Andrés Pérez | Los vaivenes personales y laborales me impiden actualizar este verano. Hasta hoy. Me han permitido, para gracia de mi salud mental, abstraerme del mercado de fichajes, rumores, promesas, creencias, milagros y demás retahíla de imbecilidades que inundan la prensa cada vez que la temporada se da por finiquitada, el calor hace acto de presencia y las portadas monotemáticas de Marca y As se quedan sin novedades relativamente noticiosas con las que pegarle patadas a la RAE y al sentido común. Dicho esto reconozco que he visto dos partidos en todo el verano. Uno, el del Real Zaragoza contra el Recreativo de Huelva en el que pude ver debutar al asombroso Pennant, la bizarra mezcla entre Gary Dourdan y Lenny Kravitz que a buen seguro calará hondo entre la parroquia zaragocista.
Otro, hoy. El Real Madrid multimillonario, del que habrá tiempo largo y tendido para hablar, contra la centenaria Real Sociedad. Mediocre. Común entre los comunes. El partido, claro, no me referiré a ninguno de los dos equipos protagonistas. Medio durmiendo el encuentro, lo cual ya tiene delito, he alcanzado a comprender que las pretemporadas, por el bien de la humanidad, no deberían ser televisadas. Y menos al nivel que lo hace La Sexta, dando la brasa una y otra vez con el Madrid magnífico perpetrado por Florentino y el Barça tricampeón. De verdad que por mucho que uno quiera a este magnífico deporte, es imposible dar validez a las bromas veraniegas. No aportan nada al espectador. Ni le quitan el mono futbolístico —quien piense que un amistoso de medio pelo sacia la sed, va listo— ni aportan nada constructivo. En el tintero quedan guardadas, deparan una tragedia —o eso parece a tenor del caso Jarque, del que mañana hablaré— por agosto y sirven para que Antonio Esteva descienda a los pozos del periodismo cada noche.
Me explico. Escuchar a este hombre es un sufrimiento, un dolor. Pretende darle a la narración el cariz tan típico y fructífero de Carrusel Deportivo sin caer en la cuenta de que, ni su talento da para ello, ni las circunstancias acompañan. La agilidad narrativa de la radio viene dada porque el locutor ha de pintar en el cerebro del oyente todo aquello que éste no puede ver. No hace falta ser un genio para comprender que eso en la televisión no es necesario, y menos ahora con la HD y las diez millones de cámaras repartidas en cada esquina del estadio. Da igual. Dudo que alguien le haya explicado tan sanas nociones de locución audiovisual a Esteva —aun, ojo, cuando pìenso que la propuesta que hace está bien, pero mal aplicada: no es Juan Carlos Rivero, algo es algo—. Tiene la habilidad de cargar la narración inútilmente de recursos embellecedores, aburriendo al espectador, provocando que un calor ardiente le ascienda por el espinazo hasta que, hastiado, se largue a leer un libro. Si ya de por sí la pretemporada es insoportable, calculen con este panorama.
Ahora bien. Felicitar al descubridor del joven colaborador de Esteva. Aunque tiene cierto halo maldiniano —parece que es indispensable hablar con un tono agudo y con celeridad para ser tomado en serio como experto en fútbol mundial— sabe de lo que habla, en contraposición de Esteva, para quien —obviando sus repetidas y manidas menciones a "aquí, en La Sexta" y sus promociones de programas tan variados como Numb3rs, La Sexta Deportes o, qué se yo, el Real Madrid-Barça de, por poner un supuesto, marzo— todo es magnífico, sublime y merece elogio. Si la acción la efectúa Cristiano Ronaldo "el deseado", Kaka' o Benzema, calculen. Le viene un orgasmo. Y al espectador un infarto. Infartado termina, harto de escuchar a este hombre, paradigma del lamentable periodismo deportivo español.
Baste con comentar que, a falta de conocer a los jugadores en profundidad, todo lo que hagan cuando Esteva narre antes de que hayan aparecido, será su característica principal. Si Xabi Prieto cambia de banda, Esteva anunciará con rápido ritmo que el donostiarra es un gran orientador del balón de banda a banda. Si Torres recupera un balón, el genial compañero de Montes —otro— afirmará sin rubor que la mayor virtud del madrileño es la casta y el tesón defensivo. Si el recogepelotas le entrega el balón a Drenthe para que saque, Esteva asumirá que el Drenthe es un gran tipo tratando así de simpático al recogepelotas. La pretemporada, señores. Que empiece la Liga. Por favor.
