martes, 3 de agosto de 2010

Otro caso de partidos amañados, pero aquí no pasa nada

Andrés Pérez | Ya está, aquí lo tienen: un nuevo escándalo en el fútbol español por un presunto amaño de partidos. Que el silencio imperante desde todos los estamentos conocidos del fútbol español no les lleve al engaño, vuelve a ser un pequeño borrón que, de actuar como suele hacerlo al RFEF, no llegará a ninguna parte. Como sucediera con el caso Jesuli y el supuesto ascenso fraudulento del Málaga en la temporada 2007/2008, todo lo que sabemos hasta la fecha es por escuchas al presidente de uno de los clubes implicados, aunque, en este caso, el protagonista no es indirecto, sino parte activa de la trama: Enrique Ortiz, máximo accionista del Hércules, reconoce, supuestamente claro, como todo, haber ofrecido cuantiosas cantidades de euros para que sus rivales se dejaran vencer y así facilitar el ascenso de un Hércules necesitado del mismo dada su precaria situación económica —quince millones de deuda, una losa para un equipo de Segunda División—.

Los hechos

El pasado 10 de mayo el Hércules se imponía en el Rico Pérez al Córdoba por 4-0. Un mes más tarde, el 19 de junio, el Hércules vencía a domicilio por dos goles al Real Unión de Irún y se proclamaba oficialmente equipo de Primera División en detimento del Betis, partido al que, por cierto, volveremos más tarde.

El País hoy, 3 de agosto, en su sección de Deportes, habitualmente bien dirigida y redactada, desvela ciertas conversaciones que el máximo accionista de la entidad alicantina, el previamente mencionado Enrique Ortiz, turbio personaje que aparece en los papeles de la Trama Gürtel y que ahora capitaliza el protagonismo del caso Brugal, mantiene con un interlocutor del que no se desvela la identidad. Ortiz, imaginamos que henchido de gozo y satisfacción, se expresa en los siguientes términos: "Del anterior, del último que ganamos aquí. Le di 100.000 euros... En el primer gol de Tote se tira para el lado contrario... Es que fue la hostia, macho... El cuatro a cero... 100.000 euros le había dado al portero (...) Al Salamanca le ofrecimos 150.000 euros. No quisieron y les metimos también cuatro".

El gol al que se refiere Ortiz es éste, en el que Tote abre el contador para el Hércules. El portero en cuestión atiende al nombre de Raúl Navas y, según las grabaciones, habría recibido, supuestamente, o habría recibido la oferta, supuestamente, de cien mil euros para que consumara el fraude. Según El País, en esas mismas grabaciones se desvela que el presidente del Hércules habría ofrecido 300.000 euros al Córdoba para que se dejara vencer. El asunto no queda ahí: como expresa Ortiz, el Salamanca rechazó una oferta de 150.000 para perder a propósito; también aparecen los nombres del Girona y del Recreativo de Huelva como supuestos beneficiarios de las primas de Enrique Ortiz.

Cuatro partidos bajo sospecha. Los protagonistas lo niegan todo, como es menester. Raúl Navas, el portero del Córdoba en el ojo del Huracán, dice sentirse "indignado" y que "hacer daño es muy fácil. Todo el mundo va a suponer y nadie saldrá diciendo que me he vendido, por lo que se daña mi nombre". Tote también niega cualquier relación con el asunto. Por cierto, cuando Jesuli confesó a Badiola que cada jugador del Tenerife se había dejado ganar frente al Málaga por 6.000 euros, Raúl Navas era su compañero de equipo. Vasos comunicantes.

Las suposiciones y la teoría de los vasos comunicantes

Vasos comunicantes son los que nos llevan a Iñaki Descarga, defensor que actualmente se desempeña en el Real Unión de Irún y que en su día lo hizo en el Levante. El dato no es baladí: en la temporada 2006/2007, Descarga y el presidente por aquel entonces del Levante, Julio Romero, reconocieron, y así está grabado, que los jugadores de la entidad levantina se dejaron vencer en la última jornada de aquella Liga frente al Athletic de Bilbao para que salvara la categoría. Casualmente, aquel partido lo venció el Athletic con un gol en propia puerta de un jugador del Levante.

Cosas del destino, Iñaki Descarga, en una situación semejante pero inversa por la posibilidad del ascenso y no del descenso, se marcó un gol en propia meta escandaloso en la última jornada de esta temporada frente al Hércules, que se jugaba el ascenso al todo o nada. Repasen la jugada y piensen detenidamente sobre los hechos expuestos previamente. Vasos, casuales, comunicantes.



Como es menester, en los días posteriores al gol en propia meta, Descarga se mostró muy afligido por la presión social que había de soportar, tildándole el espectador de comprado. Tal y como dice sentirse hoy Raúl Navas. En el momento de anotarse el tanto Descarga rompe a llorar desconsoladamente. Observen, una vez más, detenidamente la jugada, pero no lleven sus ojos al número 23 blanco, Descarga, el autor de tan sorprendente gol; fíjense mejor en el dorsal 11 del Hércules. Interpreten el gesto que realiza nada más observar en primera fila la acción de Descarga: manos a la cabeza de incredulidad, sí, pero también, con una interpretación más sutil, de miedo ante una acción excesivamente evidente, ante un pastel descubierto de manera fragrante.

Vasos comunicantes. Nos llevan a la RFEF, máximo estamento del fútbol español. Antes de nada: el juez de Orihuela, encargado de llevar la instrucción del caso, se inhibió por causas que desconocemos y en su lugar el juzgado de instrucción número 7 de Alicante archivó el caso en lo referente a las supuestas primas al no considerarlas delito penal, ya que no lo son. Dejarse perder en un partido de fútbol no es constituyente de delito actualmente, por lo que la responsabilidad ahora recae sobre el Consejo Superior de Deportes y la Federación cuando el juez, que a pesar de la insistencia del fiscal aún no ha movido ficha, se decida a trasladar el caso al CSD.

