Posiblemente Italia sea la única selección del mundo ante la cual, incluso en los amistosos, me siento en inferioridad, veo en inferioridad a España. No puedo evitarlo, es así, ver a Italia me hunde. Llevan jugando toda la vida igual y quizá por ese estilo áspero y rocoso a la par que noble, parecen un club de lo bien organizados que están tácticamente. Dan miedo, intimidan y sabes que en cualquier momento y a pesar de ver a 10 tíos mirando como los otros se pasan la bola entre ellos te marcarán el gol que hará que desees que muera el Jogo Bonito y el neologismo "Tiki-Taka". Arriba el catenaccio, el cerrojazo y en menor medida el patadón. Porque Italia, es noble a la par que eficaz, y si puede salir tocando para humillar más al rival, lo hace. Es ley natura, lo dicta así la naturaleza. Por cada cien materazzis sale un Pirlo. Quizás exagere pero cuando en Elche la pelota comenzó a rodar y ví de nuevo a Italia frente a España, inevitablemente pensé: Jugamos como nunca y palmamos como siempre. Es Italia. Nacieron para ello.
Y a pesar de ello, España se supo sobreponer anoche a Italia. Y tiene explicación. De medio campo hacia adelante Luis no tiene nada mejor que poner dentro del sistema que abandera, el 4-1-4-1. Senna, como pivote defensivo distribuye un 1400% mejor que Albelda y corta parecido. Los cuatro mediapuntas son indiscutibles, son la bandera de esta selección, lo que la define, lo que nos define. Juego de clase y técnica, de patio de recreo, mucho de listo y poco de físico. Todo está en la técnica, en encontrar un hueco entre una muralla de acero. Silva, Xavi, Cesc e Iniesta. Probablemente cuatro de los mejores jugadores del mundo en ese puesto y con esas características. Especialmente Iniesta, el cual sobrevive a un Barça deprimido y deprimente a duras penas y el mismo que ayer por la noche fue capaz de torear a Gattuso. A Cesc le falta soltarse como en el Arsenal pero debe ser titular, Xavi, es quizá mejor con España que con el Barça y Silva es el único zurdo de ataque dentro del esquema. Y arriba Torres, uno de los cinco mejores delanteros del momento e indiscutible ante cualquier otro aspirante al puesto, puesto en el que no cabe Raúl, por si alguna mente lúcida trataba de meterlo en el mimso saco. Raúl no va, primero porque Luis tiene ya el equipo hecho y tocarlo no sirve de nada, demostrado queda ante Italia, y segundo porque no cabe en el sistema. Ni es mediapunta ni es delantero centro.
El amistoso, que no era tal porque Italia siempre es dura y siempre quiere ganar (en el caso de un italiano es tener una alta probabilidad de hacerlo) sirvió como prueba de fuego. Un dato, España se ha enfrentado a Argentina, Francia, Inglaterra e Italia antes de la Eurocopa ganándole a todas por 1-0. Si antes de vencer a la campeona del mundo teníamos dudas de la utilidad de estos amistosos, después, nadie osaría no pensar que somos favoritos. No hay que precipitarse, está bien ganar estos amistosos oficiales, pero en cuartos, hay que dar la cara. Es lo que siempre falla y hoy, me ha vuelto a visitar la sensación de derrotismo. Concretamente en el gol anulado en el minuto 14 a Luca Toni por sabe el árbitro qué, o en su defecto el líner. Fue ver a Casillas recogiendo el balón de la red y recordar la estampa de Alemania ante la presunta geriátrica Francia. Si queremos ganar la Eurocopa debemos ser más incisivos en ataque. Tener a Torres no basta. Es cierto que ante Italia las dificultades se acentúan ya que es el único equipo del mundo que no se descompone ante ninguna situación, especialmente en defensa. Todos están en su sitio cuando deben estarlo, y eso es muy difícil para una selección eminentemente dominadora como la española.
