Andrés Pérez | A pesar del silencio cómplice de los medios de comunicación, muy ocupados hablando de los apasionantes, sin duda, partidos de pretemporada de los clubes españoles —hoy, por ejemplo, en El País no encontramos ningún reportaje ni noticia relacionada con el caso Brugal y el Hércules, y ni qué decir de Marca, As, Sport y otros medios, a pesar de la editorial de ayer de Relaño—, el asunto de los partidos amañados por Enrique Ortiz sigue su curso y sigue dando de que hablar.
Hace poco supimos que las declaraciones de Tote en las que afirmaba no tener nada que ver con el asunto de la compra-venta de partidos podrían ser falsas. Frente a la prensa, Tote dice que él no sabe nada. Al teléfono, hablando con su amigo y presidente Enrique Ortiz, Tote se expresa en otros términos:
Las conversaciones publicadas por El País durante la semana pasada revelan algo que hasta el momento sólo se intuía: los jugadores, más allá de dejarse comprar por cuatro euros, participan de forma activa en la trama. Contactan con su presidente, analizan el precio de mercado que imponen otros equipos y utilizan los hilos de viejas amistades y compañías en el vestuario para alterar la competición. En fin, ya lo ven, Tote, aun pudiendo disfrutar de un día libre, prefiere acompañar a Enrique Ortiz para negociar in situ los pormenores del trato.
A pesar de las pruebas, el juez de Instrucción del juzgado número 7 de Alicante, el encargado de instruir las diligencias del caso, ha decidido no trasladar la causa a la justicia deportiva, esto es, al CSD y a la RFEF. El argumento para frenar en seco el proceso judicial es el de que, al ser conseguidas las conversaciones durante la investigación de un caso ajeno al fraude deportivo, el caso Brugal, pierden su validez ya que la legalidad de las escuchas no abarcaban ese ámbito, en teoría privado. Una excusa de mal pagador, un vericueto judicial que el juez, al que imagino vistiendo la camiseta de Farinós, utiliza para frenar la investigación.
De momento el CSD y la RFEF tienen la excusa perfecta para mantener la boca cerrada y no actuar: la justicia ordinaria no les transfiere el caso, ellos más no pueden hacer. En cualquier caso la Abogacía del Estado y la Fiscalía han recurrido la decisión del juez por lo que aún quedan posibilidades de que el asunto llegue a manos de los órganos deportivos y puedan, si consiguen demostrarlo —y si deciden procesarlo— sancionar el fraude.
No desesperen, quizá, si alguien se encarga de recordarlo, e intuyo que el Betis tomará ese camino, el 22 de diciembre se reabra un caso ahora paralizado: ese día el fraude deportivo se considerará delito, por lo que no será necesario derivar la causa a un organismo deportivo, acelerando el proceso judicial. Hasta entonces, los amaños seguirán en tierra de nadie. Como siempre.
Eso sí, tampoco tengan puestas demasiadas esperanzas. Miren, hoy, verano de 2010, año y medio después, qué sucedió con las declaraciones de Jesuli en las que primero afirmaba haberse recibido dinero para dejarse ganar por el Málaga para posteriormente desdecirse:
Poncio Pilatos no se habría lavado las manos de mejor modo. La actitud de la Fiscalía, ahora con el caso Hércules, parece por tanto algo impostada: si en su día decidió hacer caso omiso de un futbolista que primero afirmó haber participado en un fraude deportivo y luego afirmó haber mentido es de extrañar que hoy muestre tan notable entusiasmo por buscarle las cosquillas al Hércules y a Enrique Ortiz. Mucho menos rédito merece la RFEF, que jamás ha sancionado a nadie por afirmar o dejar entrever que se ha dejado perder a cambio de una prima.
Por si acaso, el Hércules ya se ha personado en el caso para defender el honor de Enrique Ortiz, lo cual parece un gracioso oxímoron. España funciona así. Sus gentes, también. El fútbol es algo demasiado importante como para dejarlo en manos de todos estos mangantes, pero siempre habrá aficionados, o supuestos periodistas, fanáticos y ciegos ante la realidad. ¿Mi equipo? Intocable. Me dan igual las pruebas, otros son peores. Vomitivo:
Como ven, el argumento principal de Ramón Gómez Carrión no es la inocencia de su amado equipo, sino un defecto de forma. No dice demasiado en favor del nada sospechoso Enrique Ortiz y del Hércules que sus defensores opten por resaltar la maldad de quien procesa y no la bondad del procesado. ¿Y qué dicen los jugadores? Abraham Paz, por ejemplo, no defiende la inocencia de su persona y de su club. Más bien al contrario.
