miércoles, 15 de octubre de 2008

España hace de campeona de Europa (Bélgica 1 - 2 España)

Andrés Pérez | Resulta complicado pretender describir el partido de anoche. En caso de ser una final europea de cierto renombre hablaríamos del partido del siglo, de veintidós héroes -con sus más y sus menos, no olvidemos que siempre ensalzamos a los protagonistas en caso de que la épica aparezca en citas de tal importancia- y de un partido para recordar durante el resto de la historia del fútbol. Por parte de España, claro, que por momentos alcanza cotas de perfección inimaginadas dos años atrás, o el mismo año pasado por estas fechas, cuando Luís Aragonés era discutido y perdíamos contra Irlanda del Norte tocando fondo. Pero, como la economía y en general cualquier aspecto de la vida, el fútbol funciona a base de ciclos. España atraviesa la cresta de la ola de su particular ritmo biológico y hace el fútbol perfecto cada vez que se viste de dorado. Parecemos Malta, pero jugamos como Brasil en 1970. No hay que olvidar el espectáculo perfecto ante Rusia en las semifinales de la Eurocopa, también de dorado. Por eso resulta complicado describir lo que anoche sucedió bajo la lluvia, como fue complicado describir la segunda parte ante Rusia. Pocas veces el fútbol roza la perfección. Es entonces, cuando te quedas sin palabras.

Bélgica, en otro orden, jugó un digno partido. Tras Turquía, la inestable mezcla de valones y flamencos es el conjunto más complicado del grupo y España, bajo la lluvia y remontando, supo salvar el partido. Comenzaron los belgas adelantándose con gol del incombustible Sonk a pase del mejor jugador hoy por hoy del país de las árdenas. Kompany, el del City. Buen mediocentro y mejor central, es rápido, va bien por alto, es fuerte y no escatima recusos en técnica como demostró anoche ante Sergio Ramos, al que sacó los colores por el simple hecho de ser central y pesado. Tras un córner le llegó el balón en la esquina del área, recortó de la manera más simple posible -el regate de Stanley Matthews, de un pie a otro y salgo hacia el lado contrario de la finta- y la puso perfecta ante la desidia de la defensa y la desesperación de Casillas. Bélgica se adelantaba y ya no se colocaba con el equipo entero tras el balón. Ahora el equipo entero se colgaba del larguero. Para colmo de males Torres se había lesionado y tuvo que salir Fábregas, lo cual no siempre es una mala noticia. Que se lesione Torres sí, pero que en un partido como el de ayer saliera Fábregas por el delantero del Liverpool sí. Villa solo se sintió -siente, sentirá- más a gusto y comenzó su exhibición de desmarques sabedor del talento que detrás acumulaba el mediocampo español.

Sin embargo los pases de Xavi y Fábregas no encontraban buen destino en parte por culpa del incomensurable Kompany, tan apto para un roto como para un descosido. Hasta que Fellaini, que apunta maneras, perdió un balón aparentemente tonto ante Fábregas, quien al borde del área le puso el gol en bandeja teóricamente a Iniesta. Teóricamente para un delantero. Iniesta, que no es de pegarle a la primera, controló en carrera, con un sólo movimiento tumbó al portero rozando la línea del fuera del campo y sin ángulo clavó el balón entre las redes de Stijnen -más nombre de ciclista que de portero, como casi todos los belgas-. Iniesta firmó un gol que perfectamente podría haber creado Maradona, un gol para la historia. El gol del año, me atrevería a decir, por la dificultad técnica que conlleva. El del Barça se ha convertido en el regateador absoluto de su equipo y de la selección. Conduce el balón como pocos y en carrera es simplemente imparable. Un proyecto de Balón de Oro el día que vuelva a ganar la Copa de Europa, porque, no olvidemos que Iniesta a excepción del Mundial y de la Copa del Rey lo ha ganado todo.

