Andrés Pérez | ¿Alguna vez han querido destruirlo todo? Pónganse en situación. Recuerden aquel pasaje de su vida que mayor incitación a la violencia gratuita les haya provocado. Imaginen que algo les saca completamente de sus cabales y su cerebro tan sólo responde con destrucción. No hablo de matar a nadie, hablo de destruir gratuitamente, del deseo primitivo más elemental del ser humano, de agarrar un palo y dar golpes a la primera farola que aparezca. De retroceder en el tiempo hasta el Paleolítico. ¿Se hacen una idea? ¿Lo han sentido, verdad? Pues bien, es lo que me ha sucedido a mí hoy tras leer esto.
Esto, a lo que ni defino. Una pieza escrita inenarrable, indescriptible. La firma el inefable Eduardo Inda, periodista, o algo, que sufre de delirios de grandeza, de endiosiamiento supino. Lo he leído en La Libreta de Van Gaal, preparen el traje NBQ —la negrita es mía—:
"Churchills peloteros", "inempeorable", "rotacionitis". Cervantes se retuerce en su tumba. Pero la paliza al castellano no termina ahí, ya quisieran:
¿Y creen que con destrozar el DRAE este hombre tiene suficiente? No. Se equivocan. La ira in crescendo en mi interior me invita a pegar este fragmento, este ejemplo de auto-bombo vergonzoso, este ejercicio de egofalismo desproporcionado:
Este hombre ha perdido el juicio. Definitivamente. Su cerebro se ha trasladado al inframundo y ha desistido en el ejercicio de sus labores. La sangre ya no llega al tejido nervioso del cerebelo. La materia gris, si es que existió, ha claudicado ante el sensacionalismo. Las páginas de Marca son hoy amarillas fosforitas.
Olviden al periodismo deportivo. Firmó su sentencia de muerte hace tiempo, se rindió ante la evidencia: lo gobiernan juntaletras de tres al cuarto, paletos con un gran sentido del márketing y nula moral. Tipos como Inda que juegan a ser Dios o como Relaño que ven conspiraciones allá donde tan sólo hay errores humanos. Ayer leí este post en En la boca del lobo, el magnífico blog de Ramón Lobo. Hablaba del periodismo deportivo:
Que Inda haya llegado a director del periódico más vendido de España es un insulto a la inteligencia de cualquier lector crítico y, más aún, de cualquier estudiante de periodismo. Ya ni siquiera creo que se pueda transformar el periodismo deportivo, que las nuevas generaciones podamos extirpar su cáncer. Está excesivamente podrido. Su deceso es un hecho, no una teoría.
Y de ahí que, cabreado por la injusticia que se comete al ser Inda o Relaño directores de un periódico, enervado por el hecho de que la prensa deportiva a la que tanto soñé dedicarme se haya transformado en el cubo enorme de ponzoña que es hoy recurro a la violencia. A la violencia figurada, pero recurro a ella. Como método de desahogo me imagino a mí mismo, destruyéndolo todo y gritando en plena calle que no, que no hay espernaza ni futuro, que la humanidad ha muerto y con ella el mundo. Que tan sólo queda destrucción. Y así, farola tras farola, consigo reconciliarme conmigo mismo, quién sabe si también con el periodismo, y acudo de nuevo a la facultad esperando no se qué de las virtudes de esta profesión y lo noble de nuestro trabajo.
Vía | La Libreta de Van Gaal | En la boca del lobo | Marca | As
Imagen | CM BElagua | La Libreta de Van Gaal
Esto, a lo que ni defino. Una pieza escrita inenarrable, indescriptible. La firma el inefable Eduardo Inda, periodista, o algo, que sufre de delirios de grandeza, de endiosiamiento supino. Lo he leído en La Libreta de Van Gaal, preparen el traje NBQ —la negrita es mía—:
[...] Primera conclusión: la cuestión no es tanto el qué, la eliminación en la Copa del Rey y la abrupta salida del carril de La Décima, como el cómo. El chileno se fumó un puro ante los locos de turno que advertimos cual Churchills peloteros del peligro de la rotacionitis, del sinsentido de la castración de las bandas y de una preparación física que no deja mucho que desear por la sencilla razón de que es inempeorable [...]
"Churchills peloteros", "inempeorable", "rotacionitis". Cervantes se retuerce en su tumba. Pero la paliza al castellano no termina ahí, ya quisieran:
[...] No seré tan cruel como aquél que describió el experimento con una frase tan certera como demoledora: "Nunca se puso tanto talento en manos de tan poco". Pero nadie en su sano juicio podrá discutirme que el míster paulnewmanesco retornará como mucho tres talentos en la misma mano en la que había recibido diez [...]