De no derivar la causa al CSD y a la RFEF el juzgado número 7 de Alicante tampoco deberíamos sorprendernos: en fin, hablamos de la Comunidad Valenciana. En cualquier caso, tampoco nos hagamos especiales esperanzas de ver prosperar dignamente la investigación si llega a manos de los dos máximos organismos del fútbol en este país. Por un lado está Lissavetzky, que ya demostró todo lo que tenía que demostrar con la Operación Puerto y que anda muy ocupado ahora en la creación de una imagen de candidato para optar al liderazgo del Partido Socialista de Madrid; por otro, Ángel María Villar, cuya incompetencia no se puede resumir en un post pero si en un detalle: Descarga y Julio Romero señalaron que el presidente de la RFEF sabía de aquel amaño entre el Athletic, equipo del que es seguidor, y el Levante en 2007. Vasos comunicantes. Y así hasta el infinito.

Las consecuencias

Evidentemente, hay lío. Los implicados se lo han puesto mucho más fácil esta vez que Jesuli y Badiola en su día, las pruebas —¿también debería decir aquí que son supuestas?— apuntan a un amaño de partidos que dejó al Hércules en Segunda División. Huelga decir lo siguiente: no se valora el mérito del Hércules para ostentar una plaza en la máxima categoría del fútbol español, ni el éxito de las negociaciones de su presidente para amañar los partidos, sino la intentiva. Un paralelismo válido para esta situación: el árbitro no valora que un defensa le rompa la cabeza a un delantero, sino la intención de hacerlo. Con esto sucede algo semejante, no se debe valorar el hecho de que comprara o no Enrique Ortiz los partidos sino el hecho de que lo intentara, de que ejerciera el soborno aunque no tuviera el éxito esperado.

Tan sólo por las declaraciones de Ortiz la investigación debería ser abierta y, de demostrarse todo y resultar ser cierto, el Hércules castigado. Desconozco en qué grado, pero desde luego ejemplar. Los aficionados del Hércules no tienen la culpa de nada, claro, pero tampoco los del Betis, equipo que ya ha interpuesto una queja formal en la Federación exigiendo el descenso del Hércules y el ascenso del Betis. No se trata de castigar a una afición, olvidemos ese argumento demagógico, sino de demostrar que los actos ilegales al margen de las reglas establecidas en el fútbol queden castigados. De no hacerlo, la impunidad reinará.

Aunque, bien pensado, la impunidad ya reina. ¿Alguno de ustedes recuerda qué sucedió con el caso Jesuli? Nadie, claro. Yo tampoco, y el motivo es sencillo: no sucedió nada, y hoy, apenas dos años después, pocos recuerdan aquel turbio episodio. Agua de borrajas, pelillos a la mar, hagamos como que no ha pasado, nuestro fútbol es limpio, blanco nuclear, refulgente, impenetrable por la corrupción, oasis en un país corrupto, paradigma de la época de oro y de platino y de zirconio del deporte español —Chimoeneas dixit—. Mejor no tocarlo.

"Desconozco hasta dónde llegan los amaños de partidos. Desconozco quién puede estar dentro del escándalo. Pero pondría la mano en el fuego a que ni es ni será el último caso que salga a la luz. Barrer un poco el piso no viene mal de vez en cuando. Parece que sale algo y la gente se olvida de todo el polvo que queda dentro. La cuestión es ¿cuánto polvo tenemos en casa?" - Un deporte de caballeros practicado por villanos, Más que Fútbol, 3 de diciembre de 2008.

El párrafo sigue de rabiosa actualidad.

Lectura recomendada | Que el espectáculo no pare (Más que Fútbol) | Un deporte de caballeros practicado por villanos (Más que Fútbol) | "Le di 100.000 euros al portero y se tiró para el otro lado en el gol de Tote" (El País) | Betis y Cádiz apelan ante la federación (El País) | Más sombras sobre Ortiz y el ascenso del Hércules a Primera (El Mundo) | España: escándalo por un supuesto soborno de un club para ascender a Primera (Clarín) | Un promotor omnipresente (El País sobre Enrique Ortiz)
Imagen | Marca | El Mundo

3 Comentarios:

Alvaro dijo...

Siempre hay y habrá corrupciones de este tipo dentro del fútbol, y muchas no serán castigadas. No me gusta nada la actuación del Hércules para conseguir sus objetivos y debe ser penalizado de algún modo, pero, de igual manera, detesto la actuación del Betis cada vez que está en Segunda. El año pasado buscó trapos sucios en el Xerez de varios años atrás y esta vez, lo intenta con el Hércules. Que la justicia futbolística se ocupe, no está bien eso de intentar conseguir en los tribunales lo que no se consiguió en los terrenos de juego, pinchando en encuentros que debían haber ganado.

Gran artículo, un saludo Andrés!

Eduardo Lázaro dijo...

Por diferentes motivos no había podido pasar por Más que Fútbol hasta hoy. Una vez leído el artículo a fondo, no me quede más que aplaudir lo expuesto -me refiero a la forma, claro está- y llorar, o reir -que es más sano-, ante el contenido tan nefasto y perjudicial para la veracidad y credibilidad del fútbol.

Los había que me tachaban de agorero cuando escribía sobre el fútbol-negocio y la falta de valores y credenciales deportivos. El "teatro", una vez más, a goleado al deporte; en éste caso, al fútbol.