lunes, 30 de noviembre de 2009

Paradoja (Jornada 12)

Andrés Pérez | Paradójicamente, el Real Madrid perdió el partido que mejor disputó en toda la temporada. Cosas del clásico, de la mística y del rival, supongo. Saltó el Madrid ciertamente ordenado y sabedor de su rol: esperar al Barça con las líneas muy juntas y no tan atrás como el año anterior. Presión axfisiante en medio campo, rápida recuperación y velocidad arriba en ventaja numérica. Lo hizo de maravilla hasta que el fuelle se terminó y Kaka', ciertamente inspirado los primeros veinte minutos, y Ronaldo, peligroso, como siempre, se cansaron. Por cierto, sin noticias de Higuaín, ese maravilloso delantero experto en Valladolid, Xerez, Sporting y demás pero nulo ante Milan, Liverpool o Barça, donde la verdadera talla de un jugador se define. Para cuando el Madrid se hubo cansado, el Barça, que no cuajaba un mal encuentro, se encontraba distraído. Aturdido por el ímpetu del eterno rival. Le costó la primera pate e Ibrahimovic para imponer su ley.

Lo hizo a pase de Alves y de volea, el gigantón sueco, esplendoroso, magnífico, irrepetible, genial, peligrosísimo. Los adjetivos no son suficientes. Un golazo y tres puntos, pero más allá de todo eso, tres puntos justificados frente al mejor Madrid del año. Como digo, el partido podría satisfacer a ambos conjuntos. El Barça no jugó su mejor encuentro pero estuvo sólido atrás y se marcó una buena segunda parte, apagando a un cansado Madrid por momentos; y, lo que es más importante, salió del campo con la certeza de que ni el mejor Madrid del año puede con un día mediocre por su parte. El Madrid tampoco debiera deprimirse. Plantó cara y se mostró como un equipo digno, que ya es bastante más de lo que viene haciendo durante toda la temporada.

Cansados todos, al término del encuentro las cámaras buscaban a Iniesta. No es para menos. Fue el mejor y demostró con argumentos plausibles porqué él puede merecer el balón de oro tanto como Xavi o Messi, aunque esa es ya otra historia. Es uno de los mejores jugadores del planeta y todos deberíamos sentirnos afortunados de poder contar con él en la selección. Sin más. 1-0 para el equipo de Guardiola y liderato, un clásico igualadísimo, precioso y satisfactorio. Sin duda, lo que se podía esperar de ambos conjuntos, algo, como digo, novedoso por la parte que le toca al Madrid, del que desconozco si dado el partido de hoy puede comenzar a levantar vuelo en su ideología futbolísitca.

El resto de la jornada no anduvo exenta de sorpresas. El Málaga resucitó frente al Sevilla y sacó un empate que pudo ser mucho más de no ser por, 1) Luis Fabiano y 2) la mala fortuna. El Valencia, nuevo segundo espada de la competición junto al conjunto hispalense, se dejó dos puntos frente al Mallorca, equipo revelación por méritos propios, en un penalti absurdo de Bruno. Por cierto, cada día me convenzo más: Villa es probablemente el mejor delantero del planeta. Qué capacidad.

Por abajo el Zaragoza demostró que lo pasará mal de aquí al final de temporada tras perder ante Osasuna. Pocas luces y muchas sombras, especialmente en lo concerniente a la actitud y la capacidad goleadora, pero como mínimo hubo algo de fútbol y varios rayos de esperanza de cara al futuro liguero. No mereció perder el Zaragoza ni tampoco ganar, lo cual es muy decidor de su fútbol: gaseoso, bonito cuando se pone pero sin pólvora ni energía. Osasuna se llevó los típicos tres puntos que en mayo salvan del descenso. El Zaragoza aún tendrá que encontrar esos tres puntos, temo. Por cierto, el Atlético ganó a costa del Espanyol y el Villarreal decidió inmolarse ante el Sporting, como el Racing ante el Athletic. El Getafe abusó del Xerez y de verdad que la zona baja de la tabla está interesantísima. Como la lucha por el título.

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Clasificación | (pincha aquí)

El resumen del clásico |




Vía | YouTube, Marca
Imagen | El Mundo

martes, 24 de noviembre de 2009

Irlanda, Francia y la ONU

Irlanda y Francia, en cambio, siempre han gozado de una buena amistad, unidos por la religión católica y su común desprecio hacia la pérfida Albión. Ya no. Hoy, los irlandeses se sienten más cerca que nunca de sus antiguos opresores ingleses, que comparten de manera solidaria y ruidosa su indignación ante la clarísima injusticia sufrida esta semana ante la selección francesa de fútbol. Tal ha sido la enormidad del crimen que uno se queda asombrado ante la cordura del Gobierno irlandés. A la hora de escribirse esta columna, aún no habían convocado una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para exigir sanciones económicas o proponer "una coalición de los dispuestos" contra el enemigo francés.

