Andrés Pérez | Diseño y fútbol son dos palabras que han caminado de la mano desde que las grandes firmas deportivas decidieran adentrarse en este deporte. Es una fuente inagotable de ingresos, polémicas, publicidad positiva e iconos que se quedan grabados en la memoria de los aficionados. A modo particular, siempre he sido un mitómano de las equipaciones de fútbol. Huelga decir que de pequeño siempre tuve mi colección de equipaciones para las chapas y que de adolescente pasaba más tiempo en el modo Editar de los simuladores de fútbol que recreándome en el artificio de un videojuego. Siempre maravillado por aquellas añejas equipaciones que trasladaban a mi imaginación a tiempos pretéritos en los que el fútbol se veía de color sepia y los jugadores se contaban por leyendas.
A los setenta, a los ochenta, a los sesenta. Fútbol de otras épocas que no disfruté y que idealizaba, y sigo idealizando. Pantalones cortos y ajustados, camisetas pesadas de lana, números diseñados sin estridencias, claros y sencillos, colores vivaces y poca ornamentación inservible y detallista. Camisetas como la segunda equipación de Inglaterra en 1966, roja y blanca, como la de Alemania en 1974, la de Brasil en 1982, la siempre impactante de Holanda en el mismo Mundial 1974, la de España que durante tantos años vistió medias negras y pantalón azul eléctrico. Camisetas sin trampa ni cartón, elegantes, sobrias, pero inquietantes.
España estrena nueva equipación tras el fracaso que supuso la que portó en la pasada Copa Confederaciones, una mezcla burda entre la exitosa prenda de la Eurocopa y colores apagados y aburridos. Adidas se reinventa a sí misma y rescata una moda de otro tiempo, la de los ochenta. A mí me parece bien y de hecho la equipación me encanta. Rojo eléctrico, azul intenso y un Casillas vestido como lo hiciera en su tiempo Arconada: de verde, con los hombros negros y la bandera de España formando las tres líneas de la marca Adidas.
Como digo, las equipaciones se guardan en la memoria colectiva. Y por un motivo o por otro, todas aquellas equipaciones de un fútbol del que aún sigo enamorado marcan mi imaginación, mi visión del fútbol actual. Todas aquellas selecciones y equipos que nunca pude ver y que hubiera gustado en conocer de primera mano suponen para mí aromas del verdadero fútbol que aún no se había convertido en el negocio que es hoy. En tiempo de leyendas, mitos, barro y pantalones muy cortos. Es comprensible, pues, que la equipación que España llevará en Sudáfrica me agrade ya que, no en vano, es un guiño a todo aquel fútbol.
Eso sí, echo de menos algo: las medias rojas no me convencen. ¿Por qué hay tanto miedo a recuperar las efectivas medias negras que siempre portó el combinado nacional? Que se fijen sino en el Sevilla. Las recuperó para su centenario y salta a la vista que han sido un éxito.
Noticias relacionadas | La nueva camiseta de España (Diarios de Fútbol)
Vía | As
Imagen | Marca, Google Images
A los setenta, a los ochenta, a los sesenta. Fútbol de otras épocas que no disfruté y que idealizaba, y sigo idealizando. Pantalones cortos y ajustados, camisetas pesadas de lana, números diseñados sin estridencias, claros y sencillos, colores vivaces y poca ornamentación inservible y detallista. Camisetas como la segunda equipación de Inglaterra en 1966, roja y blanca, como la de Alemania en 1974, la de Brasil en 1982, la siempre impactante de Holanda en el mismo Mundial 1974, la de España que durante tantos años vistió medias negras y pantalón azul eléctrico. Camisetas sin trampa ni cartón, elegantes, sobrias, pero inquietantes.
España estrena nueva equipación tras el fracaso que supuso la que portó en la pasada Copa Confederaciones, una mezcla burda entre la exitosa prenda de la Eurocopa y colores apagados y aburridos. Adidas se reinventa a sí misma y rescata una moda de otro tiempo, la de los ochenta. A mí me parece bien y de hecho la equipación me encanta. Rojo eléctrico, azul intenso y un Casillas vestido como lo hiciera en su tiempo Arconada: de verde, con los hombros negros y la bandera de España formando las tres líneas de la marca Adidas.
Como digo, las equipaciones se guardan en la memoria colectiva. Y por un motivo o por otro, todas aquellas equipaciones de un fútbol del que aún sigo enamorado marcan mi imaginación, mi visión del fútbol actual. Todas aquellas selecciones y equipos que nunca pude ver y que hubiera gustado en conocer de primera mano suponen para mí aromas del verdadero fútbol que aún no se había convertido en el negocio que es hoy. En tiempo de leyendas, mitos, barro y pantalones muy cortos. Es comprensible, pues, que la equipación que España llevará en Sudáfrica me agrade ya que, no en vano, es un guiño a todo aquel fútbol.
Eso sí, echo de menos algo: las medias rojas no me convencen. ¿Por qué hay tanto miedo a recuperar las efectivas medias negras que siempre portó el combinado nacional? Que se fijen sino en el Sevilla. Las recuperó para su centenario y salta a la vista que han sido un éxito.
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2 Comentarios:
Me parece preciosa. Bonita, elegante.
Esta es la que se verá en las grandes fotos de Sudafrica, esa de los campeones como una gran ola roja.
Gustándome como me gusta... sólo añadiré que la de Casillas es sublime. Es la camiseta perfecta para vengarnos de los errores del pasado. Además, los tonos pasteles de la equipación le dan un toque de dibujos animados, de ensueño, en defintiiva.
¡Por cierto! Volkswagen patrocinará este mundial y creo que hasta 2014 a la selección de Brasil. Dato curioso xDDD
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