Imagen | Rincón del Forero, Versión Subtitulada, PhotosRonaldo
Otro, hoy. El Real Madrid multimillonario, del que habrá tiempo largo y tendido para hablar, contra la centenaria Real Sociedad. Mediocre. Común entre los comunes. El partido, claro, no me referiré a ninguno de los dos equipos protagonistas. Medio durmiendo el encuentro, lo cual ya tiene delito, he alcanzado a comprender que las pretemporadas, por el bien de la humanidad, no deberían ser televisadas. Y menos al nivel que lo hace La Sexta, dando la brasa una y otra vez con el Madrid magnífico perpetrado por Florentino y el Barça tricampeón. De verdad que por mucho que uno quiera a este magnífico deporte, es imposible dar validez a las bromas veraniegas. No aportan nada al espectador. Ni le quitan el mono futbolístico —quien piense que un amistoso de medio pelo sacia la sed, va listo— ni aportan nada constructivo. En el tintero quedan guardadas, deparan una tragedia —o eso parece a tenor del caso Jarque, del que mañana hablaré— por agosto y sirven para que Antonio Esteva descienda a los pozos del periodismo cada noche.
Me explico. Escuchar a este hombre es un sufrimiento, un dolor. Pretende darle a la narración el cariz tan típico y fructífero de Carrusel Deportivo sin caer en la cuenta de que, ni su talento da para ello, ni las circunstancias acompañan. La agilidad narrativa de la radio viene dada porque el locutor ha de pintar en el cerebro del oyente todo aquello que éste no puede ver. No hace falta ser un genio para comprender que eso en la televisión no es necesario, y menos ahora con la HD y las diez millones de cámaras repartidas en cada esquina del estadio. Da igual. Dudo que alguien le haya explicado tan sanas nociones de locución audiovisual a Esteva —aun, ojo, cuando pìenso que la propuesta que hace está bien, pero mal aplicada: no es Juan Carlos Rivero, algo es algo—. Tiene la habilidad de cargar la narración inútilmente de recursos embellecedores, aburriendo al espectador, provocando que un calor ardiente le ascienda por el espinazo hasta que, hastiado, se largue a leer un libro. Si ya de por sí la pretemporada es insoportable, calculen con este panorama.
Ahora bien. Felicitar al descubridor del joven colaborador de Esteva. Aunque tiene cierto halo maldiniano —parece que es indispensable hablar con un tono agudo y con celeridad para ser tomado en serio como experto en fútbol mundial— sabe de lo que habla, en contraposición de Esteva, para quien —obviando sus repetidas y manidas menciones a "aquí, en La Sexta" y sus promociones de programas tan variados como Numb3rs, La Sexta Deportes o, qué se yo, el Real Madrid-Barça de, por poner un supuesto, marzo— todo es magnífico, sublime y merece elogio. Si la acción la efectúa Cristiano Ronaldo "el deseado", Kaka' o Benzema, calculen. Le viene un orgasmo. Y al espectador un infarto. Infartado termina, harto de escuchar a este hombre, paradigma del lamentable periodismo deportivo español.
Baste con comentar que, a falta de conocer a los jugadores en profundidad, todo lo que hagan cuando Esteva narre antes de que hayan aparecido, será su característica principal. Si Xabi Prieto cambia de banda, Esteva anunciará con rápido ritmo que el donostiarra es un gran orientador del balón de banda a banda. Si Torres recupera un balón, el genial compañero de Montes —otro— afirmará sin rubor que la mayor virtud del madrileño es la casta y el tesón defensivo. Si el recogepelotas le entrega el balón a Drenthe para que saque, Esteva asumirá que el Drenthe es un gran tipo tratando así de simpático al recogepelotas. La pretemporada, señores. Que empiece la Liga. Por favor.
Imagen | Rincón del Forero, Versión Subtitulada, PhotosRonaldo
3 Comentarios:
jeje tienes toda la razón, es q yo al esteba no le soporto. vaya ganas de poder escuchar los partidos x la radio!!
x cierto, el q se parece a maldini es marcos lopez y tiene un blog q esta muy bien: futbolitis
un saludo
Lo de Esteva es para llorar, da mucha penita.
Sr Perez-Mohorte.
Si apagas el volumen a la televisión la pretemporada se ve desde otro punto de vista. Se ve el buen fútbolista que es el tal Pedrito, la potencia de Jeffren, y lo sobrevalorado (perdón, no conozco el superlativo de tal calificativo, ¿Sobrevaloradísimo?) que está Bojan y el buen hacer, ojalá triunfe en Getafe del bueno de Parejo. Sirve para ver estos jugadores que serán dejados de la mano de Dios y de los que no disfrutaras tantos minutos en toda la temporada.
Ahora bien, el compañero de Esteva (investigaré el nombre)sabe y mucho de fútbol. Y el señor Esteva, bueno...pues eso narra los partidos en la Sexta.
Deje de entretenerme que ando enganchado a ese invento llamado Gol Televisión que me tiene...la compostura con forma de balón y la enfermedad mia sacidad. (Apasionante ese Ajax-Psv de esta mañana con defensas de risa, delanteros hábiles y goles a tutti)
Amén
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