Andrés Pérez | La cara de Domenech era todo un poema. Apoyado sobre el lateral de su banquillo, el mismo en el que un abrigado Henry miraba incrédulo hacia el terreno de juego, sus labios expresaban un amago de sonrisa, una pícara muestra de resignación e impotencia, un gesto que parecía decir, si es lo que queríais, aquí lo tenéis: mi cabeza en una bandeja de plata. Francia caía dos a cero frente a México. Estaba virtualmente fuera del Mundial de Sudáfrica. Está virtualmente fuera del Mundial de Sudáfrica.
Jugó Francia un partido plano y sin imaginación. Domenech observaba desde el lateral y no reaccionaba, como jamás lo hizo cuando el comobinado francés caminaba a la deriva y se clasificaba para el Mundial con un gol de Gallas que jamás debió subir al marcador. Si existe la justicia poética para Irlanda, quizá la México de Aguirre se la haya dado. Ni Riberý, ni Malouda, ni Anelka, ni Diabý, ni Valbuena cuando salió, ni, por supuesto, la línea defensiva estuvieron a la altura de las circunstancias, como no lo llevan estando durante cuatro años, desde que el último suspiro de talento de Zidane decidió plantar a la otrora campeona del mundo en la final de Alemania 2006.
Un empate entre México y Uruguay, más que probable, deja fuera a Francia haga lo que haga frente a Sudáfrica en un partido que se preve una tortura para todos, incluídos los aficionados franceses. Un equipo sin nada que aportar ni que demostrar, desmotivado, descreído, aburrido y sabedor del deceso inminente de su seleccionador se irá del Mundial sin pena ni gloria haciendo buenos los pronósticos. Es el descenso a los infiernos de una Francia que necesita renovarse de arriba a abajo y volver a soñar con la que un día fue, encontrar esa generación con talento que tanto anhela y necesita y despachar definitivamente al ogro, al blanco de todas las iras, a un Domenech que observaba a su equipo desde la banda con sus gafas de pasta, su sonrisa indescifrable en un gesto que lo decía todo, y su pelo canoso meticulosamente francés. Tan francés en la caída de su amada Francia.
Previamente en el grupo B, Nigeria decidió inmolarse ante una Grecia muerta que la propia selección de Lagerback resucitó. Se había adelantado Nigeria con un gol tonto de Uche gracias a una falta lateral cuando Kaita, el lateral derecho africano, en un gesto repentino e irracional, hizo ademán de agredir a Torosidis. Le expulsó el colegiado bien expulsado y, repentinamente, Grecia, comandada de modo excelsa por Karagounis, recobró la vena competitiva. Empató tras un gol afortunado y se adelantó definitivamente por medio de Torosidis tras un garrafal error de Enyeama. La desgracia se cebó con el nigeriano: el mejor portero hasta la fecha del Mundial provocaba que su selección se asomara al borde del abismo.
Aún puede clasificarse Nigeria a pesar de las inconsolables lágrimas de Enyeama, pobre, porque Argentina se cebó con Corea del Sur. Amparada en una delantera de descomunal pegada, el cuadro de Maradona jugó cuando y cómo quiso con Corea del Sur en un buen partido. Marcó tres goles Higuaín de empujar, rememorando al glorioso Gerd Müller, y Demichelis demostró las carencias defensivas de la albiceleste regalando un gol a una cándida Corea. En la última jornada, Nigeria - Corea, se dirimirá el octavofinalista. Si hay un modo de olvidar las lágrimas de Enyeama y Kaita, ése es venciendo Nigeria.
Resultados de la séptima jornada:
Argentina 4 - 1 Corea del Sur
Grecia 2 - 1 Nigeria
Francia 0 - 2 México
P.D.1
La noche anterior, el día de la derrota de España, Uruguay se aferró a Forlán para golear a una Sudáfrica previsible y poner medio pie en octavos de final.
Jugó Francia un partido plano y sin imaginación. Domenech observaba desde el lateral y no reaccionaba, como jamás lo hizo cuando el comobinado francés caminaba a la deriva y se clasificaba para el Mundial con un gol de Gallas que jamás debió subir al marcador. Si existe la justicia poética para Irlanda, quizá la México de Aguirre se la haya dado. Ni Riberý, ni Malouda, ni Anelka, ni Diabý, ni Valbuena cuando salió, ni, por supuesto, la línea defensiva estuvieron a la altura de las circunstancias, como no lo llevan estando durante cuatro años, desde que el último suspiro de talento de Zidane decidió plantar a la otrora campeona del mundo en la final de Alemania 2006.
Un empate entre México y Uruguay, más que probable, deja fuera a Francia haga lo que haga frente a Sudáfrica en un partido que se preve una tortura para todos, incluídos los aficionados franceses. Un equipo sin nada que aportar ni que demostrar, desmotivado, descreído, aburrido y sabedor del deceso inminente de su seleccionador se irá del Mundial sin pena ni gloria haciendo buenos los pronósticos. Es el descenso a los infiernos de una Francia que necesita renovarse de arriba a abajo y volver a soñar con la que un día fue, encontrar esa generación con talento que tanto anhela y necesita y despachar definitivamente al ogro, al blanco de todas las iras, a un Domenech que observaba a su equipo desde la banda con sus gafas de pasta, su sonrisa indescifrable en un gesto que lo decía todo, y su pelo canoso meticulosamente francés. Tan francés en la caída de su amada Francia.
Previamente en el grupo B, Nigeria decidió inmolarse ante una Grecia muerta que la propia selección de Lagerback resucitó. Se había adelantado Nigeria con un gol tonto de Uche gracias a una falta lateral cuando Kaita, el lateral derecho africano, en un gesto repentino e irracional, hizo ademán de agredir a Torosidis. Le expulsó el colegiado bien expulsado y, repentinamente, Grecia, comandada de modo excelsa por Karagounis, recobró la vena competitiva. Empató tras un gol afortunado y se adelantó definitivamente por medio de Torosidis tras un garrafal error de Enyeama. La desgracia se cebó con el nigeriano: el mejor portero hasta la fecha del Mundial provocaba que su selección se asomara al borde del abismo.
Aún puede clasificarse Nigeria a pesar de las inconsolables lágrimas de Enyeama, pobre, porque Argentina se cebó con Corea del Sur. Amparada en una delantera de descomunal pegada, el cuadro de Maradona jugó cuando y cómo quiso con Corea del Sur en un buen partido. Marcó tres goles Higuaín de empujar, rememorando al glorioso Gerd Müller, y Demichelis demostró las carencias defensivas de la albiceleste regalando un gol a una cándida Corea. En la última jornada, Nigeria - Corea, se dirimirá el octavofinalista. Si hay un modo de olvidar las lágrimas de Enyeama y Kaita, ése es venciendo Nigeria.
Resultados de la séptima jornada:
Argentina 4 - 1 Corea del Sur
Grecia 2 - 1 Nigeria
Francia 0 - 2 México
P.D.1
La noche anterior, el día de la derrota de España, Uruguay se aferró a Forlán para golear a una Sudáfrica previsible y poner medio pie en octavos de final.
8 Comentarios:
Soy Jesús. Desde luego, Francia ha tenido lo que se ha merecido. Ni más ni menos. Un juego plano, aburrido, falta de gol, de velocidad, de ambición. Evra por ejemplo, parece otro cuando juega con Francia que en el Manchester.
Au revoir France.
Y Argentina, bueno. Enorme pegada arriba unido a una defensa justa.
Previsible, desde luego. Por encima de todo, lo dicho: Zidane ya es historia y Henry va camino de ello. Tener a Evra o Sagna o Ribery no son suficientes credenciales... como no lo son para Portugal tener al amigo CR.
Francia es Historia. Veremos quien continúa tan mágica escritura. Y sí, estoy con Jesús, veremos a ver si Argentina aguanta los envites de medio campo para abajo cuando el Mundial se ponga serio (para arriba ya lo conocemos de sobras)
A seguir disfrutando y esperemos que se haga corta la espera hasta el lunes.
DOMENECH: Va te faire foudre... putain de bordel de merde!!!!! au revoir monsieur!!!
¡¡¡au revoir domenech..... benvenue monsieur lourent blanc!!!!
Y para el lunes ¿qué piensa hacer Del Bosque? Seguir con la estrategia que le dio 2 victorias en amistosos y una derrota en oficial? Y fuera de la lista oficial de La Roja hay un jugador fundamental que parecía haber perdido el tren de la Historia. Pero logrará cambiar su futuro, y el de La Selección. http://www.terra.es/cardenosa
@ Jesús: No puedo restar ni una palabra de tu descripción de Francia.
@ Eduardo: Yo tengo bastantes ganas de ver a la defensa argentina, y a su medio campo ya puestos, enfrentarse a un equipo de nivel.
@ CSR: Imagino que cambiará el planteamiento y no saldrá con dos pivotes. Imagino, pero puede pecar de entrenadoritis.
Francia odia a Domenech y parece que Domenech odia a Francia. Vaya equipo plano y aburido que ha formado el tio. Y mientras tanto Gourcuff viendo esto desde el banquillo y Cabaye o Nasri desde su casa.
Argentina como se esperaba, viviendo del enorme poderío que tiene arriba.
Lo de los fallos de los porteros empieza a ser preocupante...aunque no se que sería de este mundial sin esos goles regalados.
¿Qué se puede esperar de una selección a cuyo mando está un tipo que hace las convocatorias en base a la carta astral de los jugadores?
Más allá de la situación ilegal en que marcó México los dos tantos que le dieron la victoria, los galos se han empeñado en recordarnos que jamás debieron de participar en este Mundial. Si ya en el campo es bochornoso observar como presuntas estrellas de la talla de Ribery, Abidal, Malouda o Evra vagan por el campo como pollos sin cabeza, el espectáculo que están dando de puertas hacia adentro no tiene calificativos.
En fin, una selección menos (salvo aparición mariana). Y curiosamente, los mayores beneficiados de esta eliminación y de las consiguientes destituciones que va a conllevar, serán los propios bleus.
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