Andrés Pérez | No es Higuaín un futbolista dado a los momentos grandes. Su virtud radica en los dobletes a equipos de liga, en las defensas enquencles. Es muy meritorio marcarle tres goles al Valladolid y acumular 19 tantos en liga, qué duda cabe, pero no es lo mismo que marcar las diferencias en Champions. Higuaín no las marca. No lo ha hecho nunca y tampoco lo hizo frente al Lyon, donde marró dos ocasiones claras y se hinchó de balones que probablemente no le correspondían.
Higuaín al margen, uno de los jugadores hoy por hoy más sobrevalorados, el Madrid se resarció en Valladolid de sus penas. De una temporada oficiosamente fracasada tras el ridículo espantoso e histórico en Copa del Rey y la eliminación justa frente al Lyon en Champions League. No se ha de engañar el aficionado: ganar la Liga es la migaja de un plato que a principio de temporada, por el precio pagado, se antojaba más sabroso. No lo será y no por ello se ha de perder la calma: pienso que Pellegrini debería seguir; precisamente uno de los principales defectos del Madrid durante los últimos años ha sido el vaivén de entrenadores.
Sea como fuere el chileno tiene parte de culpa en lo sucedido. En el hecho de que una inversión multimillonaria haya caído de dos competiciones coperas antes de lo previsto y de malos modos. Es decir, el Lyon se merendó al Madrid en la segunda parte; Puel dio una lección táctica colocando a Kallstrom y a Gonalons apoderándose del medio campo y presionando arriba la salida del balón del Madrid. Sin Xabi Alonso el conjunto blanco se ofuscó, buscó en exceso la velocidad de sus puntas con nulo éxito gracias a la soberbia actuación de Toulalan y perdió el control, en definitiva.
Un gol de Pjanic certificó una muerte previsible al inicio de la segunda parte pero inesperada al término de la primera, cuando el Madrid mereció marcar más de un gol. No lo hizo. Perdonó, y parece mentira que lo hiciera con los jugadores que atesora. Pero está fuera. Alicaído, melancólico y fuera. La desgracia de sus jugadores es que ahora, hagan lo que hagan en Liga, siempre se antojará insuficiente; siempre se cernirá sobre ellos la sombra del fracaso ante el reto de verdad, ante el fútbol de élite, no en Zorrilla.
A Higuaín le sucede algo parecido. Cualquier logro se verá oscurecido por su ofuscamiento en el momento de la verdad. En el momento oportuno Higuaín no aparece, y sin embargo se le sigue esperando. No dudo de su valía si bien pienso que no es tanto como cuentan los escribas, pero debiera reivindicarse en Lyon, en Liverpool, en Milan, en Manchester, si es que el Madrid se propone llegar a Old Trafford algún día; no sirve en Valladolid o en Almería. Allí su gesta es local. Internacional aún no es. Como no lo es este Madrid. En el momento oportuno falla. Y van seis años, de un modo absolutamente inverosímil.
Vía | Más que Fútbol | As | Marca
Imagen | AFP | Citando la actualidad
Higuaín al margen, uno de los jugadores hoy por hoy más sobrevalorados, el Madrid se resarció en Valladolid de sus penas. De una temporada oficiosamente fracasada tras el ridículo espantoso e histórico en Copa del Rey y la eliminación justa frente al Lyon en Champions League. No se ha de engañar el aficionado: ganar la Liga es la migaja de un plato que a principio de temporada, por el precio pagado, se antojaba más sabroso. No lo será y no por ello se ha de perder la calma: pienso que Pellegrini debería seguir; precisamente uno de los principales defectos del Madrid durante los últimos años ha sido el vaivén de entrenadores.
Sea como fuere el chileno tiene parte de culpa en lo sucedido. En el hecho de que una inversión multimillonaria haya caído de dos competiciones coperas antes de lo previsto y de malos modos. Es decir, el Lyon se merendó al Madrid en la segunda parte; Puel dio una lección táctica colocando a Kallstrom y a Gonalons apoderándose del medio campo y presionando arriba la salida del balón del Madrid. Sin Xabi Alonso el conjunto blanco se ofuscó, buscó en exceso la velocidad de sus puntas con nulo éxito gracias a la soberbia actuación de Toulalan y perdió el control, en definitiva.
Un gol de Pjanic certificó una muerte previsible al inicio de la segunda parte pero inesperada al término de la primera, cuando el Madrid mereció marcar más de un gol. No lo hizo. Perdonó, y parece mentira que lo hiciera con los jugadores que atesora. Pero está fuera. Alicaído, melancólico y fuera. La desgracia de sus jugadores es que ahora, hagan lo que hagan en Liga, siempre se antojará insuficiente; siempre se cernirá sobre ellos la sombra del fracaso ante el reto de verdad, ante el fútbol de élite, no en Zorrilla.
A Higuaín le sucede algo parecido. Cualquier logro se verá oscurecido por su ofuscamiento en el momento de la verdad. En el momento oportuno Higuaín no aparece, y sin embargo se le sigue esperando. No dudo de su valía si bien pienso que no es tanto como cuentan los escribas, pero debiera reivindicarse en Lyon, en Liverpool, en Milan, en Manchester, si es que el Madrid se propone llegar a Old Trafford algún día; no sirve en Valladolid o en Almería. Allí su gesta es local. Internacional aún no es. Como no lo es este Madrid. En el momento oportuno falla. Y van seis años, de un modo absolutamente inverosímil.
Vía | Más que Fútbol | As | Marca
Imagen | AFP | Citando la actualidad
1 Comentarios:
Completamente en desacuerdo en lo de que Higuain es uno de los jugadores más sobrevalorados hoy por hoy. En el Madrid no ha rendido nadie en las citas importantes estos ultimos años. ¿Que es egoista? No se meten 25 goles al año sin buscar obsesivamente la porteria contraria. Del egoismo de Cristiano no se habla, cuando solo se pone a jugar para el equipo una vez que ha metido su golito. En el gol de Cristiano contra el Lyon Higuain estaba solo en boca de gol, pero como el balón entro no pasa nada. Es mucho más facil pegarle a Higuain, que luego no repiten a camara lenta la patada en cuatro. Y no lo digo solo por este artículo, sino por la prensa en general tras el partido contra el Lyon.
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