¿Y creen que con destrozar el DRAE este hombre tiene suficiente? No. Se equivocan. La ira in crescendo en mi interior me invita a pegar este fragmento, este ejemplo de auto-bombo vergonzoso, este ejercicio de egofalismo desproporcionado:
[...] Tras Alcorcón un servidor y en menor medida el normalmente bien informado José Ramón de la Morena alertamos editorialmente del peligro que se corría de echar a perder toda la temporada si no se corregía la equivocación a tiempo… que aún se estaba a tiempo de corregirla. Prediqué en el desierto y pasó lo que pasó en ese Waterloo en el que, contrariando al original, ganaron los franceses pasándose por el arco del triunfo todos las apuestas habidas y por haber [...]
[...] Que no me acusen de ventajista: nada me hubiera gustado más que la historia me hubiera condenado a mí y le hubiera absuelto a él. ¿Saben por qué? Porque hubiéramos vendido periódicos como rosquillas. Su éxito, como le apunté al sabio de Las Parejas, es mi éxito [...]
[...] PD. Juro por mi honor que es lo último que digo del caso banquillo hasta el 17 de mayo salvo nueva catástrofe. Que no es cosa que los necios de turno o los jetas de guardia me acusen de desestabilizar a la plantilla o de perder la Liga por mi culpa. Ya se sabe que la culpa es siempre del mensaka.
Este hombre ha perdido el juicio. Definitivamente. Su cerebro se ha trasladado al inframundo y ha desistido en el ejercicio de sus labores. La sangre ya no llega al tejido nervioso del cerebelo. La materia gris, si es que existió, ha claudicado ante el sensacionalismo. Las páginas de Marca son hoy amarillas fosforitas.
[Dos portadas dos días después de la eliminación por La Libreta de Van Gaal]
Olviden al periodismo deportivo. Firmó su sentencia de muerte hace tiempo, se rindió ante la evidencia: lo gobiernan juntaletras de tres al cuarto, paletos con un gran sentido del márketing y nula moral. Tipos como Inda que juegan a ser Dios o como Relaño que ven conspiraciones allá donde tan sólo hay errores humanos. Ayer leí este post en En la boca del lobo, el magnífico blog de Ramón Lobo. Hablaba del periodismo deportivo:
El objetivo de los diarios de Madrid y Barcelona es vender ilusión y, por lo tanto, periódicos. No buscan la verdad sino la agitación permanente. Echo de menos un periódico nacional serio, ecuánime y responsable. Es el sueño de Enric González. Sus Historias del calcio son un ejemplo de que se puede. Soy del Real Madrid (ahora en la semi cladestinidad por razones obvias) y no me gustan las crónicas que mienten, manipulan o endulzan. Me gusta que me cuenten lo que no veo o lo que no sé. Por eso me agradan las crónicas de Santi Segurola aunque escriba en Marca. Hay periodistas a los que no los puede estropear ni un mal periódico. ¿Qué hace su director opinando de todo cuando apenas sabe de nada? ¿Es el mismo de la claqué entusiasta de la piscina de Pedro Jota en Mallorca? Hay gente que sólo sirve para dar palmas cerca de su dueño, eso sí, sin ritmo que es el compás de la inteligencia.
Que Inda haya llegado a director del periódico más vendido de España es un insulto a la inteligencia de cualquier lector crítico y, más aún, de cualquier estudiante de periodismo. Ya ni siquiera creo que se pueda transformar el periodismo deportivo, que las nuevas generaciones podamos extirpar su cáncer. Está excesivamente podrido. Su deceso es un hecho, no una teoría.
Y de ahí que, cabreado por la injusticia que se comete al ser Inda o Relaño directores de un periódico, enervado por el hecho de que la prensa deportiva a la que tanto soñé dedicarme se haya transformado en el cubo enorme de ponzoña que es hoy recurro a la violencia. A la violencia figurada, pero recurro a ella. Como método de desahogo me imagino a mí mismo, destruyéndolo todo y gritando en plena calle que no, que no hay espernaza ni futuro, que la humanidad ha muerto y con ella el mundo. Que tan sólo queda destrucción. Y así, farola tras farola, consigo reconciliarme conmigo mismo, quién sabe si también con el periodismo, y acudo de nuevo a la facultad esperando no se qué de las virtudes de esta profesión y lo noble de nuestro trabajo.
Vía | La Libreta de Van Gaal | En la boca del lobo | Marca | As
Imagen | CM BElagua | La Libreta de Van Gaal