Andrés Pérez | John Carlin en El País sobre lo sucedido el pasado fin de semana. No todo lo referente a la prensa que se comenta en Más que Fútbol ha de ser malo, vaya. Hay calidad. Poca, pero la hay.

Vía | El País, Más que Fútbol

lunes, 23 de noviembre de 2009

Cambio de líder a pesar de todo (Jornada 11)

Andrés Pérez | Tuvo el Madrid un buen arranque frente al Racing de Santander y le sirvió para adelantarse en el marcador. De ahí al final, se diluyó. Peca de inconstante y de altanería el conjunto de Pellegrini sabedor de su enorme calidad individual, pero desconoce que en la virtud de sus jugadores reside el mal del fútbol grupal inconexo y superfluo que desarrolla. A pesar de todo, a pesar de rendirse a la vagancia tras anotar su tanto, a pesar de que el Racing demostró que de haber salido al Bernabeú con un planteamiento más valiente hubiera obtenido mayor recompensa, el Madrid es líder. Lo es porque el Barça es mucho más inconstante, como el Madrid, que el año pasado. Su fútbol a pleno rendimiento sigue siendo inapelable pero sus momentos de esplendor son menos frecuentes esta temporada. De ahí su empate en Bilbao. De ahí que el Madrid llegue líder al Camp Nou.

Merece un epígrafe particular el caso del Barça. Se acerca a una de las semanas claves de toda la temporada con más dudas que certezas, sabedor de su menor efectividad y con Messi perdido y entre algodones. No deberían dispararse las alarmas ya que, no en vano, insisto, el Barça sigue siendo el mejor equipo de España en cuanto a fútbol propuesto y resolución de cara a portería. Pero falla en la regularidad. Pasa de una apatía desesperante al frenesí imparable de la temporada pasada. En la auto-complacencia reside la trampa que se crea a sí mismo el propio Barça, y las dudas le han llegado frente al Inter, jugándose la clasificación para octavos de la Champions, sin liderato y recibiendo a un Madrid presumiblemente inspirado tras la vuelta de Ronaldo.

Parece evidente que el Barça aún no ha alcanzado la excelencia del año pasado, pero también que el Madrid no está en condiciones de discutirle gran cosa el próximo fin de semana si ambos practican el fútbol que conocen. También parece dudoso que este año el Barça arrase del modo que lo hizo el pasado en la Copa y, especialmente, en Europa. Sea como fuere es cuestión de tiempo su recuperación, en caso de llegar, claro está. Sigue habiendo vida tras los dos grandes y una vida bastante agradable. Tanto el Sevilla como el Valencia, dos equipos que han encontrado su identidad, se muestran como la alternativa a los dos grandes.

Notoria alternativa en caso del Sevilla. Ventiló rápidamente a un ingenuo Tenerife por medio de armas proscritas al tiempo que legendarias: los extremos. Navas dio otro recital y Perotti demostró que crece partido a partido hacia un jugador de altos vuelos, muy por encima del ya olvidado, justamente, Capel. En su fútbol vertical, de amplio espectro ya que es moldeable para cada situación, repleto de goleadores, descubrimos el mérito de un Sevilla magnífico, al que da gusto observar. Algo parecido le sucede al Valencia. En la tradicional defensa hercúlea de sus últimos diez años, en un medio campo rocoso que le da una salida rápida al balón y en futbolistas eléctricos y escurridizos arriba nace su magnífica racha. Sus cuatro puntas de lanza se bastan para finiquitar un partido y de ahí la renuncia premeditada del Valencia a dominar a su rival por medio de la posesión. Ahogó al Osasuna, que no arranca.

Como tampoco lo hace el Atlético, desesperado frente a un Deportivo que en cierto modo mereció la misma suerte que su rival. Que el empate era lo más equitativo para ambos conjuntos era una evidencia, pero Pablo se encargó de perpetrar un penalti absurdo y que, efectivamente, era, supuso una nueva derrota del conjunto de Sánchez Flores. El Atlético se hunde en el fondo de la tabla como el Málaga, que empató cochambrosamente frente a un Zaragoza que, si bien cuajó un lamentable fútbol, mereció siempre más que su rival. El partido pasó por ser uno de los peores de los últimos 150 años, pero encontramos tal motivo en el césped de La Rosaleda, la-men-ta-ble. Como lamentable, barriobajero, paleto, rastrero, triste y sancionable fue la actitud de Apoño durante todo el partido, escupiendo a la cara de Ander Herrera. Un vergonzoso personaje que no merece mayor protagonismo y que se retrata a sí mismo con sus actos. Se dedicó todo el partido a provocar sin aportar nada de valor para su equipo. Patético.