Quizá España sea la selección más dominadora de todo el mundo. Hay una diferencia con ser la que más domina. Puedes dominar sin intimidar y puedes hacerlo metiendo miedo, que es lo que lleva haciendo España desde el partido de Dinamarca. Así transcurrió toda la primera parte. Italia escondida y España mordiendo la roca. En uno de los ataques Torres le dió un susto a Buffon y en otro Ramos estuvo a punto de marcar de cabeza. Jugar bien debe ser acompañado de goles y de más aportaciones ofensivas llegando desde atrás los cuatro mediapuntas, especialmente por parte de un agazapado Cesc y de un poco comprendido Silva. Silva jugó bien pero en ocasiones tardó demasiado en soltar el balón, acostumbrado a monopolizarlo en el Valencia. La primera parte murió sin goles pero con emoción y esperanza.
El plan, era marcar en la segunda parte, con eso de la desconcentración del rival y demás historias para no dormir. Olvidando que Italia era la que estaba enfrente nos relajamos nosotros mismos y lo aprovechó Italia para atacar ella. Novedad, sin Pirlo, ese hombre extraño entre tanto defensa de pelo en pecho. Mención especial para Pirlo, el mejor mediocentro del mundo y de la historia de Italia. Sólo así se explica que Italia ahora salga tocando desde atrás y no con patada a seguir, más digno de su risoria selección de rugby. Salió Gattuso y paradojas de la vida, Italia dominó el partido. Un larguero y un milagro del inevitable Casillas en un mano a mano con Camoranesi después, llegó el gol de Villa. Sensacional Iniesta que coloca el balón a la espalda de la defensa, rechaza mal Cannavaro y el delantero asturiano sin pensárselo la coloca sin que caiga por la escuadra con la izquierda al borde del área. ¿Les suena? Se llama Zidane. Mismo gesto, diferente colocación y mejor portero. Idéntico gol. Aunque menos trascendente. Otra vez será, Villa.
Final de la historia. Tiendo a ser crítico y cínico con la selección siempre, pero dos meses antes de cada torneo importante me pasa esto. Esto de creer que los nuestros son los mejores y que podemos de una vez por todas romper con los cuartos de final. Los jugadores y el juego incitan a creer. Y, porqué no, si no soñara con ello, la Eurocopa no sería lo mismo. ¿Un verano de torneo sin fracaso en la memoria? Seré melancólico pero quiero creer aunque pueda pegármela, deberíamos creer todos. Aunque sólo sea por volver a sentir la selección después de tanto Raúl y tanto Aragonés. Ahora, los protagonistas son ellos. Somos todos.
Vía | As, El País, Gazzetta dello Sport
Imagen | Marca, Gazzetta dello Sport
Más que Fútbol ● 2008
Y a pesar de ello, España se supo sobreponer anoche a Italia. Y tiene explicación. De medio campo hacia adelante Luis no tiene nada mejor que poner dentro del sistema que abandera, el 4-1-4-1. Senna, como pivote defensivo distribuye un 1400% mejor que Albelda y corta parecido. Los cuatro mediapuntas son indiscutibles, son la bandera de esta selección, lo que la define, lo que nos define. Juego de clase y técnica, de patio de recreo, mucho de listo y poco de físico. Todo está en la técnica, en encontrar un hueco entre una muralla de acero. Silva, Xavi, Cesc e Iniesta. Probablemente cuatro de los mejores jugadores del mundo en ese puesto y con esas características. Especialmente Iniesta, el cual sobrevive a un Barça deprimido y deprimente a duras penas y el mismo que ayer por la noche fue capaz de torear a Gattuso. A Cesc le falta soltarse como en el Arsenal pero debe ser titular, Xavi, es quizá mejor con España que con el Barça y Silva es el único zurdo de ataque dentro del esquema. Y arriba Torres, uno de los cinco mejores delanteros del momento e indiscutible ante cualquier otro aspirante al puesto, puesto en el que no cabe Raúl, por si alguna mente lúcida trataba de meterlo en el mimso saco. Raúl no va, primero porque Luis tiene ya el equipo hecho y tocarlo no sirve de nada, demostrado queda ante Italia, y segundo porque no cabe en el sistema. Ni es mediapunta ni es delantero centro.
El amistoso, que no era tal porque Italia siempre es dura y siempre quiere ganar (en el caso de un italiano es tener una alta probabilidad de hacerlo) sirvió como prueba de fuego. Un dato, España se ha enfrentado a Argentina, Francia, Inglaterra e Italia antes de la Eurocopa ganándole a todas por 1-0. Si antes de vencer a la campeona del mundo teníamos dudas de la utilidad de estos amistosos, después, nadie osaría no pensar que somos favoritos. No hay que precipitarse, está bien ganar estos amistosos oficiales, pero en cuartos, hay que dar la cara. Es lo que siempre falla y hoy, me ha vuelto a visitar la sensación de derrotismo. Concretamente en el gol anulado en el minuto 14 a Luca Toni por sabe el árbitro qué, o en su defecto el líner. Fue ver a Casillas recogiendo el balón de la red y recordar la estampa de Alemania ante la presunta geriátrica Francia. Si queremos ganar la Eurocopa debemos ser más incisivos en ataque. Tener a Torres no basta. Es cierto que ante Italia las dificultades se acentúan ya que es el único equipo del mundo que no se descompone ante ninguna situación, especialmente en defensa. Todos están en su sitio cuando deben estarlo, y eso es muy difícil para una selección eminentemente dominadora como la española.
Quizá España sea la selección más dominadora de todo el mundo. Hay una diferencia con ser la que más domina. Puedes dominar sin intimidar y puedes hacerlo metiendo miedo, que es lo que lleva haciendo España desde el partido de Dinamarca. Así transcurrió toda la primera parte. Italia escondida y España mordiendo la roca. En uno de los ataques Torres le dió un susto a Buffon y en otro Ramos estuvo a punto de marcar de cabeza. Jugar bien debe ser acompañado de goles y de más aportaciones ofensivas llegando desde atrás los cuatro mediapuntas, especialmente por parte de un agazapado Cesc y de un poco comprendido Silva. Silva jugó bien pero en ocasiones tardó demasiado en soltar el balón, acostumbrado a monopolizarlo en el Valencia. La primera parte murió sin goles pero con emoción y esperanza.
El plan, era marcar en la segunda parte, con eso de la desconcentración del rival y demás historias para no dormir. Olvidando que Italia era la que estaba enfrente nos relajamos nosotros mismos y lo aprovechó Italia para atacar ella. Novedad, sin Pirlo, ese hombre extraño entre tanto defensa de pelo en pecho. Mención especial para Pirlo, el mejor mediocentro del mundo y de la historia de Italia. Sólo así se explica que Italia ahora salga tocando desde atrás y no con patada a seguir, más digno de su risoria selección de rugby. Salió Gattuso y paradojas de la vida, Italia dominó el partido. Un larguero y un milagro del inevitable Casillas en un mano a mano con Camoranesi después, llegó el gol de Villa. Sensacional Iniesta que coloca el balón a la espalda de la defensa, rechaza mal Cannavaro y el delantero asturiano sin pensárselo la coloca sin que caiga por la escuadra con la izquierda al borde del área. ¿Les suena? Se llama Zidane. Mismo gesto, diferente colocación y mejor portero. Idéntico gol. Aunque menos trascendente. Otra vez será, Villa.
Final de la historia. Tiendo a ser crítico y cínico con la selección siempre, pero dos meses antes de cada torneo importante me pasa esto. Esto de creer que los nuestros son los mejores y que podemos de una vez por todas romper con los cuartos de final. Los jugadores y el juego incitan a creer. Y, porqué no, si no soñara con ello, la Eurocopa no sería lo mismo. ¿Un verano de torneo sin fracaso en la memoria? Seré melancólico pero quiero creer aunque pueda pegármela, deberíamos creer todos. Aunque sólo sea por volver a sentir la selección después de tanto Raúl y tanto Aragonés. Ahora, los protagonistas son ellos. Somos todos.
Vía | As, El País, Gazzetta dello Sport
Imagen | Marca, Gazzetta dello Sport
Más que Fútbol ● 2008
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