Argentina y España admiradas

Poco a poco se van dando a conocer las selecciones más en forma del campeonato. Hoy por hoy a nadie le cabe en la cabeza pensar en otra selección como la más favorita que Argentina.

Si es cierto que contra Costa de Marfil no estuvieron del todo finos y solo dos genialidades de Riquelme y el juego dormilón de la segunda parte les llevaron a la victoria, ante Serbia se despacharon a gusto y de lo lindo metiendoles seis goles.
Según Petkovic (seleccionador serbio) la causa de la derrota tan abultada es que no se puede jugar para un país que no existe, Serbia y Montenegro, en alusión a la escisión tan sólo de 3.000 votos de los montenegrinos. No es excusa, Serbia fue mediocre, Kezman se perdió en patadas inútiles y el resto no estuvo.
Además delante de ellos tenían a Riquelme, que dirigió a Argentina a sus anchas. El segundo gol fue quizás la mayor jugada de toda la historia de los Mundiales en competición con 25 toques en un minuto para acabar entre las redes a obra de Cambiasso. Esta y la de Carlos Alberto en el cuarto gol de la final de 1970 quizás sean las mejores jugadas de equipo de la historia.
Messi jugó, y fue el mejor cuando lo hizó. Vivo enamorado de Messi porque siempre ataca. En su mente cuando agarra la bola solo piensa en atacar, atacar, atacar, va para adelante y regatea contrarios como vallas impidiéndole llegar a su ansiado objetivo: el Gol. No especula, pasa siempre para adelante y además es tan bueno que siempre lo hace bien. Va para crack, pero tiene 18 años y pueden pasar muchas cosas, de momento disfruten.

España por su parte maravilló como nunca, y cuando digo como nunca partiendo desde el 5-1 a Dinamarca en la calurosa tarde de 1986 y Butrageño volviendo locos a los daneses. España desató un colosal vendaval de juego y goles como nunca habíamos soñado todos los españoles. Fue un partido perfecto y sirvió para reivindicarse ante el mundo como una selección peligrosa. Se que es pronto y es el primer partido, pero la selección hoy por hoy invita a soñar, a soñar con más allá de los cuartos de final, no digo campeones, solo digo más allá de la barrera psicológica insuperable que suponen los cuartos de final en boca de un español.
Reconozco que estaba tremendamente equivocado con Aragonés. Al parecer solo él sabía como iba a jugar España y de que manera iba a hacerlo. Nos ha engañado a todos y bendito sea por hacerlo, cuando nadie creíamos en la selección nos han dado una alegría de las que recordaremos cuatro años por lo menos. Además al no creer en España la alegría es doble. Como será la cosa para que la prensa internacional se rinda ante España y su juego atacante y estilista, fino y técnica, los grandes jugadores del mundo también han advertido el estado de forma español y hablan maravillas.

Queda mucho, pero de momento el "Juega Cojonudo" y el "Juega Pelotudo" ha ganado al "Joga Bonito".