Resultados | (pincha aquí)

Clasificación | (pincha aquí)

Osasuna - Valencia |



P.D.

No tiene demasiado que ver con la actualidad liguera, pero no se ve un 9-1 todos los días. El Tottenham al Wigan.



Vía | YouTube, Más que Fútbol, Marca
Imagen | El País

viernes, 20 de noviembre de 2009

Noticiario fúnebre

Andrés Pérez | Aquí van tres ejemplos de cómo el fútbol, a pesar de sus grandezas, está rodeado de miseria, para desgracia de todos sus aficionados.

El primero de ellos es de hoy mismo y nace en Alemania, teutón país donde ya en 2005 un árbitro llamado Robert Hoyzer fue condenado a dos años y medio de cárcel por pertenencia a una banda de apuestas ilegales internacional y amañar partidos. Resulta que la fiscalía de Bochum, de la que supongo sin miedo a equivocarme una mayor eficacia que cualquier fiscalía española que se ocupe de un escándalo deportivo, ha descubierto más de 200 partidos amañados por las apuestas ilegales. Entre ellos tres de la Copa de Europa y doce de la Europa League. El escándalo salpica a ligas menores del este de Eurpoa y a las segundas divisiones de, por ejemplo, Alemania, donde ya hay 15 detenidos.

De acuerdo con los datos de la fiscalía, Alemania está afectada con 30 casos, entre ellos cuatro de segunda división, tres de tercera y 18 de ligas regionales. La red internacional de apuestas futbolísticas ilegales ordenó al parecer pagos a jugadores, árbitros y dirigentes de alto rango de ligas europeas para manipular el resultado de los partidos.

Jugadores, árbitros y altos dirigentes. Todos metidos en la pomada. ¿Se acuerdan del caso del Málaga, la Real Sociedad y Jesuli? Su repercusión mediática duró dos días. El fraude está considerado como delito pero en España interesa muy poco investigar a fondo sobre estas peculiares prácticas delictivas que tanto daño causan al deporte.

De Alemania a Francia. Henry controló con la mano y en su infausta acción descubrimos porqué Francia acudirá al Mundial de Sudáfrica en detrimento de Irlanda. Fue una injusticia de calibre histórico pero el problema no radica en la solución que se quiera dar a posteriori sino en un retraso tecnólogico evidente. Con una sencilla televisión en la que el árbitro pudiera comprobar si se había cometido infracción o no, la polémica hoy sería inexistente e Irlanda caminaría rumbo Sudáfrica. No es nada descabellado: en el fútbol americano el tiempo se detiene cuanto sea necesario con tal te esclarecer los lances del juego.

Irlanda ahora pide que el partido se repita y Henry, protagonista arrepentido que en su momento advirtió al árbitro en cuestión de la ilegalidad que había cometido, también, en un gesto que le honra pero que servirá de poco consuelo para los irlandeses: la FIFA ya ha dicho que ni de coña. El tema es tan absurdo que hasta Sarkozý, muy preocupado, llamó al primer ministro irlandés para pedirle disculpas. Con lo fácil y sencillo que es colocar una televisión en la banda.

Y de Irlanda, Europa, el mundo occidental tan preocupado por estas injusticias diarias que envalentonan la opinión pública de todo un país, a África, donde los problemas van mucho más allá de una polémica decisión arbitral. Argelia y Egipto se odian. Son aficiones rivales y como tal así lo demuestran: el pasado miércoles la selección argelina tumbo a la egipcia y se clasificó para el Mundial. Lo que vino después fue una tragedia: 14 personas murieron en accidentes de tráfico en Argelia celebrando el pase de su selección. El ejemplo perfecto de cómo el fútbol radicaliza las conciencias y sirve como excusa para el fanatismo. Egipto y Argelia hubieron de jugar en Sudán su encuentro. Imaginen hasta qué punto enloquecieron las hinchadas respectivas como para reisgnarse a jugar en un país que lleva 25 años inmerso en una guerra civil.

El fútbol señores. Toda su grandeza oscurecida por sus miserias. Fin del noticiario fúnebre futbolístico de hoy.

