martes, 8 de marzo de 2011

Eufemiano Fuentes regresa al fútbol

Andrés Pérez | Estupenda noticia para los aficionados del Universidad Las Palmas. En el día de ayer se daba a conocer la noticia de su nuevo y flamante fichaje: Eufemiano Fuentes. El Universidad ficha al mejor en mejora del rendimiento deportivo, con todo lo que ello implica. Es tan netamente talentoso en el ejercicio de su trabajo que sigue ejerciendo libremente a pesar de haber sido procesado dos veces en cinco años por dopar depostistas. La primera en la Operación Puerto, donde se desveló que era el principal promotor de una trama de dopaje que abastecía a numerosos equipos ciclistas y corredores a título individual de alto linaje como Alejandro Valverde o Ivan Basso. La segunda en la Operación Galgo, mucho más reciente y en la que volvió a destaparse como uno de los mejores expertos en medicina deportiva, ya saben.

No es la primera vez que el galeno canario, ginecólogo en sus ratos libres, toma contacto con el fútbol profesional. De principios de siglo datan sus primeras incursiones en el fútbol: lo hizo como médico del UD Las Palmas en la temporada 2000/2001 y en la 2001/2002. Las investigaciones de la Operación Puerto determinaron que por aquel entonces compaginaba su actividad en el fútbol con el tratamiento del Kelme, puntero equipo ciclista de aquellos años donde finalmente se demostró un dopaje sistemático de los corredores inducido, dirigido, controlado y ejecutado por el propio Fuentes. Su vinculación con el fútbol en los papeles de la Operación Puerto es testimonial. A pesar de ello, no está de más recordar cómo salió de Las Palmas: tras la negativa de un jugador a tomar una sustancia desconocida y tras las acusaciones de un empleado del club de encontrar jeringuillas esparcidas por el vestuario.

De mayor utilidad fueron sus declaraciones a Le Monde en 2006, tras la Operación Puerto. Adquieren mayor valor transcritas que explicadas:

¿Con qué equipos de fútbol ha colaborado usted?
Con equipos de Primera y Segunda división de España. Trabajé con varios equipos al mismo tiempo, a veces directamente con jugadores, a veces compartiendo mis conocimientos con los médicos de los equipos. Fui el médico de Las Palmas en 2002, durante un año en el que jugó en Primera división. Eso estaba en los periódicos.

¿Usted sólo se ha ocupado de equipos españoles?
Tuve una oferta de un equipo italiano, pero la rechacé.

¿Cuál?
No puedo responder. He dicho al juez, en nombre del secreto profesional médico, que no diré nunca la identidad de mis clientes. Es lo que me ha dado credibilidad con los deportistas, es la discreción a la que estoy ligado profesionalmente.

¿Usted ha trabajado con Real Madrid y Barcelona?
No puedo responder. Me han amenazado de muerte si decía ciertas cosas, yo y mi familia podríamos tener problemas graves. Me han amenazado tres veces. Y no me van a amenazar una cuarta.

Sin embargo, ¿usted ha recibido dos ofertas del F.C. Barcelona?
De la segunda, no quiero hablar. La primera fue en 1996.

Más claro agua. «Es lo que me ha dado credibilidad con los deportistas, es la discreción a la que estoy ligado profesionalmente», afirma Fuentes, que conoce la clave del éxito. Quizá la misma que le permita volver repetidamente al entorno deportivo sin que nadie haga esfuerzos plausibles por evitarlo. La vinculación de Real Madrid o Barcelona jamás se investigó ni, por descontado, se demostró, así como la vinculación de ningún otro equipo de fútbol. Todo ello a pesar de que la Guardia Civil, en los primeros compases de la operación, señalara que tan sólo el 30% de los deportistas implicados eran ciclistas, así como el propio Fuentes. También surgieron algunos rumores en los que se comentaba la posibilidad de que famosos futbolistas o tenistas aparecieran en vídeos de la Guardia Civil entrando en la consulta de Eufemiano. Ésto último son meras tribulaciones.

