lunes, 29 de noviembre de 2010

Por qué la Liga española es peor que la Premier


Andrés Pérez | Ayer Twitter se revolucionó tras amanecer con un interesante artículo de John Carlin en El País. Las palabras del afamado periodista inglés causaron todo un aluvión de respuestas, gran parte de ellas negativas en tanto que los datos ofrecidos por el redactor estaban sesgados y eran tendenciosos. En lo esencial, Carlin criticaba el proceso por el cual la Liga española quedaba reducida año tras año a un pulso legendario pero solitario entre Real Madrid y Barcelona, advirtiendo al mismo tiempo de los riesgos que esta singularidad podría provocar en la competición: su propia muerte.

El titular era todo un preludio de lo que se desarrollaría en el texto, Crónica anunciada de la muerte de la Liga española:

Échenle un vistazo a la tabla de la Premier League escocesa y a la de la Primera División española. Los números del Celtic y el Rangers son casi iguales que los del Real Madrid y el Barcelona, con la diferencia de que los dos grandes españoles conceden menos goles por partido y marcan más. Los locutores de televisión españoles nos siguen chillando que aquí tenemos la mejor Liga del mundo, pero ni ellos se lo creen. ¿Cuándo se van a enterar de que insistir en semejante bobada demuestra una enorme falta de respeto hacia el telespectador?

No le falta razón a Carlin cuando señala que la competición española no difiere tanto de la escocesa, al menos en la estructura del campeonato. Algo, claro, que devalúa el prestigio de la Liga.

No crean que en el resto de Europa no se dan cuenta. Los periodistas, los ex jugadores, los blogueros y demás opinadores de Inglaterra, Italia, Alemania, Francia, Noruega o donde sea se cachondean de lo que está pasando aquí. La Liga española no solo no es la mejor del mundo, dicen, sino que compite con la escocesa por ser la peor.

Hasta ahí bien, Carlin no dice nada que más o menos no se haya señalado en otros foros españoles. El problema, y por lo que deduzco se desata la polémica, surge cuando Carlin aporta como argumentos de peso las goleadas que tanto Barça como Madrid consiguen cada fin de semana, siendo el Almería 0 - 8 Barcelona la cima de la superioridad del poderoso sobre el débil. Cuesta entender cómo un inglés, conocedor del fútbol y periodista de prestigio cae en un error tan tendencioso. Porque es un dato tendencioso.

Una breve relación de goleadas en la Premier League inglesa que tan felizmente glosa Carlin: el Chelsea consiguió nada más comenzar la Liga dos 6-0, y este mismo fin de semana el Manchester United ha anotado siete tantos, cinco de ellos de Berbatov. No parece pues una goleada el mejor baremo para medir la calidad de uno y otro campeonato.

Diferencias entre los grandes y los pequeños las habrá siempre. Goleadas también. Es absurdo intentar medir la calidad de una Liga por el número de goles anotados puesto que, en ese caso, la italiana pasaría por ser el campeonato más igualado del planeta cunado no se trata más que de otra forma de entender el fútbol. Claro que, hay diferencias y diferencias. Y Carlin le hubiera dado un mayor peso a su artículo con los siguientes ejemplos, que reflejan algo mejor la actual situación de desnivel en la liga española y en la liga inglesa:

Partidos perdidos

Me remitiré únicamente a los datos de la temporada pasada, culmen en este sentido de la enorme diferencia creada entre el Madrid, el Barça y el resto.

El campeón de la Liga española, el Barça, perdió un único partido en toda la temporada. El Madrid, su único e inmediato seguidor, cayó en cuatro ocasiones. En total, ambos equipos, primero y segundo, perdieron cinco partidos en todo el campeonato. Esto implica una brecha evidente entre los dos grandes y el resto de conjuntos: tan sólo en momentos de lógico bajón de rendimiento algunos conjuntos fueron capaces de vencerles.

En total, sólo tres equipos pudieron imponerse a uno de los dos: Atlético de Madrid, Sevilla y Athletic de Bilbao. Situaciones puntuales. Por lo demás, tanto Madrid como Barça cumplían como meros trámites el resto de partidos: ganaron 31 de 38 partidos.