"Hemos hecho trampas, vale, pero ellos más. Así que no somos culpables". Así son los pozos del fútbol español —y su nivel intelectual—, y lo que nos queda por conocer. Por cierto, los amaños del Hércules se remontan, supuestamente, eso siempre, a dos años antes de esta temporada. Otra chiquillada, imagino, sin importancia que no merece empañar el impecable aspecto de nuestro fútbol, blanco nuclear, impoluto. Tan refulgente que hay que mirarlo con gafas de sol. Como en los funerales.
La corrupción del fútbol en Más que Fútbol | Otro caso de partidos amañados, pero aquí no pasa nada | Que el espectáculo no pare | Un deporte de caballeros practicado por villanos | Noticiario fúnebre
Lectura recomendada | El Hércules se persona en la causa del Brugal por el presunto amaño de partidos en Segunda (El Mundo) | "Sin dar primas, jugamos otra liga" (El País) | Fútbol de compra y venta (El País)
Imagen | Blogdeporte | As
Hace poco supimos que las declaraciones de Tote en las que afirmaba no tener nada que ver con el asunto de la compra-venta de partidos podrían ser falsas. Frente a la prensa, Tote dice que él no sabe nada. Al teléfono, hablando con su amigo y presidente Enrique Ortiz, Tote se expresa en otros términos:
Tote: ¿Qué pasa?
Ortiz: ¿Qué pasa tío?
Tote: Ya lo ves. Esto es así tío. ¿Has visto lo que tenían los demás?
Ortiz: Hombre, estos estaban primados todos.
Tote: No, no, primados no, escúchame, 300.000 [euros], 25.000 cada uno [de los jugadores], de los cuatro [equipos] de arriba. Eso para que digas que no sueltan pasta. Esto es la guerra monstruo.
Ortiz: ¿Y empatando les pagan?
Tote: La mitad. (...)
Ortiz: ¡Qué hijos de puta! (...) Bueno, no podemos fallar el próximo tiro (...) Allí tienes, allí tienes amigos, ¿no?
Tote: Sí. Lo que pasa es que yo no voy, tengo la tarjeta, este hijo de puta [por el árbitro] me ha sacado una tarjeta hoy. Pero ya lo hablaremos por otro lado.
Ortiz: No, es igual, aunque no vayas, vas.
Tote: Pero puedo encargar, lo puedo a encargar a Abraham [el segundo capitán del equipo], no hay problemas, ya hablamos esta semana.
Ortiz: No, no, no, pero haz cuenta que te vas para allá, tú y yo, los dos. ¿Van en avión, no?
Tote: Sí.
Ortiz: Pues cuenta, no te organices que nos vamos tú y yo para allá.
Tote: Bueno, vamos hablando, tranquilo.
Ortiz: Habla todo lo que tengas que hablar y aprieta, ¿vale?
Tote: Venga.
Las conversaciones publicadas por El País durante la semana pasada revelan algo que hasta el momento sólo se intuía: los jugadores, más allá de dejarse comprar por cuatro euros, participan de forma activa en la trama. Contactan con su presidente, analizan el precio de mercado que imponen otros equipos y utilizan los hilos de viejas amistades y compañías en el vestuario para alterar la competición. En fin, ya lo ven, Tote, aun pudiendo disfrutar de un día libre, prefiere acompañar a Enrique Ortiz para negociar in situ los pormenores del trato.
A pesar de las pruebas, el juez de Instrucción del juzgado número 7 de Alicante, el encargado de instruir las diligencias del caso, ha decidido no trasladar la causa a la justicia deportiva, esto es, al CSD y a la RFEF. El argumento para frenar en seco el proceso judicial es el de que, al ser conseguidas las conversaciones durante la investigación de un caso ajeno al fraude deportivo, el caso Brugal, pierden su validez ya que la legalidad de las escuchas no abarcaban ese ámbito, en teoría privado. Una excusa de mal pagador, un vericueto judicial que el juez, al que imagino vistiendo la camiseta de Farinós, utiliza para frenar la investigación.
De momento el CSD y la RFEF tienen la excusa perfecta para mantener la boca cerrada y no actuar: la justicia ordinaria no les transfiere el caso, ellos más no pueden hacer. En cualquier caso la Abogacía del Estado y la Fiscalía han recurrido la decisión del juez por lo que aún quedan posibilidades de que el asunto llegue a manos de los órganos deportivos y puedan, si consiguen demostrarlo —y si deciden procesarlo— sancionar el fraude.
No desesperen, quizá, si alguien se encarga de recordarlo, e intuyo que el Betis tomará ese camino, el 22 de diciembre se reabra un caso ahora paralizado: ese día el fraude deportivo se considerará delito, por lo que no será necesario derivar la causa a un organismo deportivo, acelerando el proceso judicial. Hasta entonces, los amaños seguirán en tierra de nadie. Como siempre.