Vía | El Mundo
Imagen | El Mundo, El País

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Cinco segundos de paz

Andrés Pérez | Cuando el paso de los años tinte de sepia el recuerdo de aquella Eurocopa, la de 2008, cada aficionado a la selección guardará en su memoria un detalle insignificante que ejemplificó en su momento todo lo que aquello supuso. El mío reside en los cuartos de final, frente a Italia, en la tanda de penaltis. Si España anotaba aquel penal, pasaba de cuartos. La barrera maldita estaba a once metros y el encargado de derrumbarla era un tal Cesc Fábregas, líder absoluto del Arsenal con tan sólo 21 años. A él se encomendaba un sueño, una maldición que romper. Yo me encontraba sentado en una silla de un apartamento de Salou.

El curso universitario había terminado escasas semanas antes y como es menester en residentes jóvenes de Zaragoza, la localidad tarraconense fue lugar de colonización masiva. También por nuestra parte ya que, entendamos, la originalidad no era nuestro mayor fuerte a la hora de elegir destino vacacional. El caso es que allí nos hallábamos frente a un televisor destartalado en silencio sepulcral. Suena a tópico pero no deja de ser cierto: la tensión se mascaba en el aire y el nerviosismo se traducía en cojines a modo de uñas y muñones por dedos. La noche se había echado encima y la hora nos era indiferente. Un penalti daba la gloria o enterraba el sueño. Nos jugábamos demasiado como para estar atentos a cualquier otro aspecto de la vida que sucediera en los alrededores.

Podría haber surcado el cielo un unicornio rosa fosforito cantando el himno de Italia. No nos hubiéramos percatado. En tal tesitura, dos de los allí presentes íbamos cinco segundos por delante del resto. Un minúsculo aparatito hacía las veces de radio y escuchábamos cariacontecidos Carrusel Deportivo, producto de nuestra larga tradición de tardes de domingo acompasadas por un transistor. La diferencia entre emisión televisiva y radiofónica permitió durante todo el partido que supiéramos de antemano el desenlace del drama que se cuajaba en el Ernst Happel de Viena.

Conllevaba sus ventajas y sus innegables inconvenientes. Por un lado el corazón no palpitaba al ritmo desenfrenado del resto de nuestros compañeros y por otro, la emoción instantánea de cualquier lance del juego nos era privada. Sin embargo allí seguíamos cuando Fábregas se disponía a lanzar el penalti. Cinco segundos por delante de la humanidad, entendida como las seis personas que frente al televisor nos agolpábamos ansiosos de conocer el éxito. No existía nada más en el mundo que aquella habitación y aquel aparato que emitía aquel partido. Nada importaba ya. Tan sólo el gol de Fábregas.

Cuando Fábregas aún no había salido del círculo central, junto al resto de sus compañeros, nosotros ya conocíamos su particular ritual antes de golpear la bola. Había besado el cuero en nuestra imaginación antes siquiera de haber alcanzado el área en la televisión. Mientras tomaba carrerilla ya conocíamos el desenlace, fatal o genial, redentor o desdichado. El shock fue tal que nos quedamos paralizados. A mitad de camino entre el respeto y la incredulidad, nuestra expresión facial no varió un milímetro cuando Manolo Lama estalló en la absoluta desidia. Nuestro pulso no varió cuando la pelota dirigida por Fábregas engañó a Buffon y se coló en la portería de Italia.

El silencio reinaba y sin embargo conocíamos el final. Fueron cinco segundos mágicos. La euforia se desbordaba en nuestro interior y, sin embargo, de cara a la galería mostrabamos una frialdad inexcrutable. Una expresión petríficada de la que nada podía inituirse. Cuarenta y cuatro años de desdicha brotaron en nuestro interior erizando el vello de nuestros brazos, humedeciendo nuestras pupilas, obnubilando nuestra mente. Trasportándonos a otro tiempo y a otro lugar, fuera el que fuera. El alivio transpiró por nuestras pieles mientras el resto de desgraciados aún suspiraban por conocer el resultado final.

Cuando la televisión mostró el gol que ya conocíamos, cuando el pase de España a semifinales se hizo efectivo a ojos del resto de inquilinos que aquella noche compartían con nosotros sus fobias y sus miedos, un desesperado sonido reverberó por nuestras gargantas. Aquellos cinco minutos de silencio, de inexpresividad, estallaron de manera especial en quienes durante más de noventa minutos supimos todo cinco segundos antes que el resto. Desconocimos qué proferían nuestras cuerdas vocales pero nos daba igual. Los otros cuatro compañeros se levantaron encolerizados y automáticamente hicimos lo propio, aquello que anhelabamos hacer durante cinco segundos de reflexión que se hicieron eternos. Cinco segundos en los que asumimos que ya, que podíamos, en los que pensamos: "Ya está".

