martes, 6 de octubre de 2009

Andriy Shevchenko

Andrés Pérez | Hace casi diez años, un tal Shevchenko, rubio, con cara de niño, delantero del Dinamo de Kiev, se dedicó a amargar la vida a Real Madrid y Barcelona. Era su empeño y lo conisguió, además de meter al Dinamo en semifinales de la Copa de Europa. Por aquel entonces el joven ucraniano, impresionó al mundo. E impresionó al Milan, que lo fichó, sabedor de su valía. Jamás se arrepentiría. Shevchenko se convirtió, probablemente, en el mejor delantero del mundo y hoy, una vez ha vuelto a su hogar, al Dinamo de Kiev de sus amores, ahora que camina defenestrado, olvidado, pero feliz por jugar en casa, ahora que nadie recuerda sus virtudes y tan sólo evoca su fracaso en Inglaterra, ahora es el momento de juzgar a Shevchenko. Con perspectiva. Y la perspectiva me dice que, Ronaldo aparte, Shevchenko ha sido probablemente el mejor delantero de la última década. Su velocidad endiablada, su potencia, la técnica que atesoraba, su inteligencia a intuición, su olfato permanente de gol, todo, en suma, hacen de Sheva un mito. Y si no, al tiempo.



Vía | YouTube

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