martes, 3 de mayo de 2011

Bello sufrimiento


Andrés Pérez | En la lucha por el descenso lo improbable se torna en milagroso. Le sucedió al Real Zaragoza el sábado, victorioso en el Bernabéu, demasiado ocupado como estaba el Madrid en sus cuitas internas y externas a raíz del pasado partido de Champions; y también a la Real Sociedad, que remontó un gol en contra de Thiago Alcántara para doblegar al Barcelona, olvidado de si mismo en un campeonato que tiene a su merced si la próxima jornada obtiene un punto más que el Real Madrid. El milgaro se obró, el Zaragoza elevó el vuelo gracias a Lafita y a una estructura defensiva admirable y la Real recuperó aliento tras una segunda vuelta para olvidar en la que se ha complicado la vida de un modo absurdo. Fue el sábado, también, cuando el Deportivo no obtuvo el mismo premio ante un equipo en franca ascensión como el Atlético de Madrid: perdió y ahí se mantuvo, con 38 puntos, uno por encima del descenso.

Descenso que marca el Getafe, parcialmente hundido tras firmar una segunda vuelta de campeonato deplorable a la altura del Espanyol —con la salvedad de que el equipo catalán tiene desde la primera mitad de la temporada la salvación hecha—. El Getafe perdió en Villarreal tras adelantarse en el marcador víctima de su propia endeblez como conjunto, preso del pánico al verse al filo del acantilado, ausente de magia y de duende que le haga respirar en una recta final de campeonato que se presenta maravillosamente agónica para un buen número de equipos, a saber, los comprendidos entre la novena y la decimonovena posición —siendo generosos—: Levante, 43 puntos; Sporting, 42 puntos; Mallorca, 42 puntos —otro cuya segunda vuelta está siendo épica—; Real Sociedad, 41 puntos; Racing de Santander, 40 puntos; Real Zaragoza, 39 puntos; Málaga, 39 puntos; Osasuna, 38 puntos; Deportivo, 38 puntos; y, en posiciones de descenso, Getafe con 37 puntos y Hércules con 33. Descendido virtualmente queda el Almería, a 12 puntos de la salvación. Tendría que ganar los cuatro partidos que le restan para obrar el milagro.

Parece evidente que uno de los equipos con más posibilidades de terminar con sus huesos en Segunda es el Hércules, que perdió ante el Málaga de Baptista, jugador que por increíble que parezca está en un equipo que lucha por sobrevivir. A cinco puntos de una salvación que se irá por encima de los 40 puntos y con un calendario poco favorable por delante —esencialmente un Racing que de ganar la semana que viene confirmaría la permanencia y un Atlético ascendente que busca la Champions—, el Hércules tiene todas las papeletas para ser el siguiente en acompañar al Almería. La auténtica incógnita, para la que actualmente es complejo realizar supuestos, es saber quién acompañará al conjunto alicantino —el cual se puede salvar, no obstante—. Lo que resta de aquí al final de temporada es un sufrimiento maravilloso, bello y repleto de emoción.


Por tendencia, estado de forma y en cierto modo calendario —aún tiene que viajar al Bernabéu, enfrentarse al Osasuna en casa en un partido que se preve brutal y acudir la última jornada de liga a San Sebastián—, el Getafe es en la actualidad el último equipo por el que alguien apostaría su dinero a la salvación. No es únicamente que se encuentre en puestos de descenso: es que de sus últimos cinco partidos ha ganado uno y llega sus últimos cuatro partidos desnortados, desestabilizado psicológicamente tras el revuelo levantado por la compra del club de un fondo de inversión de Dubái y con jugadores clave, como Gavilán, lesionados o, como Colunga, en muy bajo estado de forma. El Getafe se ha dejado llevar. No es la primera vez que le ocurre, pero sí es la primera vez que está realmente abocado al fracaso. De su descendente trayectoria aspiran a vivir los demás.

Osasuna ganó su partido del domingo ante el inefable Valencia de Emery —capaz al mismo tiempo de machacar al Villarreal para más tarde perder ante rivales tan dispares como Real Madrid u Osasuna— y causó gran inquietud en Zaragoza, Málaga, Santander y San Sebastián, que parecían abocados a la virtual salvación antes de que el conjunto pamplonica pasara de los 35 puntos a los 38. De haber perdido ante el Valencia el Osasuna estaría mucho más hundido que el Getafe, pero ganó. Ganó y todo va a estallar felizmente por los aires en las próximas cuatro jornadas. Por lo pronto el próximo domingo: duelo de genial bajura en La Romareda entre el Zaragoza y los navarros. Si el Zaragoza gana alcanzará los 42 puntos y un empate en la siguiente jornada en San Sebastián le supondía la virtual salvación —y quién sabe si matemática—. Se puede decir algo aproximado de Osasuna. El empate no beneficia a ninguno. Ni siquiera a el resto de rivales: estarían tan cerca de la muerte como de la vida, suponiendo gran inquietud a todo el mundo. Será sin duda el partido que acapare más miradas.

El Deportivo se enfrentará al Sporting, el aparentemente más salvado de todos junto al Levante. Una victoria del Deportivo le ayudaría a limpiar su negativa perspectiva al borde del abismo. Una derrota le hundiría y salvaría al Sporting definitivamente. Sucede que el Sporting tampoco se puede relajar: si pierde se acercan casi todos demasiado. El Málaga visita el Calderón —el Atlético puede ser juez del descenso— y debería puntuar porque sus tres siguientes enfrentamientos no son sencillos —Sporting, Athletic y Barcelona—; el Levante acude al campo del Athletic —un empate le vale— y el otro duelo estrella de la jornada enfrentará a Racing y Hércules. Sucede algo parecido a en La Romareda: si el Racing gana se salva virtualmente; si pierde le da alas a un Hércules aún con fe; si empatan ninguno estará particularmente contento —aunque el Racing estaría mucho más cerca de salvarse—.

No osen perderse la lucha por el descenso la próxima jornada. Promete ser dramática.

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Imagen | Sportyou | Noticias de Navarra

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