lunes, 7 de marzo de 2011

El Arsenal desaprovecha otra oportunidad


Andrés Pérez | Sobre el Arsenal recae constantemente la sombra de la duda. Tras la desmembración del último gran equipo construido por Wenger, con Vieira, Henry o Pires como principales baluartes, el Arsenal, hace ya seis años, se reestructuró. Wenger optó por una idea romántica: crecer en torno a jóvenes talentos, futbolistas adelantados a su edad, en estado de madurez prematura, siguiendo el espejo de Fábregas, principal exponente y líder del nuevo proyecto del francés. Como experimento ha resultado ser a un tiempo bello e impotente: el don de la eterna frescura es un deleite para el aficionado neutral pero no tanto para el gunner, dado que desde entonces el Arsenal no obtiene ningún título.

La última oportunidad perdida fue en la Carling, un trofeo en apariencia menor, ante el Birmingham. Este Arsenal adolece de una falta de competitividad alarmante que se prolonga en el tiempo y cierne sospechas sobre la idea romántica, y por el momento estéril, de vencer con críos superdotados. El último ejemplo de ello se pudo observar el pasado fin de semana ante el Sunderland: llegaban los de Wenger con la posibilidad de recortar distancias respecto al Manchester, que había perdido en el campo del Chelsea durante la semana. Lejos de mostrarse firme en su propósito y seguro de sí mismo, el Arsenal se estrelló repetidamente contra la defensa del Sunderland sin que, por más de que gozara de algunas ocasiones puntuales, pareciera doblegar al conjunto norteño. El Sunderland, incluso, pudo llevarse los tres puntos del Emirates.

La pifia fue doble cuando el Manchester se dejó a Nani y su imagen de intocable campeón en Liverpool, donde un estelar Luis Suárez y un oportunista Kuyt —tres goles— revivieron glorias pasadas. De haber vencido al octavo clasificado de la Liga, el Arsenal estaría ahora a un punto de los mancunianos con un partido menos y teniendo que enfrentarse aún al United, con toda la carga psicológica que ello tendría. No fue capaz. El juguete de porcelana construido por Wenger no es más que una bonita obra de arte ineficaz en los momentos clave. O al menos eso parece empeñado en demostrar. Mañana tiene la oportunidad de echar por tierra los argumentos de este artículo haciendo valer la ventaja que obtuvo en el Emirates ante el Barça en el partido de ida de los octavos de la Champions League. Sucumbir de nuevo en una cita clave de la temporada podría suponer el toque de gracia de la idea edulcorada y dulzona de Wenger, estilista pero perdedora.

Imagen | Medio Tiempo.com

2 Comentarios:

Pablo Orleans dijo...

Espero que la idea práctica de Guardiola (un puñado de buenos jugadores nacionales e internacionales más un amplio elenco de grandes canteranos con estilo propio) gane este pulso entre dos equipos que les gusta el balón pero que lo tratan de formas ligeramente diferentes.

Para ganar en Europa, es cierto que hacen falta más que, como bien has denominado, "jóvenes superdotados". Espero que no me tenga que tragar mis propias palabras, aunque lo cierto es que, en estos instantes, son los gunners los que tienen el balón en su tejado.