En el siglo XIV, la peste, la enfermedad más letal de la historia de la humanidad, se transmitía a una velocidad de vértigo y de persona a persona. El más mínimo contacto con una persona infectada de la peste era suficiente para contagiarse. La peste, gravísima enfermedad, desapareció gracias a los avances científicos y medicinales. En el siglo XXI la peste es inexistente y las pandemias mundiales realmente graves han desaparecido prácticamente en su totalidad. Sin embargo, en España, mantenemos una pandemia no menos grave. La euforia desmedida, que al igual que la peste, se contagia con el contacto directo irremediablemente.
Dice Luis Aragonés que la euforia no se ha de desatar. Optimismo sí, pero en su juta medida. No debemos perder la perspectiva, no debemos perder el horizonte de nuestro verdadero nivel. Hemos ganado cuatro amistosos a cuatro campeones del mundo uno de ellos realmente bien, como es el caso de Italia, pero siguen siendo amistosos y con ellos no ganaremos la Eurocopa. Tenemos la absurda tradición de no ya ilusionarnos, sino de tomarnos los amistosos a la tremenda, exagerar sus consecuencias hasta límites demasiado lejanos de la realidad. Escuché el jueves de madrugada, ya después del partido contra los transalpinos, a José Ramón de la Morena decir que así, un aficionado, se iba feliz a la cama, soñando con cualquier cosa. Creo que hay que ser más prudente, en nuestro caso. Si nos llamáramos Italia, Francia o Argentina nos podríamos permitir soñar cuantas veces quisieramos dos meses antes de un Mundial o una Eurocopa, pero somos España y en nuestra memoria hay demasiados fracasos como para perderlos de vista por un amistoso. ¿Cuántas veces hemos tenido la misma sensación de euforia antes de una cita importante y cuántas veces hemos palmado?
He de insistir en que hay que ser optimistas pero no en demasía. Tenemos una gran selección y un estilo definido personificado especialmente en el buen hacer de Xavi y en el eléctrico Iniesta. Hay motivos para ilusionarse como Fábregas o Torres, ambos estrellas en dos de los equipos más importantes del fútbol actual como el Liverpool y el Arsenal y podemos soñar gracias a los amistosos. Pero no debemos perder la perspectiva. Y la prensa la comienza a perder. En realidad es lo de menos. Lo importante es que dentro del vestuario los pesos pesados, los que tienen experiencia como Xavi, Casillas, Joaquín (si es que va) o Puyol recuerden fracasos sonados como Corea y Japón o Portugal (aunque en el caso del primero nos robaron la ilusión). Si el vestuario mantiene la perspectiva histórica entonces podremos lograr algo grande. Si se dejan querer e influenciar por lo que diga la prensa y la opinión pública... Siento decirlo pero temo otro fracaso.
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Vía | Más que Fútbol, As, El País
Imagen | As, El País
Más que Fútbol ● 2008
Dice Luis Aragonés que la euforia no se ha de desatar. Optimismo sí, pero en su juta medida. No debemos perder la perspectiva, no debemos perder el horizonte de nuestro verdadero nivel. Hemos ganado cuatro amistosos a cuatro campeones del mundo uno de ellos realmente bien, como es el caso de Italia, pero siguen siendo amistosos y con ellos no ganaremos la Eurocopa. Tenemos la absurda tradición de no ya ilusionarnos, sino de tomarnos los amistosos a la tremenda, exagerar sus consecuencias hasta límites demasiado lejanos de la realidad. Escuché el jueves de madrugada, ya después del partido contra los transalpinos, a José Ramón de la Morena decir que así, un aficionado, se iba feliz a la cama, soñando con cualquier cosa. Creo que hay que ser más prudente, en nuestro caso. Si nos llamáramos Italia, Francia o Argentina nos podríamos permitir soñar cuantas veces quisieramos dos meses antes de un Mundial o una Eurocopa, pero somos España y en nuestra memoria hay demasiados fracasos como para perderlos de vista por un amistoso. ¿Cuántas veces hemos tenido la misma sensación de euforia antes de una cita importante y cuántas veces hemos palmado?
He de insistir en que hay que ser optimistas pero no en demasía. Tenemos una gran selección y un estilo definido personificado especialmente en el buen hacer de Xavi y en el eléctrico Iniesta. Hay motivos para ilusionarse como Fábregas o Torres, ambos estrellas en dos de los equipos más importantes del fútbol actual como el Liverpool y el Arsenal y podemos soñar gracias a los amistosos. Pero no debemos perder la perspectiva. Y la prensa la comienza a perder. En realidad es lo de menos. Lo importante es que dentro del vestuario los pesos pesados, los que tienen experiencia como Xavi, Casillas, Joaquín (si es que va) o Puyol recuerden fracasos sonados como Corea y Japón o Portugal (aunque en el caso del primero nos robaron la ilusión). Si el vestuario mantiene la perspectiva histórica entonces podremos lograr algo grande. Si se dejan querer e influenciar por lo que diga la prensa y la opinión pública... Siento decirlo pero temo otro fracaso.
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Vía | Más que Fútbol, As, El País
Imagen | As, El País
Más que Fútbol ● 2008
2 Comentarios:
A mi el juego de España no me invita a la euforia ni mucho menos. Vale que hemos ganado a Francia e Italia, pero en amistosos y con un juego poco brillante. En competición las cosas cambian.
Te enlazo
Un saludo de http://cibermadridista.blogspot.co
Siempre pasa lo mismo. Encima, ganaremos el primer partido en la Euro y todo será soñar todavía más. En fin, lo de todos los años...
Saludos!
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