Andrés Pérez | Le corresponde al Atlético, por herencia histórica, por motivos que no alcanza a comprender la razón humana, ser la bestia negra del Barcelona. Y no importa que éste esté en un estado de forma magnífico y encadene 21 jornadas ligueras sin perder un sólo partido o que lleve seis años sin alzar un título. En cualquier circunstancia, si el Barça juega en el Calderón sucederán dos cosas: habrá goles y el Barça sufrirá gane o pierda, o, en un caso remoto, a falta de un hecho acaecerá otro. Si a todo esto le sumamos un notorio estado de forma de determinados jugadores del Atlético, una plaga de lesiones inoportuna en las filas del conjunto de Guardiola y un Calderón encendido, el resultado fue el de ayer. Que el Barça jugó su peor partido en dos años.
¿Por qué? Más allá del resultado, de la derrota, del buen planteamiento táctico del Atlético, el Barça fue débil. No practicó un fútbol brillante, anduvo ciertamente descolocado, su fútbol de toque y ruptura de las líneas rivales se convirtió en un descafeinado por inservible dominio absoluto del balón si alguna profundidad. Ibrahimovic anduvo como lleva dos meses, inútil; Messi quiso hacerlo todo ante la pasividad de sus compañeros; Iniesta estuvo inusualmente impreciso y Xavi descolocado. Lo nunca visto. Al Barça le pasó factura la presión psicológica de bajas físicas, esto es, reales. No hay que lanzar ninguna alarma en este sentido.
Perdió el Barça y esto le sirvió al Madrid para acercarse a tan sólo dos puntos. La derrota del Barcelona se explica por la conjunción de varios factores: el rival, el estadio, las bajas, la fatiga psicológica y fisiológica acumulada y un mal día. El Madrid venció al Xerez en Chapín con un Ronaldo en su línea, esto es, esencial, y con un Kaka' notable y mejorado. Imposible extraer conclusiones de buen fútbol, ordenamiento táctico y rentimiento personal de cada jugador: el rival era el colista, una victoria no es un éxito pero un empate o una derrota es un fracaso redomado.
Escasas sorpresas en el resto de la jornada. No considero el empate del Valencia en Gijón algo negativo, más bien al contrario. El Real Zaragoza empató un partido que hace un mes habría perdido con todas las de la ley y de ahí que, amén de jugarse fuera de la Romareda, el resultado frente al Valladolid sea aceptable. El Málaga confirmó su mejoría a costa de un Racing que ha pagado su intentona de llegar a la final de la Copa del Rey; el Sevilla a su ritmo sin practicar un fútbol brillante y dependiendo en gran medida de Zokora y Jesús Navas y el Villarreal quizá mejore a raíz del buen partido que jugó frente al Bilbao, que terminó exasperado tras marrar Iraola el penalti del empate.
Por cierto, la jornada aún no ha terminado. Gracias a la idea de la RFEF esta noche Mallorca y Tenerife juegan. Como dato: quien aquí escribe no podría ir al estadio, sale a las 9 de la universidad. Gracias, genios.
Vía | El País
Imagen | Marca, El Mundo
¿Por qué? Más allá del resultado, de la derrota, del buen planteamiento táctico del Atlético, el Barça fue débil. No practicó un fútbol brillante, anduvo ciertamente descolocado, su fútbol de toque y ruptura de las líneas rivales se convirtió en un descafeinado por inservible dominio absoluto del balón si alguna profundidad. Ibrahimovic anduvo como lleva dos meses, inútil; Messi quiso hacerlo todo ante la pasividad de sus compañeros; Iniesta estuvo inusualmente impreciso y Xavi descolocado. Lo nunca visto. Al Barça le pasó factura la presión psicológica de bajas físicas, esto es, reales. No hay que lanzar ninguna alarma en este sentido.
Perdió el Barça y esto le sirvió al Madrid para acercarse a tan sólo dos puntos. La derrota del Barcelona se explica por la conjunción de varios factores: el rival, el estadio, las bajas, la fatiga psicológica y fisiológica acumulada y un mal día. El Madrid venció al Xerez en Chapín con un Ronaldo en su línea, esto es, esencial, y con un Kaka' notable y mejorado. Imposible extraer conclusiones de buen fútbol, ordenamiento táctico y rentimiento personal de cada jugador: el rival era el colista, una victoria no es un éxito pero un empate o una derrota es un fracaso redomado.
Escasas sorpresas en el resto de la jornada. No considero el empate del Valencia en Gijón algo negativo, más bien al contrario. El Real Zaragoza empató un partido que hace un mes habría perdido con todas las de la ley y de ahí que, amén de jugarse fuera de la Romareda, el resultado frente al Valladolid sea aceptable. El Málaga confirmó su mejoría a costa de un Racing que ha pagado su intentona de llegar a la final de la Copa del Rey; el Sevilla a su ritmo sin practicar un fútbol brillante y dependiendo en gran medida de Zokora y Jesús Navas y el Villarreal quizá mejore a raíz del buen partido que jugó frente al Bilbao, que terminó exasperado tras marrar Iraola el penalti del empate.
Por cierto, la jornada aún no ha terminado. Gracias a la idea de la RFEF esta noche Mallorca y Tenerife juegan. Como dato: quien aquí escribe no podría ir al estadio, sale a las 9 de la universidad. Gracias, genios.
Vía | El País
Imagen | Marca, El Mundo
1 Comentarios:
Es increíble lo del Atlético, si siempre jugara como contra el Barça... Saludos
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