Junto a ellos celebramos aquel pase como si del mismo título se tratara. Los fantasmas habían volado de una maldita vez. Lo que vino después es inenarrable porque una niebla de euforia destiñe mis recuerdos. Pero aquellos cinco segundos supusieron, sin duda alguna, lo que esa Eurocopa significó para España en su conjunto. Una sensación de alivio sin igual en la historia del deporte.

Tanda de penaltis con Carrusel |



Vía | Más que Fútbol
Imagen | De archivo

lunes, 16 de noviembre de 2009

España o la peligrosa autocomplacencia

Andrés Pérez | Cayó España en la apatía de la rutina victoriosa. Lo hizo consciente de su superioridad sobre un rival enclenque, venido a menos, marrullero y dirigido por un impresentable revanchista incapaz de asumir los notables fallos que atesora su conjunto. No es excusa que Argentina trasladara el partido a su terreno, al de la confrontación, la patada fácil y la bronca generalizada. España se durmió como venía avisando Del Bosque, a quien el tiempo le dio la razón. Haría bien el seleccionador nacional en arengar debidamente a un grupo que no debe dormirse porque en tal apatía reside el fracaso.

No digo que España haya entrado en una dinámica de confianza excesiva, sino que podría llegar a ella. A pesar de todo cuajó un primer tiempo maravilloso en el que aunló a una Argentina muy débil. Sin recursos a los que aferrarse, con un Messi desesperado, se resignó al contragolpe. Y en tal resignación descubrimos las carencias de un equipo mediocre. El baile de seleccionados impide que llegue la estabilidad para un equipo cuyo juego no fluye porque sus líneas se deshilachan ante el dominio del rival. Sucede que Argentina no sabe a qué juega, y en tal vacío de ideal reside su estraetgia. Embarrar el partido y lanzarse rápida hacia la portería contraria cuando el contrario entra en su demencial juego. España lo hizo, cayó en la trampa, y Argentina consiguió que el combinado nacional olvidara su esencia. En tal tesitura llegó el gol de Argentina.

Al contragolpe. Balón y a correr. Argumentos escasos para ganar un Mundial, si es lo que pretende Maradona. La marrullería habitual de Heinze contagió al resto de argentinos y las piernas de Xavi, Silva, Iniesta o Villa lo pagaron caro. A pesar de todo, de una segunda parte floja y conformista de España, un último arreón plagado de fútbol logró de penalty el tanto que otorgaba la victoria a España. Justamente. Argentina puede desenvolverse bien en un partido de este nivel, pero España no debería haber caído en el círculo vicioso al que le arrastró una impotente Argentina. A pulir por parte de Del Bosque la inquietante muestra de arrogancia por parte de España. El trabajo psicológico se antoja esencial, primero, para no caer en el la autocomplacencia, y, segundo, para saber sobreponerse a rivales que ante la impotencia que supone plantar cara al fútbol de España, actuarán como Argentina. Tirarán de barrio, por si suena la flauta. Sea como fuere, es una alegría saber que un campeón del mundo siempre estigmatizado por encima de España, ha de recurrir a ello.

Imagen | Marca

viernes, 13 de noviembre de 2009

Mitomanía textil

Andrés Pérez | Diseño y fútbol son dos palabras que han caminado de la mano desde que las grandes firmas deportivas decidieran adentrarse en este deporte. Es una fuente inagotable de ingresos, polémicas, publicidad positiva e iconos que se quedan grabados en la memoria de los aficionados. A modo particular, siempre he sido un mitómano de las equipaciones de fútbol. Huelga decir que de pequeño siempre tuve mi colección de equipaciones para las chapas y que de adolescente pasaba más tiempo en el modo Editar de los simuladores de fútbol que recreándome en el artificio de un videojuego. Siempre maravillado por aquellas añejas equipaciones que trasladaban a mi imaginación a tiempos pretéritos en los que el fútbol se veía de color sepia y los jugadores se contaban por leyendas.

A los setenta, a los ochenta, a los sesenta. Fútbol de otras épocas que no disfruté y que idealizaba, y sigo idealizando. Pantalones cortos y ajustados, camisetas pesadas de lana, números diseñados sin estridencias, claros y sencillos, colores vivaces y poca ornamentación inservible y detallista. Camisetas como la segunda equipación de Inglaterra en 1966, roja y blanca, como la de Alemania en 1974, la de Brasil en 1982, la siempre impactante de Holanda en el mismo Mundial 1974, la de España que durante tantos años vistió medias negras y pantalón azul eléctrico. Camisetas sin trampa ni cartón, elegantes, sobrias, pero inquietantes.

