sábado, 2 de abril de 2011

Habrá Liga


Andrés Pérez | En el momento en que se publica este artículo restan escasas horas para que de comienzo la trigésima jornada del Campeonato Nacional de Liga. Finalmente, Purificación Pujol, la juez que admitió a trámite la demanda del G-6 —el grupo de equipos que sí optaba por celebrar la jornada—, decidió que debían disputarse los partidos correspondientes a este fin de semana. A la medida no le cabe más que un aplauso entusiasta porque supone un importante revés para los clubes rebeldes que pretendían paralizar la competición causándose perjuicio únicamente a sí mismos.

Como con poco esfuerzo podrán recordar, la mayoría de los clubes de fútbol profesionales llevan varias temporadas exigiendo una mayor dosificación del calendario e intentando ajustar los compromisos de las selecciones internacionales a sus intereses. No hay fechas, señalan, y en cierto modo están en su derecho de quejarse por ello. Sorprende pues, y no queda más que elogiar el buen hacer de la jueza, que ahora pretendan paralizar una competición fijada de antemano y cuya utilidad como ejercicio de reivindicación es más que dudoso. ¿Si antes eran ya de por sí perjudicial el calendario para determinados equipos, qué cabría esperar del aplazamiento de una jornada? No gran cosa. Esencialmente un monumental quebradero de cabeza de los encargados de fijar las fechas.

El plante que pretendían poner en práctica los clubes rebeldes ha servido como excelente ejemplo de cómo no hacer las cosas. En primer lugar por inservible: si de verdad se pretende protestar por una situación que se cree a todas luces injustas aplazar una jornada no tiene la menor repercusión. Se jugará más tarde. Un acto útil de presión hubiera sido posponer indefinidamente la celebración del campeonato en caso de que el Gobierno se negara a negociar, pero los clubes saben a la perfección que sus reivindicaciones carecen del suficiente peso como para realizar un boicot semejante sin que se les caiga la cara de vergüenza. En cualquier caso queda de manifiesto que la valentía no es su virtud. Es decir, se confirma. Y en segundo lugar por improcedente. No es en marzo cuando se deben plantear parar la competición porque hay una situación que les perjudica. La ley y los contratos televisivos eran los que son hoy en septiembre, cuando tuvieron la ocasión de negociar. No lo hicieron y ahora la imagen que proyectan es lo que realmente son: unos incompetentes cobardes.

Lectura recomendada | ¡Habrá fútbol en la Liga del esperpento! (Miguel Salazar en El Creador de Juego)
Imagen | Rincón del forero

0 Comentarios: