jueves, 3 de marzo de 2011

Aprender a vivir en las profundidades


Andrés Pérez | La vida al filo del abismo no entiende de relajaciones ni momentos de distensión. Le sucede al Zaragoza como le suceden a tantos otros equipos en Liga. Anoche sin embargo, mientras se arremangaba para remontar una vez más un marcador adverso por un infantil error defensivo, jugó en cierto modo desinhibido. Las causas de tal tranquilidad, de tal partido ganado finalmente desde un planteamiento reflexivo y no puramente emocional, pueden residir en la mano derecha de Aguirre o en la propia adaptación de los jugadores a las circunstancias de las eternas finales. El Zaragoza ha aprendido a vivir siempre bajo sospecha. Y comprenderse a uno mismo es el primer paso para salvarse.

Se adelantó el Athletic, como llevan haciéndolo infinidad de conjuntos en La Romareda esta temporada. Lo hizo mediante Llorente, único jugador brillante ayer en el adormilado y desdibujado equipo de Caparrós, tras un mal entendimiento entre Jarosik y Doblas. A partir de ahí el Zaragoza, al contrario que en otras estampas semejantes en ocasiones anteriores, agarró el balón y lo circuló en línea de tres cuartos de campo para surtir de balones a Uche, titular en un partido de talla dos años después. Entre Herrera y Boutahar anduvo el juego. De largo los dos jugadores de más talento de la plantilla, permutaron posiciones, abrieron espacios y dibujaron líneas de pase. Por detrás Ponzio barría de nuevo espléndidamente y Gabi percutía aquí y allá, todos ellos con la connivencia de un vertical Bertolo. Jugaba bien el Zaragoza y era noticia.

Llorente, eso sí, causaba terror en Contini y Jarosik cada vez que un balón volaba hacia sus dominios. En todo caso, entre ambos y Lanzaro se las arreglaron para cortarle la energía a base de doblar la marca y una defensa subterránea que terminó desesperando al delantero. El Athletic se agazapó y el Zaragoza se envalentonó: jugó más, tiró más, creó más peligro y confió más en sí mismo. Así las cosas, en la segunda parte el resultado rotó a favor del conjunto local, gol y llanto mediante de Uche. Venció finalmente el Zaragoza porque ha aprendido, como el Levante o como el Racing, a desenvolverse en el lodo. Es tal su aprendizaje que incluso ya se atreve a jugar bien al fútbol. El acompañamiento de una defensa por fin pletórica da como resultado el primer resultado remontado de la temporada y algo más de aire.


A falta de que jueguen Málaga, Almería y Racing, el Sporting vuelve a la zona de descenso tras perder en Sevilla. Deportivo y Osasuna empataron en un partido que se antojaba ya desde el inicio tedioso y el Hércules no pudo arañarle al Villarreal, como sí hicieran los espléndidos ahora Levante y Racing, un punto. Quien se juega la vida es el Almería: con 21 puntos, perder contra el Racing le deja de cualquier modo a cinco puntos de la salvación y, además, espolearía al conjunto cántabro, a un punto del Getafe, en apariencia el primer conjunto alejado de los problemas. Comienzan a abrirse brechas y si el Racing es el primero en hacerlo habrá obtenido media salvación por puro estado de ánimo.

En las alturas, el Barça jugó uno de sus peores partidos de la temporada y sin embargo ganó al Valencia. Víctima toda la temporada de sus propios errores en defensa, ayer mereció como poco el empate aunque no logró encontrar con la fluidez que hubiera requerido a Pinto. El peligro generado por el equipo de Emery fue más intuido que real, y en esa situación el Barça sufrió, pero no lo suficiente. Apenas algunos amagos de Soldado o Pablo Hernández que hicieron arquear la ceja a un cada día más pletórico Abidal. Apareció Adriano, por fin, y sirvió a Messi, que empujó a placer. Uno de los escollos más notables de aquí al final superados por el Barça. Mañana el Madrid confirmará o negará la vida del campeonato.

Imagen | El País

1 Comentarios:

Anónimo dijo...

Pasan las jornadas, pero los equipos de abajo siguen dando mucha guerra. El que falla se va al pozo, y el que triunfa sale de él. Tiene pinta de ser un bucle hasta final de temporada. El Zaragoza anoche jugó bastante bien. Hay que aprovechar todavía más la calidad de Boutahar, y desde luego, el centro del campo es intocable. La defensa, exceptuando el gol y otra pifia más bien. Contini estaba en todos lados y Jarosik, exceptuando el gol, paró a Llorente en todo momento. El Athletic, por suerte, me decepcionó muchísimo.
Saludos de un compadre

Viko