Andrés Pérez | No acostumbra este blog a hablar de arbitrajes, pero en esta ocasión su actuación es tan determinante, para mal, que es inevitable hablar de la segunda jornada de los octavos de final sin hablar de los jueces. Argentina y Alemania estarán en cuartos de final demostrando que son mejores equipos que sus oponentes o que al menos han sido mejores que sus oponentes en sus respectivos partidos. Esto es tan cierto como que han sido superiores con un condicionamiento arbitral evidente: no cuesta imaginar qué hubiera sucedido de haberse validado el gol de Lampard que daba el empate a Inglaterra, ni los más que probables problemas de Argentina de haber llegado empatada a cero en el descanso.
El fútbol es un deporte de enormes connotaciones psicológicas en el que un arbitraje calamitoso puede hundir a un equipo. Las decisiones sujetas a la subjetividad, como un agarrón que tan pronto se puede interpretar como tal o como un lance del juego, no deben ser rearbitrables; un hecho objetivo e innegable, como un balón que empíricamente bota tras la línea de gol o como un tanto anotado por un jugador matemáticamente en fuera de juego, no sólo puede serlo sino que por el bien de la salud de este deporte ha de serlo. La televisión no desvirtúa más el deporte que los hechos ilegales no anulados. Así de sencillo.
Dicho todo esto, esencial en un día como el de hoy, Alemania y Argentina se enfrentan en cuartos cuatro años después. Interesante la trayectoria de la selección albiceleste tras la primera fase, hasta la fecha idéntica a la de 2006: México y Alemania. Las similitudes, en todo caso, terminan ahí: hoy Alemania es un equipo de mayor talento y menor fortaleza física, que basa sus argumentos en el talento de Ozil, Müller o Khedira y no en el empuje del anfitrión; hoy Argentina es un equipo mucho menos compacto, dirigido por un motivador, dependiente de un futbolista cada día más individualista, y en resumen, menos equipo, pero con una pegada descomunal.
Eliminó Alemania a Inglaterra con un recital futbolístico. Comandada por Müller, un jugador que no destaca por nada eminentemente futbolístico pero sí por una inteligencia superior en la lectura de los partidos, el conjunto de Löw mezcla velocidad y precisión de forma audaz y amenazante. Juega Alemania de tres cuartos hacia adelante con una velocidad más al resto de selecciones y a todo eso, al talento y a un sistema de fútbol ofensivo y atrevido, añade un carácter competitivo hereditario en cada generación germana. Hoy por hoy es la mejor selección del torneo y de mantener este nivel, la más probable campeona.
El asunto inglés merece párrafo aparte. Capello podrá excusarse en el gol no subido al marcador de Lampard, que fue, pero no podrá ocultar las carencias y vergüenzas de su equipo a pesar de ello. Más allá de la calamidad constante que es su portería, la decadencia de Terry parece afectar a toda la defensa y en términos genéricos a todo el orden táctico del equipo: un centro del campo con cuatro jugadores de corte semejante no es capaz de innovar ni sorprender al contrario; el juego inglés es una constante monótona y cómoda para la defensa rival, que observa feliz la continua desesperación de Rooney. El sistema de Capello ha fracasado.
Frente al nuevo y aplaudido estilo alemán, posible gracias a una generación de talentosos centrocampistas inédita desde hace cuarenta años, se hallará Argentina. México cayó víctima de su debilidad defensiva, anoche un flan, y de la efusividad de los delanteros argentinos. Le tocaba a Tévez armarse de protagonismo a costa de un Messi cada día más desesperado y desesperante: el ansiado tanto no llega y repercute en su capacidad asociativa; amparado en su inigualable capacidad de desborde, Messi decide hacer la guerra por su cuenta en demasiadas ocasiones. Que esté haciendo un gran Mundial es discutible.