Marcó Iniesta, Bélgica se echó atrás y lo que quedó de partido fue un monólogo de España. Que rozó la perfección sin encontrar en ningún momento el gol. Pero a esta España campeona de Europa le vale cualquier cosa para ganar un partido, e incluso cuando todo parece que va a terminar en empate y que definitivamente, no es el día a pesar de jugar de maravilla, España saca la suerte, la definición, pegada, duende o como lo quieran llamar para llevarse el partido. Y ayer lo volvió a hacer con Villa, el hombre más desesperante para cualquier defensa del planeta, marcando un golazo de cabeza al segundo palo tras un centro del inédito Güiza en estos lares. Corría el minuto 87' y España se reafirmaba como seria candidata a ganar todos los partidos de esta fase de clasificación en caso de que en Turquía no pierda, el partido más complicado de largo. Incluso el empate ayer hubiera sabido bien. España toca tan bonito, lo hace tan fácil y disfruta tanto jugando al fútbol que jamás se podrá decir que esta selección, si sigue este camino, ha perdido un partido. Se lo habrán ganado, o le habrán empatado -como casi hace ayer Bélgica-, pero nunca habrá perdido. Porque juega para ganar y tal y como juega es complicado que no gane. No hay reproches. Pierda o gane, España enamora.

Vía | As, Más que Fútbol
Fotos | Marca

PD: La noticia triste, como ya habeis leído, es la lesión de Torres. Para España en general -esperemos que no sea grave-, para el Liverpool en particular -se pierde casi seguro el partido ante el Atlético de Madrid-, y para el propio Torres en lo personal. Sin contar la cacicada de la UEFA con el Calderón de lo que hablaré mañana, no volverá al estadio de sus amores.

Más que Fútbol ● 2008

4 Comentarios:

AD dijo...

Sinceramente me saco el sombrero ante España, como expuse en mi reciente articulo. Creo que lo mas importante fue formar una base, un equipo y un grupo. Eso es clave, por que la union hace la fuerza. Las individualidades solas no pueden ganar campeonatos, sino miren a Brasil luego del 70′.

Un saludo!

Devo

El Balón Europeo

POST: ‘‘Que bien se siente ser campeón’’

Dani Jerez dijo...

Yo creo que la selección ha cogido una velocidad de crucero y ya empieza a funcionar sóla que era lo que muchos aficionados le demandabamos desde tiempos inmemoriales. Nuestros automatismos son importantísimos.

Un saludo de cibermadridista.blogspot.com

Anónimo dijo...

Un segurísimo Casillas (excepto alguna excepción...valga la redundancia). Un Puyol luchador, jefe de la zaga. Un (cada vez más) perfecto Sergio Ramos. Un goleador Capdevila. Un Juanito o un Marchena posicionados. Un Senna líder de lo oscuro, de lo que no se ve. Un Xavi con flor en el culo (para bien de todos). Un Iniesta eléctrico, hábil, ingenioso. Un Cesc que empieza a brillar con luz propia con la roja, la de España. Un Villa peligroso, rápido, listo, goleador. Un Torres genial, fallón pero goleador. Todo esto sumado a un sinfín de grandes jugadores que pueden completar -o no- la lista de una convocatoria para amistosos, para clasificación o para un mismísimo Mundial, hace que nuestro país, España, pueda fardar más que nunca de una gran selección. Una selección que juega tocando bien la bola y mareando a los rivales, pero que también sabe ganar sufriendo y por la mínima, como los grandes. Porque para ser la mejor selección del mundo no sólo basta con ganar y hacer buen juego como hacen los líderes de Viena, sino que también cabe el sufrimiento, es más, es necesario ese sufrimiento.
Y España, como las grandes selecciones de la historia, sufre. Sufre pero gana. Y eso es lo que más me gusta, que ahora España gana de todas todas.
Un buen augurio para un Mundial que, aunque lejano, puede ser igual de bueno para los nuestros como la pasada Eurocopa.

Un saludo.

Unknown dijo...

@ Devo

En efecto. El espejo más cercano en el que se puede mirar España es el de brasil de 1970, salvando las distancias. Si España gana el Mundial como ganó la Eurocopa pasará a la historia como pasó aquella selección.

@ Drj

Coincido, la selección ahora ha arrancado su racha ganadora y no parece tener fin. Ya ganamos como ganan los grandes, aunque siempre jugando bien, lo que le da a toda esta maravilla de equipo una aureola todavía más espectacular.

@ Orleans

Lo has dicho todo. Fallan pocas cosas, España va por el camino más que correcto para vencer el Mundial.