España estrena nueva equipación tras el fracaso que supuso la que portó en la pasada Copa Confederaciones, una mezcla burda entre la exitosa prenda de la Eurocopa y colores apagados y aburridos. Adidas se reinventa a sí misma y rescata una moda de otro tiempo, la de los ochenta. A mí me parece bien y de hecho la equipación me encanta. Rojo eléctrico, azul intenso y un Casillas vestido como lo hiciera en su tiempo Arconada: de verde, con los hombros negros y la bandera de España formando las tres líneas de la marca Adidas.

Como digo, las equipaciones se guardan en la memoria colectiva. Y por un motivo o por otro, todas aquellas equipaciones de un fútbol del que aún sigo enamorado marcan mi imaginación, mi visión del fútbol actual. Todas aquellas selecciones y equipos que nunca pude ver y que hubiera gustado en conocer de primera mano suponen para mí aromas del verdadero fútbol que aún no se había convertido en el negocio que es hoy. En tiempo de leyendas, mitos, barro y pantalones muy cortos. Es comprensible, pues, que la equipación que España llevará en Sudáfrica me agrade ya que, no en vano, es un guiño a todo aquel fútbol.

Eso sí, echo de menos algo: las medias rojas no me convencen. ¿Por qué hay tanto miedo a recuperar las efectivas medias negras que siempre portó el combinado nacional? Que se fijen sino en el Sevilla. Las recuperó para su centenario y salta a la vista que han sido un éxito.

Noticias relacionadas | La nueva camiseta de España (Diarios de Fútbol)
Vía | As
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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Enajenación futbolística

Andrés Pérez | Nunca dejen de sorprenderse. Nunca desesperen en su búsqueda: aún puede haber algo peor que palmar 4-0 en Alcorcón tras haber realizado el mayor desembolso económico de la historia. Es posible caer más en el descrédito y es posible que el espectador siga sin explicarse absolutamente nada, deje de comprender el mundo y, hastiado, decida romper el televisor, porque nada merece ya la pena si un equipo de Segunda B es capaz de superar al Real Madrid en todas las facetas del juego para simplemente perder por un gol y eliminar al gigantón del fútbol español. O, seamos felices optimistas, puede suceder que tras contemplar semejante logro, el espectador en cuestión se reconcilie con la humanidad y descorche su mejor botella de vino para celebrar el milagro de cada día, seguir vivo. Como ven la enajenación que domina mi mente me impide hablar de fútbol. Hablo de la vida. Porque la vida es maravillosa, que diría cierto narrador ya en otro tiempo, y alumbra milagros e historias inverosímiles en cada esquina. Como la del Alcorcón. ¿Locura? Explíquenme ustedes de otra manera lo que ha sucedido en sólo dos partidos.

Como decía, era complejo imaginar un descalabro superior a la derrota... Disculpen, a la goleada histórica que el Madrid recibió de un equipo de barrio asentado con cierta holgura en la Segunda B. Pero he de insistir: jamás dejen de sorprenderse, es la gracia de la vida. Y en estas, el Alcorcón, noble equipo exento de calidad alguna en comparación al Real Madrid de los 250 millones de euros, se plantó en el tupido verde césped del Bernabeú, estadio mítico para la gloria, las remontadas y tantas cosas más. Y fue el Madrid quien osó desafiarle, quien hablaba de épica, noche de remontada, espíritu de Juanito y tantas banalidades más en boca de quien es incapaz de llevarlas a cabo. Y el Alcorcón, ni cortado ni amedrentado, planteó fútbol. Simple y llanamente. Ni bueno ni malo. Fútbol, señores, que es más fácil de lo que parece. Bandas, asociación, ensanchar el campo, cierta presión, orden, colocación, y lo que es más importante, conocimiento de causa. En el conjunto de barrio todos y cada uno de los futbolistas sabían qué tenían que hacer en el campo. Así jugar a este bello deporte es mucho más sencillo.

Qué les voy a contar del Madrid que no sepamos ya. Parece increíble, pero un equipo de Segunda B sabe jugar al fútbol mucho mejor que el segundo clasificado de la Liga Española. No es una cuestión de calidad ni de belleza estética. Repetimos: es una cuestión de orden y conocimiento. En el Madrid el orden es inexistente en todas sus líneas y el conocimiento brilla por su ausencia, como Kaka', como Raúl, como el inoperante Gago, como Higuaín, ese maravilloso jugador, como tantos otros que osaron enfrentarse al Alcorcón en la ida. Sin concierto alguno, únicamente Van der Vaart con un disparo lejano acertó a maquillar el ridículo, si es que a tamaño horror le cabe disimulo. El Bernabeú finalizó el partido aplaudiendo al Alcorcón y toreando a su propio Madrid: se llegaron a escuchar olés. ¿Hablar de fútbol, del sistema del Madrid, de las consecuencias y de las posibles soluciones? Venga ya. Una noche como esta merece hablar de todo menos de fútbol. Y en esto también descubrimos la magia de tan encantador entretenimiento.