Eso sí, tampoco tengan puestas demasiadas esperanzas. Miren, hoy, verano de 2010, año y medio después, qué sucedió con las declaraciones de Jesuli en las que primero afirmaba haberse recibido dinero para dejarse ganar por el Málaga para posteriormente desdecirse:
La federación abrió un expediente informativo, como tantos otros (nunca se ha sancionado un hecho de este tipo), y decidió enviar la documentación a la Fiscalía General del Estado, quien a su vez trasladó el expediente a la Fiscalía de Málaga por haberse producido los hechos en dicha ciudad, lo que no dio resultado porque el caso fue archivado.
Poncio Pilatos no se habría lavado las manos de mejor modo. La actitud de la Fiscalía, ahora con el caso Hércules, parece por tanto algo impostada: si en su día decidió hacer caso omiso de un futbolista que primero afirmó haber participado en un fraude deportivo y luego afirmó haber mentido es de extrañar que hoy muestre tan notable entusiasmo por buscarle las cosquillas al Hércules y a Enrique Ortiz. Mucho menos rédito merece la RFEF, que jamás ha sancionado a nadie por afirmar o dejar entrever que se ha dejado perder a cambio de una prima.
Por si acaso, el Hércules ya se ha personado en el caso para defender el honor de Enrique Ortiz, lo cual parece un gracioso oxímoron. España funciona así. Sus gentes, también. El fútbol es algo demasiado importante como para dejarlo en manos de todos estos mangantes, pero siempre habrá aficionados, o supuestos periodistas, fanáticos y ciegos ante la realidad. ¿Mi equipo? Intocable. Me dan igual las pruebas, otros son peores. Vomitivo:
(...) sospecho que hay 'caso Hércules' para rato. No digo que vaya a ser por culpa de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado, pero ambos organismos están mostrando un interés extraordinario para que las grabaciones que implicarían al presidente del Hércules (...)
El fiscal jefe de la provincia, Juan Carlos López Coig, sostiene, entre otras cosas, que es inconstitucional no perseguir el 'fraude' del Hércules y que «lo que protege la norma constitucional es la comunicación y no lo comunicado». ¿Acaso no es inconstitucional tener más de cuatro millones de parados? ¿Es constitucional que miles de españoles carezcan de una vivienda digna? ¿Llevarán la Fiscalía y la Abogacía del Estado a los tribunales al Gobierno por los parados y los sin techo?
Como ven, el argumento principal de Ramón Gómez Carrión no es la inocencia de su amado equipo, sino un defecto de forma. No dice demasiado en favor del nada sospechoso Enrique Ortiz y del Hércules que sus defensores opten por resaltar la maldad de quien procesa y no la bondad del procesado. ¿Y qué dicen los jugadores? Abraham Paz, por ejemplo, no defiende la inocencia de su persona y de su club. Más bien al contrario.
Si el CSD empieza a investigar, acataremos su decisión pero habría que investigar quince años para atrás y ver cómo subieron los equipos de la pasada temporada, la de la otra o investigar todos los partidos de la última jornada de la Segunda División de la última temporada, porque a los treinta minutos había muchos equipos ganando tres y cuatro a cero. Eso hay que analizarlo también.
"Hemos hecho trampas, vale, pero ellos más. Así que no somos culpables". Así son los pozos del fútbol español —y su nivel intelectual—, y lo que nos queda por conocer. Por cierto, los amaños del Hércules se remontan, supuestamente, eso siempre, a dos años antes de esta temporada. Otra chiquillada, imagino, sin importancia que no merece empañar el impecable aspecto de nuestro fútbol, blanco nuclear, impoluto. Tan refulgente que hay que mirarlo con gafas de sol. Como en los funerales.
La corrupción del fútbol en Más que Fútbol | Otro caso de partidos amañados, pero aquí no pasa nada | Que el espectáculo no pare | Un deporte de caballeros practicado por villanos | Noticiario fúnebre
Lectura recomendada | El Hércules se persona en la causa del Brugal por el presunto amaño de partidos en Segunda (El Mundo) | "Sin dar primas, jugamos otra liga" (El País) | Fútbol de compra y venta (El País)
Imagen | Blogdeporte | As
3 Comentarios:
Esta mas claro que el agua, en el futbol hay mucho dinero involucrado y por lo tanto son aguas turbias... Por suerte aquellos que amamos este deporte podemos disfrutar con el futbol amateur.
Al final la audiencia ha desestimado el recurso... Viva la Pepa!
Otra de tantas...
Alex Alonso
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