Su defensa es vieja y lenta y su centro del campo ordenado pero escaso de talento. Así pues, la lógica indica que debería ser Alemania quien llevara el pesto del partido a merced de una Argentina letal al contragolpe. Sendas defensas son semejantes, lentas y oxidadas, pero, a tenor del fútbol propuesto por ambos, Alemania puede ser más punzante gracias a su excelente fútbol, hipnótico, adecuado, sinónimo de campeón del mundo. Serán unos bonitos cuartos de final.
Resultados de la decimoséptima jornada:
Alemania 4 - 1 Inglaterra
Argentina 3 - 1 México
P.D.1
¡Un saludo para Inglaterra y México! Seguro que estarán disfrutando muchísimo el temor al progreso de Blatter y su negación constante a implantar televisores para rearbitrar jugadas objetivas. Pero ya saben: para Blatter, la injusticia es parte del fútbol. Y somos todos imbéciles, claro que sí.
P.D.2
Aquí un impresentable. Cuando observo a Heinze sobre un terreno de juego, entiendo porqué muchas personas no soportan el fútbol. Representa todo lo que no debe ser este deporte: un juego de caballeros practicado por villanos.
P.D.3
Tras una semana algo ajetreada, Más que Fútbol vuelve a la normalidad diaria. Disculpen las molestias.
Más Mundial | Vergüenza en Bloemfontein: el fin de una generación (Borja Barba en Diarios de Fútbol) | Culpa de Thatcher (Enric González) | Bochorno en pantalla gigante (Diego Torres en El País) | La ley del más fuerte (Ramón Besa en El País)
Imagen | El País
El fútbol es un deporte de enormes connotaciones psicológicas en el que un arbitraje calamitoso puede hundir a un equipo. Las decisiones sujetas a la subjetividad, como un agarrón que tan pronto se puede interpretar como tal o como un lance del juego, no deben ser rearbitrables; un hecho objetivo e innegable, como un balón que empíricamente bota tras la línea de gol o como un tanto anotado por un jugador matemáticamente en fuera de juego, no sólo puede serlo sino que por el bien de la salud de este deporte ha de serlo. La televisión no desvirtúa más el deporte que los hechos ilegales no anulados. Así de sencillo.
Dicho todo esto, esencial en un día como el de hoy, Alemania y Argentina se enfrentan en cuartos cuatro años después. Interesante la trayectoria de la selección albiceleste tras la primera fase, hasta la fecha idéntica a la de 2006: México y Alemania. Las similitudes, en todo caso, terminan ahí: hoy Alemania es un equipo de mayor talento y menor fortaleza física, que basa sus argumentos en el talento de Ozil, Müller o Khedira y no en el empuje del anfitrión; hoy Argentina es un equipo mucho menos compacto, dirigido por un motivador, dependiente de un futbolista cada día más individualista, y en resumen, menos equipo, pero con una pegada descomunal.
Eliminó Alemania a Inglaterra con un recital futbolístico. Comandada por Müller, un jugador que no destaca por nada eminentemente futbolístico pero sí por una inteligencia superior en la lectura de los partidos, el conjunto de Löw mezcla velocidad y precisión de forma audaz y amenazante. Juega Alemania de tres cuartos hacia adelante con una velocidad más al resto de selecciones y a todo eso, al talento y a un sistema de fútbol ofensivo y atrevido, añade un carácter competitivo hereditario en cada generación germana. Hoy por hoy es la mejor selección del torneo y de mantener este nivel, la más probable campeona.
El asunto inglés merece párrafo aparte. Capello podrá excusarse en el gol no subido al marcador de Lampard, que fue, pero no podrá ocultar las carencias y vergüenzas de su equipo a pesar de ello. Más allá de la calamidad constante que es su portería, la decadencia de Terry parece afectar a toda la defensa y en términos genéricos a todo el orden táctico del equipo: un centro del campo con cuatro jugadores de corte semejante no es capaz de innovar ni sorprender al contrario; el juego inglés es una constante monótona y cómoda para la defensa rival, que observa feliz la continua desesperación de Rooney. El sistema de Capello ha fracasado.
