fue un juguete roto y blando frente a la pasvidiad del centro del campo albiceleste. A pesar de todo ello, a pesar de la posible goleada de Argentina, Nigeria pudo empatar en un par de ocasiones, dando fe de la inseguridad de la zaga argentina.
Previamente, a la una y media, Corea del Sur dominó y jugó bien frente a una Grecia desaroblada, deprimida y vacía de fútbol. La escasez de jugadores de calidad y un caótico plan defensivo fue un caramelo en las botas de Park Ji Sung y Chu Young Park. Se impuso Corea porque tuvo un plan. Perdió Nigeria porque a pesar de la fortaleza física de sus jugadores y adoleciendo un problema generalizado en las selecciones africanas no tiene dicho plan. Descontando a Grecia, horrorsa, ahora mismo los asiáticos tienen todas las papeletas para meterse a octavos. Argentina, simplemente con los latigazos de Messi, debería pasearse en sus dos partidos restantes.
Resultados de la Jornada 2 (a la hora de publicarse este post aún resta por jugarse el Inglaterra - EEUU, del que se hablará mañana):
Corea del Sur 2 - 0 Grecia
Argentina 1 - 0 Nigeria
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Imagen | El País
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