P.D.

En otro orden de asuntos, el Zaragoza debió decidir que el gol no es su jurisdicción y empató a cero frente al colista de Primera División, huelga decirlo, el Málaga. Málaga que salió de su propio campo, habiendo logrado la clasificación, pitado y abucheado. Según Carrusel Deportivo la segunda parte fue un asedio constante del Zaragoza. Bien, si saben jugar, tocan con holgura, tienen conocimiento de causa que decíamos antes, pero mientras la defensa mantenga el mismo nivel de mediocridad y ningún delantero asome para perforar porterías rivales mantendremos la incertidumbre hasta el final. Yo no desespero. Equipo hay. Faltan los goles.

Vía | Más que Fútbol
Imagen | Marca

lunes, 9 de noviembre de 2009

Habitual (Jornada 10)

Andrés Pérez | El Atlético es un equipo que no admite medias tintas. Pasa de la más absoluta efervescencia a la apatía desesperante en cuestión de segundos, y en tal actitud descubrimos sus carencias. Es inconstante y el paso de los días provoca que las dudas hundan al conjunto en el pozo de la clasificación. Perdió contra el Madrid ejemplificando lo antes dicho. Cuajó una primera parte deplorable frente a un Madrid que tampoco hizo demasiado por imponerse al descanso 2-0, y salió atolondrado, lo que, Perea y el circo habitual mediante, provocó el 3-0. Parecía muerto el equipo de Quique Sánchez Flores pero salió Agüero y resucitó de espíritu a sus compañeros y a la grada. La noche y el día. Así imposible, por más tesón que demuestre Agüero. Casillas, para colmo de males, tuvo una de sus habituales agraciadas noches. Lo paró todo. En estas, ganó el Madrid y se debió reconciliar consigo mismo tras las dudas derivadas del Milan. Lo hizo también el Barça pero alejado de su habitual brillantez. 4-2 al Mallorca sin aspavientos. Vuelta a los cánones habituales de esta nuestra Liga. Ganan los grandes, no hay más historia.

Un punto separa al Barça del Madrid mientras el Sevilla se acerca sigilosamente con 22, a tres del Madrid y cuatro del Barcelona. Venció también 3-2 a un Villarreal que parece querer recuperarse y que sucumbió ante la pegada descomunal de Luis Fabiano y los culebreos de Navas, por fin seleccionado. Quien también decide asomarse por arriba es el Valencia. Venció a un Zaragoza digno y superior en el planteamiento del juego. Me explico. El conjunto de Marcelino palmó 3-1 pero puede salir de Mestalla con la cabeza alta. Le robó el balón al Valencia, lo administró con inteligencia hasta el primer gol de Mata, presionó la salida del balón del conjunto de Emery y se acercaba sospechosamente a las inmediaciones de César. Intentó jugar al fútbol y no agachó la cabeza, pero, eso sí, cometió un error garrafal. Adelantó la defensa frente a los cuatro pequeños diablos que tiene el Valencia arriba, lo que a la postre supuso un infierno. Huelga decir que dos de los tres goles del Valencia jamás debieron subir al marcador, especialmente sagrante el caso del primero, pero no es óbice. El Zaragoza perdió, probablemente de manera justa, pero no hay que caer en el fatalismo. Lo hizo con estilo.

Por abajo, Málaga y Tenerife fueron presa de su propia desesperación, el Getafe no hizo nada por evitar la victoria del Depor, Osasuna dio aire al Almería, el Athletic confirmó que de seguir así no tendrá problemas este año y el Xerez arañó su sexto punto a costa de un flojo Valladolid. Interesante el caso del Xerez. Poco a poco se aferra al sueño de la salvación y en tal pugna contra sí mismo y contra los elementos descubrimos la verdadera belleza de los pozos del fútbol. Veremos.

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Clasificación | (pincha aquí)

Real Madrid y Atlético de Madrid |



Vía | Marca, YouTube
Imagen | Público

Por fin, Navas

Andrés Pérez | Lo llevaba mereciendo el sevillista y por fin uno de los particulares anhelos de quien aquí escribe se cumple. Un extremo de verdad con calidad para dar y vender que dará profundidad a la banda derecha de España. Es una alegría que Navas haya solucionado sus problemas de ansiedad cuando se aleja demasiado de casa, típica desviación mental incomprensible en los futbolistas, rodeados de la opulencia más absoluta. En fin, sea como fuere, una buena noticia.

