viernes, 4 de febrero de 2011

Los petrodólares aterrizan en Zaragoza


Andrés Pérez | Por paradójico que parezca, quizá por el monopolio que los grandes empresarios de la construcción han ejercido durante años en las presidencias de los clubes españoles, la Liga Española ha sido la última gran liga europea a la que han llegado los petrodólares de los países del golfo pérsico. El desembarco está siendo progresivo pero evidente: primero ha sido el Málaga, con nulos resultados hasta la fecha; le ha seguido el Racing, en este caso con dinero proveniente de la emergente India; y, ahora, al parecer, es turno del malogrado Real Zaragoza.

Ayer se conocía la noticia en Heraldo de Aragón: un fondo soberano de Dubai, la megaciudad nacida del dinero del petróleo, ofrecía 3 millones de euros por el Real Zaragoza asumiendo toda la deuda del club —asciende a los 130 millones de euros conocidos—. De quienes están detrás de la operación se sabe poco, o, mejor, se sabe absolutamente nada. Eso sí, hay algunas caras visibles: se habla de Javier Abad, agente FIFA y conocido en el fútbol regional aragonés, como futuro presidente; de Aurelio Rodrigo Villuendas como futuro director general de la entidad —actual abogado que representa al fondo soberano—; y, atención, de Xavier Aguado y Gustavo Poyet como partes activas del proyecto. ¿Qué relación une a multimillonarios árabes, ex-futbolistas, abogados españoles y agentes activos del fútbol regional aragonés? He aquí uno de los principales puntos oscuros.

La respuesta, probablemente, sea más sencilla de lo que la imaginación pueda suponer. Hace poco Arturo Aliaga, consejero de Industria de la DGA, se reunió en Fitur con el responsable de promoción turística de Dubai. Casualidades. Más allá de este pequeño cabo suelto del que se conocerán los detalles en el futuro como de casi todo, cabe plantearse porqué desde Dubai hay un interés creciente por una entidad endeudada y con un proyecto deportivo de perfil muy bajo. A este hecho hay que añadir los tiempos en los que se ejecuta la operación: justo después del mercado de fichajes, cuando no tiene gran sentido hacer la oferta. Todo esto son puntos oscuros de una operación, que, de concretarse definitivamente, supone un soplo de aire fresco para el Real Zaragoza.

Lo esencial es que llega dinero. De Dubai, sí, de EAU, un país donde no se respetan los derechos humanos más fundamentales, pero dinero y la asimilación de una deuda brutal. La lectura primaria es que Agapito Iglesias tiene en su mano desembarazarse de su actual camino tortuoso que es el Real Zaragoza: si vende se olvida del club. Así de sencillo. Parece irracional sus reticencias a dejar escapar una oportunidad de este calibre tanto para él como para la entidad del Zaragoza. En Twitter, hoy, ha surgido el rumor de que una notaría de la ciudad ha confirmado ya que la venta del club se ha ejercido. En todo caso, hay que mantener las reservas a tal respecto y esperar la confirmación —o no— del medio que ha destapado la noticia.

Si finalmente hay venta, al Zaragoza se le abren dos posibilidades ante lo desconocido: por un lado, que el fondo soberano actúe a modo de los que manejan el Arsenal o el Manchester City, esto es, inversión potente de dinero y proyecto a largo plazo; por otro, que los intereses de la compra radiquen en temas superfluos y caprichosos como los que han motivado la adquisición del Racing o la triste historia del Portsmouth. La primera opción es la esperanzadora. No tanto la segunda. En todo caso, ante cualquiera de los dos la entidad no pierde nada. Se antoja complicada una situación peor.

Lectura recomendada | Abad viaja a por los avales (Heraldo)

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