jueves, 12 de junio de 2008

Austria y Suiza 2008 | De injusticias y anfitriones en la cuneta (Día 5)

Andrés Pérez | Le tocaba a Suiza demostrar porqué era una selección digna merecedora de una plaza en sus cuartos de final. De su campeonato. De su sueño hecho realidad. Le tocaba y no escatimó detalles para ello. Pero la mala suerte, la fatalidad se alió del equipo de los bancos, los chocolates, los tenistas perfectos, los quesos y los relojes. Tantas cosas tiene Suiza, montañas de por medio, que nunca se plantearon se grandes en fútbol. Lo intentaron pero no fue suficiente. Se enfrentaba a Turquía anoche por una plaza en los cuartos de final, o mejor dicho, por mantener vivo el sueño de alcanzar una plaza en los cuartos de final, que es bastante diferente. Sin embargo, no era su turno. Así lo dedició Turquía, que aliada con el diablo, probablemente musulmán, envió a casa -nunca mejor dicho- a la anfitriona, a Suiza. Un gol fatal en el último minuto del partido echó por tierra las aspiraciones de una Suiza que mereció más tanto contra los turcos como contra los checos. Es una lástima, pero el fútbol duele en lo más profundo del alma cuando es cruel e injusto. Conocemos muchas historias de injusticia. Y la de Suiza, no deja de ser una más. Triste, sí, pero es así.

En definitiva, Suiza eliminada matemáticamente con cero puntos a la cola del Grupo A, grupo que se presumía como competitivo con la presencia de selecciones clásicas como Portugal y la República Checa y de selecciones novedosas y atesoradoras de buen juego como Turquía y Suiza. A Turquía le falló la puntería y la planta contra Portugal y el buen fútbol contra Suiza, pero con tres puntos se jugarán la clasificación para cuartos a vida o muerte dentro de cuatro días contra la República Checa. Como de injusticias vive el fútbol, en el partido anterior prácticamente se consumó otra. Si bien es cierto que Portugal gozó de suculentas ocasiones para vencer en todo momento a la República Checa, no deja de ser menos cierto que casi era un dolor ver jugar al conjunto de Scolari que finalmente se sobrepuso a la actuación checa con un contudente a priori, 3-1.

No hay que dejar escapar el detalle de que el último gol, el de Quaresma, fue en los últimos minutos con una República Checa volcada. El partido comenzó con los chechos sin saber qué hacer y con Portugal intentando demostrar su candidatura. Fue así. Tras varios rechaces en los que los lusos no escatimaron suerte, Deco abría el marcador. Poco duró la alegría. La sorprendente una vez más República Checa se lanzó arriba para empatar y guiados por un excelente Sionko lo consiguieron en un córner en el que la presunta defena de los 100 millones de euros naufragó. Tras el empate ni Portugal ni C. Ronaldo se encontraban ni la República Checa dejó escapar tal oportunidad. Jugó mucho mejor en el primer tiempo que Porgugal y a pesar de no gozar de tantas ocasiones intimidaba más en cada ataque que las estrellas lusas. Alcanzaron ambos la segunda parte con todo en juego y Portugal, sabedora de su superioridad técnica controló el balón ante una perfecta línea defensiva checa. Los pocos disparos que los portugueses lanzaban hacia Cech los repelía el portero del Chelsea casi sin esfuerzo. Hasta que en una semi-contra tras un ataque checho, Moutinho abrió al primer toque para Deco y este le dejó el balón a C. Ronaldo para que fusilara a Cech. A partir de ahí los checos se lanzaron arriba y con mucho corazón y bastante mala suerte no consiguieron empatar el partido. Las cantadas de Ricardo por alto no fueron suficiente y la mala suerte se cebó con el combinado tricolor. En resumen, Portugal decepcionó y rebajó la euforia y Chequia se jugará el todo por el todo ante Turquía dentro de cuatro días.

Vía | As, Más que Fútbol
Imagen | Marca

Más que Fútbol ● 2008

2 Comentarios:

Juan Monter Solans dijo...

Suiza para casa, demostrando lo poco que podía ofrecer. Hoy tuvo sus oportunidades, pero ni con esas...

Veremos el Turquía-Rep.Checa por un puesto en cuartos...

Un saludo

www.dedomingoadomingo.com

Pablo G. dijo...

Lo acarició antes de encajar el segundo tanto, una pena para uno de los anfitriones. saludos