Andrés Pérez | El fútbol fue cruel con Holanda, o Países Bajos, o como gusten: en 1974 y con uno de los mejores conjuntos de la historia del fútbol, la Alemania de Vogts, Beckenbauer y Müller consiguió lo que parecía imposible, frenar al conjunto total, al inventor del fútbol moderno y al comandado por uno de los jugadores más revolucionarios y geniales de todos los tiempos, Johann Cruijff. Cuatro años más tarde, en el frío y crudo invierno argentino, la misma generación de jugadores holandeses se plantó en otra final, perdiéndola agónicamente y lamentando un disparo al palo que nunca entró. Entre confetis y papeles esparcidos por el césped del Monumental, Holanda se dejaba su Copa del Mundo en ninguna parte.
Hoy, 2010, Sudáfrica, 32 años después de aquella final frente a la Argentina de Kempes, Holanda, una Holanda prosaica y limitada en el centro del campo pero activa e inspirada en la delantera, es de nuevo finalista de una Copa del Mundo. Lo es con una generación de futbolistas de menor tallaje que la de los setenta, pero quizá más apta, por sus dotes de competitividad, para alzarse con el trofeo. Arrastró durante años Holanda el peso de su leyenda negra, de su fatal resolución de finales, "La historia le debe un Mundial", pero hoy esos fantasmas, o esas losas, han desaparecido. De lo que consiga en la final dependerá en gran medida que lo hagan de modo definitivo.
Sin grandes alardes y dejando a un lado la constante y absurda comparación con la Naranja Mecánica de los setenta, Holanda está en la final porque ha ganado todos sus partidos. Esto parece una perogrullada pero no lo es: ni Alemania ni España lo han conseguido, así que con números en la mano no es ninguna barbarie decir que Holanda es el mejor conjunto del campeonato hasta la fecha y por eficiencia el principal candidato a levantar el trofeo el próximo domingo. Su juego es otra historia: con un medio campo escaso en creación y una defensa que parece volverse enclenque cuando se le aprieta, Holanda depende de Sneijder y Robben, dos jugadores que ya han hecho historia y una de las mejores temporadas que servidor recuerda.
Tanto el uno como el otro habrán disputado todo lo disputable este año hasta el final. Y, de ganar el campeonato, Sneijder lo habrá ganado todo. En Madrid alguien debe estar arrepintiéndose profundamente. Depende el resto de su selección de la clarividencia de uno y de la agresividad incontrolabñe de otro. Sneijder es el liderazgo y la inteligencia en el despliegue ofensivo holandés; Robben el factor imprevisto, el huracán de cristal, el recurso definitivo, el todo o nada. Entre los dos consiguen que Van Persie parezca delantero o que Kuyt brille más allá de su trabajo.
Holanda no es la misma que la que alcanzó dos finales durante los setenta. No al menos en su juego. Está por ver si, tras expulsar a una sorprendente y meritoria Uruguay del Mundial, la Historia se decide a darle ese campeonato que le debe.
Resultados de la vigésimoprimera jornada:
Holanda 3 - 2 Uruguay
Más Mundial | Holanda, en la cima tras 32 años (Cayetano Ros en El País)
Imagen | El País
Hoy, 2010, Sudáfrica, 32 años después de aquella final frente a la Argentina de Kempes, Holanda, una Holanda prosaica y limitada en el centro del campo pero activa e inspirada en la delantera, es de nuevo finalista de una Copa del Mundo. Lo es con una generación de futbolistas de menor tallaje que la de los setenta, pero quizá más apta, por sus dotes de competitividad, para alzarse con el trofeo. Arrastró durante años Holanda el peso de su leyenda negra, de su fatal resolución de finales, "La historia le debe un Mundial", pero hoy esos fantasmas, o esas losas, han desaparecido. De lo que consiga en la final dependerá en gran medida que lo hagan de modo definitivo.
Sin grandes alardes y dejando a un lado la constante y absurda comparación con la Naranja Mecánica de los setenta, Holanda está en la final porque ha ganado todos sus partidos. Esto parece una perogrullada pero no lo es: ni Alemania ni España lo han conseguido, así que con números en la mano no es ninguna barbarie decir que Holanda es el mejor conjunto del campeonato hasta la fecha y por eficiencia el principal candidato a levantar el trofeo el próximo domingo. Su juego es otra historia: con un medio campo escaso en creación y una defensa que parece volverse enclenque cuando se le aprieta, Holanda depende de Sneijder y Robben, dos jugadores que ya han hecho historia y una de las mejores temporadas que servidor recuerda.
Tanto el uno como el otro habrán disputado todo lo disputable este año hasta el final. Y, de ganar el campeonato, Sneijder lo habrá ganado todo. En Madrid alguien debe estar arrepintiéndose profundamente. Depende el resto de su selección de la clarividencia de uno y de la agresividad incontrolabñe de otro. Sneijder es el liderazgo y la inteligencia en el despliegue ofensivo holandés; Robben el factor imprevisto, el huracán de cristal, el recurso definitivo, el todo o nada. Entre los dos consiguen que Van Persie parezca delantero o que Kuyt brille más allá de su trabajo.
Holanda no es la misma que la que alcanzó dos finales durante los setenta. No al menos en su juego. Está por ver si, tras expulsar a una sorprendente y meritoria Uruguay del Mundial, la Historia se decide a darle ese campeonato que le debe.
Resultados de la vigésimoprimera jornada:
Holanda 3 - 2 Uruguay
Más Mundial | Holanda, en la cima tras 32 años (Cayetano Ros en El País)
Imagen | El País
1 Comentarios:
Felicitaciones por ser un justo finalista
A festejar joder la puta madre que os pario!!!!!!!!!!! (?)
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