Andrés Pérez | Cuando Dunga llegó a la seleçao pocos le auguraron un futuro prometedor: al igual que cuando se vestía de corto, su estilo como entrenador distaba del cánon brasileño, alegre, ofensivo, sin rigor táctico, al contrario, Dunga se decantaba por el orden y por la seguridad defensiva, sacrificando la espectacularidad y el talento para mejor ocasión. Imposible, no podía triunfar en Brasil, no debía.
A pesar de no poder o de no deber Dunga ganó la Copa América del 2007 con un equipo de jóvenes valores que no practicó un gran fútbol pero que siempre supo lo que tenía que hacer en el momento en que lo tenía que hacer, en suma, que estaba europeizado, por así decirlo, maniatado por las obsesiones tácticas de su entrenador, obsesiones que no en vano llevó a Brasil a imponerse por encima de Argentina, la favorita, un equipo de ensueño que sí practicaba el fútbol que podía anhelar Brasil.
Un Brasil que no era Brasil se proclamaba así campeón de la Copa América con el siguiente objetivo en el horizonte claro: Sudáfrica 2010. Tras una fase de clasificación sencillamente brillante en la que ha perdido únicamente dos partidos y ha encajado once goles —el rigor táctico de Dunga, la primacía de la defensa sobre el ataque—, Brasil llega a Sudáfrica como la eterna campeona que ha perdido su ADN. Y esto último hay que entenderlo no como una desventaja sino como una virtud o al menos como lo que Dunga entiende por virtud: Brasil no es el equipo virtuoso y más preocupado de gustarse a sí mismo que de ganar, como pudiera serlo en otra década, pero Brasil sigue imponiendo su leyenda y su espíritu de ganador para ser una vez más la gran favorita o una de las más grandes.
A pesar de todo, a pesar de un medio campo irreconocible: Gilberto Silva, Elano, Josué, Ramires, Felipe Melo, Baptista, Kaka' y Kleberson. El talento es sospechoso. Brasil, Dunga y todos sus jugadores se autoconvencieron de que sus posibilidades en el Mundial seguían siendo las mismas aunque ya no se jugara como en otros tiempos el día en que acudieron a Argentina y le mojaron la oreja a la selección de Maradona. Con un partido impecable y frente a un equipo oxidado, viejo, sin ideas, perdido en la mediatización de todo cuanto sucede a su alrededor y alrededor de su entrenador, Luis Fabiano se elevó entre los comunes para dinamitar Buenos Aires.
La canarinha ha quedado encuadrada en el llamado grupo de la muerte, junto a su ex-metrópoli Portugal, Cristiano Ronaldo mediante, Costa de Marfil, veremos si Drogba se recupera, y la débil Corea del Norte. Su cruce es contra el grupo de España, por lo que cabe imaginar un duelo en octavos entre las dos máximas favoritas. En cualquier caso, a Brasil le dará igual. Le dará igual que un equipo europeo intercambie los papeles y se adueñe del que históricamente le corresponde por decreto, por genética: el ADN ganador sigue ahí, y quizá por eso Brasil es más temible ahora que nunca.
Lista de convocados de Brasil:
1) Julio César (Inter de Milán)
2) Maicon (Inter de Milán)
3) Lucio (Inter de Milán)
4) Juan (AS Roma)
5) Felipe Melo (Juventus)
6) Michel Bastos (Olimpyque de Lyon)
7) Elano (Galatasaray)
8) Gilberto Silva (Panathinaikos)
9) Luis Fabiano (Sevilla)
10) Kaká (Real Madrid)
11) Robinho (Santos)
12) Gomes (Tottenham)
13) Daniel Alves (FC Barcelona)
14) Luisão (Benfica)
15) Thiago Silva (AC Milan)
16) Gilberto (Cruzeiro)
17) Josué (Wolfsburgo)
18) Ramires (Benfica)
19) Julio Baptista (AS Roma)
20) Kléberson (Flamengo)
21) Nilmar (Villarreal)
22) Doni (AS Roma)
23) Grafite (Wolfsburgo)
Imagen | Rossoneriblog | Deportes Orange
A pesar de no poder o de no deber Dunga ganó la Copa América del 2007 con un equipo de jóvenes valores que no practicó un gran fútbol pero que siempre supo lo que tenía que hacer en el momento en que lo tenía que hacer, en suma, que estaba europeizado, por así decirlo, maniatado por las obsesiones tácticas de su entrenador, obsesiones que no en vano llevó a Brasil a imponerse por encima de Argentina, la favorita, un equipo de ensueño que sí practicaba el fútbol que podía anhelar Brasil.
Un Brasil que no era Brasil se proclamaba así campeón de la Copa América con el siguiente objetivo en el horizonte claro: Sudáfrica 2010. Tras una fase de clasificación sencillamente brillante en la que ha perdido únicamente dos partidos y ha encajado once goles —el rigor táctico de Dunga, la primacía de la defensa sobre el ataque—, Brasil llega a Sudáfrica como la eterna campeona que ha perdido su ADN. Y esto último hay que entenderlo no como una desventaja sino como una virtud o al menos como lo que Dunga entiende por virtud: Brasil no es el equipo virtuoso y más preocupado de gustarse a sí mismo que de ganar, como pudiera serlo en otra década, pero Brasil sigue imponiendo su leyenda y su espíritu de ganador para ser una vez más la gran favorita o una de las más grandes.
A pesar de todo, a pesar de un medio campo irreconocible: Gilberto Silva, Elano, Josué, Ramires, Felipe Melo, Baptista, Kaka' y Kleberson. El talento es sospechoso. Brasil, Dunga y todos sus jugadores se autoconvencieron de que sus posibilidades en el Mundial seguían siendo las mismas aunque ya no se jugara como en otros tiempos el día en que acudieron a Argentina y le mojaron la oreja a la selección de Maradona. Con un partido impecable y frente a un equipo oxidado, viejo, sin ideas, perdido en la mediatización de todo cuanto sucede a su alrededor y alrededor de su entrenador, Luis Fabiano se elevó entre los comunes para dinamitar Buenos Aires.
La canarinha ha quedado encuadrada en el llamado grupo de la muerte, junto a su ex-metrópoli Portugal, Cristiano Ronaldo mediante, Costa de Marfil, veremos si Drogba se recupera, y la débil Corea del Norte. Su cruce es contra el grupo de España, por lo que cabe imaginar un duelo en octavos entre las dos máximas favoritas. En cualquier caso, a Brasil le dará igual. Le dará igual que un equipo europeo intercambie los papeles y se adueñe del que históricamente le corresponde por decreto, por genética: el ADN ganador sigue ahí, y quizá por eso Brasil es más temible ahora que nunca.
Lista de convocados de Brasil:
1) Julio César (Inter de Milán)
2) Maicon (Inter de Milán)
3) Lucio (Inter de Milán)
4) Juan (AS Roma)
5) Felipe Melo (Juventus)
6) Michel Bastos (Olimpyque de Lyon)
7) Elano (Galatasaray)
8) Gilberto Silva (Panathinaikos)
9) Luis Fabiano (Sevilla)
10) Kaká (Real Madrid)
11) Robinho (Santos)
12) Gomes (Tottenham)
13) Daniel Alves (FC Barcelona)
14) Luisão (Benfica)
15) Thiago Silva (AC Milan)
16) Gilberto (Cruzeiro)
17) Josué (Wolfsburgo)
18) Ramires (Benfica)
19) Julio Baptista (AS Roma)
20) Kléberson (Flamengo)
21) Nilmar (Villarreal)
22) Doni (AS Roma)
23) Grafite (Wolfsburgo)
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