Lo que no son ideas para alimentar el imaginario colectivo son «los 23 verdes». En mayo de 2006 el Kelme era ya el Comunitat Valenciana y corría de verde y azul. El sumario de la Operación Puerto relacionó el nombre en clave de «los 23 verdes» con el equipo dirigido por Belda. Los ciclistas se plantarían en el Campeonato de España de aquel año y solicitarían al CSD una comparación de muestras de su ADN con el de las bolsas de sangre incautadas en los pisos francos de la organización de Eufemiano, negándose el máximo organismo del deporte español. No por ello eran inocentes, claro: otros papeles del médico deportivo relacionarían con meridiana claridad uno por uno a la mayor parte de los corredores del equipo valenciano. Sin embargo la pista de los «los 23 verdes» siguió ahí: en tierra de nadie y una vez descartada la posibilidad de que perteneciera al Comunitat Valenciana —sus corredores disfrutaban de otros nombres en clave—, cabía preguntarse a quién podía pertenecer tan enigmática cifra. Piensen en una formación deportiva profesional que compita de verde y que tenga en nómina a 23 profesionales. Quizá lo relacionen con cierto equipo de fútbol de rendimiento estelar una temporada y paupérrimo la siguiente, precisamente por aquellos años.


Todo esto dentro del campo de la suposición, dado que ni se investigó ni falta que hace. A pesar de encontrarse 185 bolsas en los dos apartamentos que Fuentes utilizaba como pisos francos, el juez decidió enviar para su análisis tan sólo 99 de ellas sin que se conozcan los motivos por los que las restantes quedaron sin analizar, aún hoy en las dependencias de algún cuartel de la Guardia Civil. Las dudas sobre la investigación y sus puntos oscuros se antojan necesarias.

También por aquel entonces un intermediario italiano se hizo preguntas al hilo de la Operación Puerto. Sus planteamientos rotaban en torno al magnífico Valencia que dos años seguidos alcanzó la final de la Copa de Europa. Su nombre, Ernesto Bronzetti, sus palabras, las siguientes:

Tristemente, ese famoso grupo de jugadores del Valencia, y doy nombres como Gerard, Farinós, Mendieta, Kily González y otros, han desaparecido de la circulación. Y donde han ido han sido un fracaso. También sabéis que se ha destapado en España hace meses el caso del famoso doctor (Eufemiano Fuentes) (...) El doctor, en una radio española ha indicado que también había (trataba) muchísimos futbolistas, y hay que tener en cuenta que él residía en Valencia, que consumían sustancias, etc, etc. No ha querido dar nombres de jugadores porque dijo había recibido amenazas de muerte; al menos eso dijo.

Siendo levemente suspicaces y observando algunos rendimientos perfil montaña rusa de algunos equipos españoles durante la última década podemos hacernos unas cuantas preguntas. A fin de cuentas en eso consiste el periodismo, demasiado ocupado glosando las gestas deportivas patrias que intentando desvelar los misterios que rodean a Fuentes. El más evidente se plantea hoy: ¿por qué un hombre con tamaño historial de actividad en torno al dopaje y al deporte aún tiene bula papal para acceder a equipos de fútbol? ¿No puede la Federación de algún modo vetar la entrada de Fuentes, prohibirle ejercer la medicina deportiva dadas sus demostradas actividades al margen de la legalidad? ¿No sabe la Federación a qué se dedica Fuentes? ¿No quiere saberlo?

Quizá lo sepa y quizá no quiera enfrentarse al canario. Mientras estaba en el calabozo, durante la Operación Galgo, a Fuentes se le atribuyó esta declaración: «si yo hablo, España no tiene ni Eurocopa ni título Mundial». Un nuevo rumor propagado, al parecer, por su compañero de celda. El médico se retractaría posteriormente de dichas palabras. En cualquier caso, Eufemiano Fuentes ha regresado al fútbol. Yo que ustedes no dejaría de seguir el rendimiento del Universidad Las Palmas, actualmente segundo en el Grupo I de la Segunda División B, durante el resto de la temporada. Por simple y mera curiosidad, claro, ya por todos es sabido que en el fútbol el dopaje es inexistente.

Imagen | Marca

2 Comentarios:

jefe dijo...

Sensacional artículo. Cada vez leo más blogs que ponen el dedo en la yaga con este asunto que tanto me apasiona y me enrva a la vez como las redes de dopaje organizado y los secretismos y falsedades que acarrean. Sigue así amigo.

Anónimo dijo...

Gran artículo. Sobre todo en estos días en que todos los medios se empeñan en defender a capa y espada su "corralito" ignorando el espíritu crítico, la información la investigación y esas cosillas del periodismo.