Premier League: el Chelsea, campeón, perdió seis partidos. El Manchester United hizo lo propio una vez más, siete. Entre ambos suman trece derrotas en toda la temporada, más del doble que los dos primeros del campeonato español. La lectura preliminar da a entender que en Inglaterra hay un mayor elenco de conjuntos capaces de imponerse a los dos principales favoritos y que, por tanto, hay mayor igualdad.

Ocho equipos hincaron el diente a los dos primeros clasificados: Manchester City, Aston Villa, Everton, Tottenham, Wigan, Burnley, Fulham y Liverpool. Paradójicamente, el tercer clasificado, el Arsenal, perdió sus dos partidos ante Chelsea y United. En la relación de equipos que se impusieron a los dos más poderosos encontramos, incluso, a un descendido. Algo impensable y muy improbable en la Liga española.

Diferencia de puntos

Otro factor que mide la competitividad de un campeonato u otro es la diferencia de puntos entre los primeros y los siguientes.

En la Liga española Barça y Madrid obtuvieron 99 y 96 puntos respectivamente, rozando conjuntamente los 200. La diferencia entre el primer clasificado y el tercero es abrumadora: el Valencia consiguió 71 puntos, 28 menos que el Barça y 25 menos que el Real Madrid.


En Inglaterra, por contra, el tercer clasificado, el Arsenal, se mantuvo a 10 puntos del Chelsea. Para encontrar una diferencia semejante a la del Barça (primer clasificado en España) y el Valencia (tercer clasificado) en Inglaterra hay que irse hasta la octava posición. Allí se ubica el Everton, que hubiera necesitado 24 puntos más para igualar la puntuación del campeón. Esto es: mientras que en Inglaterra hay ocho equipos en menos de treinta puntos, en España hay dos.


En la Liga española, el octavo clasificado, el Athletic de Bilbao, se clasificó a 42 puntos del campeón. Para encontrar una diferencia semejante en la Liga inglesa hay que descender hasta la decimotercera y decimocuarta posición: Sunderland (-42 respecto al Chelsea) y Bolton (-47). Parece evidente que las diferencias son menos acusadas en el campeonato británico.

Conclusión

En Inglaterra hay un elenco de equipos mucho más amplio capaz de plantar cara a los dos conjuntos favoritos a alzarse con el campeonato. ¿Significa esto que hay más candidatos al campeonato? No. Significa que los favoritos y los que al final se jugarán la Liga por presupuesto y plantilla tienen mayores dificultades a la hora de cumplir sus objetivos y que las posibilidades de que aparezca un tercer equipo en discordia son más altas dada la menor brecha entre los dos primeros y el resto. En España, esta última posibilidad, habida cuenta de la facilidad con la que Madrid y Barça se imponen al resto, es muy improbable.

En esencia, los campeonatos se disputan entre dos o tres equipos anualmente. Siempre sucede así. En Inglaterra han ganado el campeonato cuatro equipos distintos en los últimos quince años. En España cinco. ¿Significa eso que hay un mayor nivel competitivo, en la actualidad, en España? No. La competitividad se debe medir por la dificultad mediante la cual los grandes obtienen sus victorias, y, habida cuenta de los datos, los grandes en Inglaterra encuentran mayor oposición que en España, donde apenas hay resistencia.

Es cuanto menos discutible pretender equiparar la situación de ambas ligas hoy aportando datos de hace quince años. El problema de la Liga es del presente y nace en el ya comentado fatal reparto de los beneficios televisivos, donde Madrid y Barcelona se llevan 140 millones de manera independiente. En este post de Ruben Uría se aprecian las notables diferencias entre la Liga española y el resto. Las diferencias económicas aquí son mucho más acusadas.

A menor reparto equitativo del dinero, mayor es la brecha entre poderosos y débiles. No hay que ser ningún erudito para deducirlo. A fin de cuentas, nos guste en mayor o medida Carlin, se equivoque en sus argumentos y haga un análisis sesgado o no, todo se reduce a lo que comenta al final del artículo:

No importa cuál sea la posición en la tabla de los rivales del Chelsea, el Manchester United o el Arsenal: antes de cada partido, todos saben que puede pasar cualquier cosa. Los estadios están llenos, las gradas vibran. Hay teatro, hay emoción.

Y en España no hay emoción.

Fuente | Wikipedia

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