Frente al nuevo y aplaudido estilo alemán, posible gracias a una generación de talentosos centrocampistas inédita desde hace cuarenta años, se hallará Argentina. México cayó víctima de su debilidad defensiva, anoche un flan, y de la efusividad de los delanteros argentinos. Le tocaba a Tévez armarse de protagonismo a costa de un Messi cada día más desesperado y desesperante: el ansiado tanto no llega y repercute en su capacidad asociativa; amparado en su inigualable capacidad de desborde, Messi decide hacer la guerra por su cuenta en demasiadas ocasiones. Que esté haciendo un gran Mundial es discutible.
Su defensa es vieja y lenta y su centro del campo ordenado pero escaso de talento. Así pues, la lógica indica que debería ser Alemania quien llevara el pesto del partido a merced de una Argentina letal al contragolpe. Sendas defensas son semejantes, lentas y oxidadas, pero, a tenor del fútbol propuesto por ambos, Alemania puede ser más punzante gracias a su excelente fútbol, hipnótico, adecuado, sinónimo de campeón del mundo. Serán unos bonitos cuartos de final.
Resultados de la decimoséptima jornada:
Alemania 4 - 1 Inglaterra
Argentina 3 - 1 México
P.D.1
¡Un saludo para Inglaterra y México! Seguro que estarán disfrutando muchísimo el temor al progreso de Blatter y su negación constante a implantar televisores para rearbitrar jugadas objetivas. Pero ya saben: para Blatter, la injusticia es parte del fútbol. Y somos todos imbéciles, claro que sí.
P.D.2
Aquí un impresentable. Cuando observo a Heinze sobre un terreno de juego, entiendo porqué muchas personas no soportan el fútbol. Representa todo lo que no debe ser este deporte: un juego de caballeros practicado por villanos.
P.D.3
Tras una semana algo ajetreada, Más que Fútbol vuelve a la normalidad diaria. Disculpen las molestias.
Más Mundial | Vergüenza en Bloemfontein: el fin de una generación (Borja Barba en Diarios de Fútbol) | Culpa de Thatcher (Enric González) | Bochorno en pantalla gigante (Diego Torres en El País) | La ley del más fuerte (Ramón Besa en El País)
Imagen | El País
6 Comentarios:
Andrés, antes que nada, nobleza obliga, como acertó con Alemania dandola como candidata.
En un rato pasaré y armaré debate pero antes querría saber como está uno de mis pollos Xabi Alonso. Juega mañana?
Pieza clave en esta España
Y todavía falta el error de Casas, el peor juez de linea de nuestro país
@ guiddo: Pues gracias hombre. Aunque tampoco había que ser un genio para preverlo.
Hasta el momento Xabi Alonso sigue siendo duda y todo pinta que no jugará ante Portugal. Quizá así termine el doble pivote que tan poco está gustando en España...
http://www.as.com/futbol/articulo/xabi-alonso-sera-seria-duda/dasftb/20100628dasdaiftb_41/Tes
Mohorte, quizás ahí no lo sea pero te aseguro que aquí nadie lo daba como candidata, nadie eh.
Es un cuadroplepivote (?), abuso de mediocentros y cae en la volteada Xabi Alonso.
Argentina ganara,messi marcara y España perdera.Por cierto,que te hizo messi,que solo tu lo ves mal? Es el mejor y lo seguira siendo muchos años,juege o no el mundial,esto es cada 4 años,para mi tiene mas valor ganar una liga de 38 partidos perdiendo solo 1.AGUANTE ARGENTINA¡
@quien sos vos?: Son unas predicciones un tanto aventuradas. Argentina puede ganar, pero convertirlo en un axioma categórica es arriesgado.
Y a mí Messi me parece un gran jugador, pero no soporto el mesianismo ni aupar a mortales como seres divinos. Messi va por ese camino y su Mundial no está siendo gran cosa más allá del partido contra Nigeria, en el que fue el mejor de largo de Argentina.
Alégrese: eso demuestra que Argentina no ha necesitado al mejor Messi para plantarse en cuartos.
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