La convocatoria de Jesús Navas es la gran novedad de la lista de convocados ofrecida por el seleccionador nacional, Vicente del Bosque, de cara a los encuentros amistosos ante Argentina, el próximo sábado, y contra Austria, en Viena, el miércoles 18. La llegada de Navas al combinado absoluto es el resultado de un trabajo psicológico llevado a cabo por el Sevilla y el entorno del jugador para que superara sus problemas de ansiedad, que hasta este momento le habían impedido acudir a las llamadas de la selección nacional.

Por cierto. Ramos cuidará de Navas. ¿Está alguien seguro de esa decisión?

Vía | El País

jueves, 5 de noviembre de 2009

Y los privilegiados pusieron el grito en el cielo

Andrés Pérez | España no se caracteriza precisamente por ser uno de los países más justos fiscalmente hablando. Ahí están las SICAV, auténtico sueño húmedo de millonarios empresarios, y ahí estaba, hasta ayer, la Ley Beckham, para jolgorio y algarabía de las súper estrellas de esta nuestra Liga. Gracias a tan inteligente Ley, los futbolistas extranjeros con sueldos superiores a 600.000 euros cotizaban en el fisco el 24% de sus ganancias, lo mismo, no se lo pierdan porque tiene su gracia, que un mileurista como usted o como yo. ¿Divertido eh? Sí, para no parar de reír. O de llorar, depende del temperamento de cada uno. Pues esperen. El Gobierno de Zapatero ha decidido, cinco años después, que esto está muy mal y que hay que modificarlo. Así que a partir del uno de enero de 2010 los nuevos fichajes estrellas de los grandes clubes destinarán al erario público el 43%, algo muy semejante a lo ya existente en países mucho más justos fiscalmente hablando como Alemania o Gran Bretaña. Pues bien, la Liga se queja. Muy indignada se halla porque según sus cálculos perderá alrededor de 100 millones de euros anualmente. ¿Y qué hacer? A la huelga, dicen.

Partamos de la siguiente base: la medida tomada perjudica únicamente a los nuevos fichajes, es decir, a Riberý, por poner un ejemplo, pero no a los ya existentes. Como dicta la justicia española, las leyes nunca tienen carácter retroactivo por lo que Cristiano Ronaldo e Ibrahimovic pueden dormir tranquilitos, no les tocarán su estratosférico sueldo. Así que la Liga, de la mano de Astiazarán, su patético presidente, de manera torpe y necia intenta presionar al Gobierno amenanzando con un parón de la competición. Alegan en la LFP que eso impedirá la llegada de talentos extranjeros y por ende menor beneficio para los clubes por eso de los contratos televisivos, mediáticos y demás retahíla de argumentos, resumiéndolo todo en un laxo las estrellas eligirán otras Ligas. Lo que cierto presidente llamó en su día importar talento del extranjero se irá al carajo, resume Astiazarán.

En el plano fiscal no hay debate alguno: tipos que cobran cantidades millonarias por pegarle bien a un balón han de tributar exactamente lo mismo que el resto de empresarios de este país. El sistema fiscal español no es justo, lo sabemos, pero por algo se empieza, y que los futbolistas coticen al 43% como un rico más es una buena medida. Que la medida supone un freno para los grandes fichajes puede que sea cierto: hasta ahora España era un paraíso fiscal para nuestros ídolos del balompié y no es de extrañar que Riberý se niegue a pagar el 43% de su sueldo al Estado Español, que a ver quién nos creemos que somos, que él no se fue a Alemania para pagarle a los alemanes el 45% de su sueldo... Vaya. Ha quedado demasiado explícito. Una pena que Astiazarán no quiera leer, aprendería muchísimo el tipo.

Hablan de huelga. Veremos. Los clubes poderosos deben estar que trinan, y eso en España se traduce en dos: Barça y Madrid. Laporta ya ha hablado y ha puesto el grito en el cielo, pero como a este hombre nunca merece la pena escucharle a no ser de que se desee una úlcera estomacal, es mejor hacer como que no ha abierto la boca. Ya saben, sonrían y digan que sí. Huelga decíamos. Considero que es un farol. En la Liga Española no manda Astiazarán, mandan las televisiones y los patrocinadores, y ponen muchísimo dinero como para que durante dos jornadas los sufridos futbolistas no salten al campo a partirse la cara por tres puntos. Veremos cómo termina el asunto, pero una huelga no haría más que retratar el fútbol tan patético y lamentable que tenemos y que no merecemos. O sí. Uno ya no sabe dónde está el límite.

Vía | Público, ADN, Dominio Público, El Mundo
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