lunes, 11 de mayo de 2009

Fiesta aguada (Jornada 35)

Andrés Pérez | De tan felices que el Barça se las prometía, parecía previsible que el Villarreal terminara por reventar el último globo de la fiesta y dejar la Liga, matemáticamente, en el aire. Virtualmente quedó decantada tiempo atrás y el Madrid no hizo el sábado mas que confirmar ésto último en favor de un Barcelona que, lejos de celebrar, enmucede y se entristece ante la nueva baja de Abidal para la final de la Copa del Rey y la más preocupante aún baja de Iniesta para sendas finales. Posiblemente, Iniesta, héroe de Stamford Bridge y hoy por hoy uno de los mejores jugadores del planeta si no el mejor, no estará ni en Valencia ni en Roma. Por el bien del fútbol, que esté en Roma. Lo de Valencia, y en Bilbao mientras tanto aplauden con las orejas, parece utópico. Sea como fuere, Llorente de nombre Joseba se encargó él solito de aguar las esperanzas de los más de noventa mil ilusionados aficionados que no contentos con gritar antes de tiempo aquello de 'campeones, campeones' ya tomaban Canaletes con objeto imperioso de celebrar la decimonovena Liga. Quizá algún niño llorara anoche. Enhorabuena Llorente.

Antes de que el Villarreal se postrara como el invitado sorpresa en la fiesta del flamante campeón de Liga, el Madrid, el día anterior, un sábado como otro cualquiera, decidió abandonarse a sí mismo y pisotear su escudo en favor de un Valencia que, sí, en efecto, pareció magnífico. Lo pareció, y quizá volviera a recuperar el nivel de antaño, pero ante aquel Madrid todo parecido con la realidad era nulo. Absolutamente. Ningún jugador, tan siquiera Casillas —fragrante error en el segundo gol—, antaño héroe entre la mediocridad, mantuvo el nivel. Quizá hastiado definitivamente de tanta incompetencia a su alrededor. Sergio Ramos personificó tal apatía. Temo que si nadie hace algo por solucionar su cabeza, termine perdido para la causa de manera indefinida. Silva, Mata y Villa, otros tres pequeños jugadores, casualmente los tres españoles, decidieron dinamitar una y otra vez el prestigio y el honor del sevillano por la banda izquierda. Lo consiguieron. Aquel antaño coloso pareció ayer una marioneta en manos de tres despiadados asesinos quienes juntos, centimetro arriba, centímetro abajo, no alcanzan la altura de Metzelder. Creo.

Es el estilo de la selección española quien ha minado al Real Madrid en el tramo final de temporada. Primero el Barça y acto seguido el Valencia. Queda por ver si el Villarreal tan pronto da lo que quita venciendo al Real Madrid y permitiendo que el conjunto de Guardiola se proclame campeón antes de pisar el césped el próximo fin de semana. Jugó a ganar el Villarreal y a especular el Barça, y por tanto, miles de niños y no tan niños congregados anoche en el Camp Nou, hubieron de ver como la oportunidad inmejorable de celebrar un título bajo la luz tenue del sol de media tarde se esfumaba entre la perspicacia de Llorente y la audacia de Ibagaza. El partido, por cierto, fue precioso. Dos equipos empeñados en jugar bien al fútbol regalaron todo un manual de cómo atacar y no defender, algo que deleita al espectador neutral y saca de quicio a tipos como Sacchi.

Al tiempo que el Atlético ganaba en plan Real Madrid y que nadie de los de arriba pinchaba, por abajo, el auténtico aliciente de estas últimas jornadas ligueras, cada equipo atravesaba su via crucis particular. El Numancia empató con el Valladolid finiquitando, puede que definitivamente, su ascenso. El Sporting decidió hacerse el seppuku y regalar al Almería la vicotira, permitiendo la salvación de uno de manera matemática y aumentando la agonía del otro. Curiosa y digna de análisis, si no fuera porque hoy se tiñe de tintes dramáticos, está siendo la temporada del Sporting. Es, probablemente, uno de los equipos con las peores defensas de Europa, pero practica en ataque un fútbol merecedor de algo más que la antepenúltima posición. No lo ocultaré. Me disgustaría su descenso, tras años de luchas intensas en el infierno de segunda. Quien tampoco ha de jugar con fuego es Osasuna. Perdió trea a cero frente a un Getafe que toma aire a costa de un equipo excesivamente maltratado por los árbitros, quizá, pero que tampoco muestra argumentos futbolísticos de auténtico peso como para sobrevivir sin apuros un año más en primera. Y por último, el Betis. Recuerdo la temporada del Zaragoza del año pasado y me apiado de tan, probablemente, desdichada afición. Diría que, si el Sporting supiera defender, el Betis descendería. Pero lo primero es un condicional, y como tal, la probabilidad de que un equipo con Sergio García y Oliveira descienda de nuevo, es baja. Pobre Sporting.

Clasificación | (pincha aquí)

Resumen del no alirón del Camp Nou:



Vía | Más que Fútbol, El País, Wikipedia, YouTube
Imagen | Marca

Más que Fútbol ● 2009

1 Comentarios:

Chechu dijo...

Yo creo que Sergio García y Oliveira son dos tipos muy gafes.Espero que no baje el Betis por el proyecto de jugadores que tienen. Sería triste que descendieran, la verdad.
En cuanto al Madrid, se vio una falta de actitud tremenda y éa fe la verdadera clave del 3-0. Poruqe el Valencia no es que hiciera demasiado, simplemente trenzaron algunas jugadas entre el trío mágico que fueron mortales en un equipo donde Cannavaro iba andando, Ramos se perdía, Gago regalaba balones y Javi García estaba en el campo. Sin más.
Respecto al Barça, pues creo que n jugó a su altura habitual. De hecho con el 3-1 pensaba lo mismo. Se encontró con 3 goles que no vinieron de triangulaciones sino de libres directos y de un chute rebotado. La noticia es la crucial baja de Iniesta.

Saludos